Run, Forrest, run! (Lo quiero para ayer)

24 de marzo de 2010
24 de marzo de 2010
3 mins de lectura

slowlife

«¡Corre, Forrest, corre!» le gritaba Jenny a Gump, y eso es lo que el mundo nos grita ahora. Deprisa, deprisa. No querrás quedarte atrás, no puedes llegar tarde, lo quiero para ayer… Quién no ha ‘parido’ una campaña la noche antes de su presentación y ha visto el sol preparando bocetos, stories, animatics… Quién no ha recibido un briefing del equipo de cuentas a dos días de la fecha límite. Quién no ha escuchado la odiosa pregunta: «¿Esto te lo quitas rápido, verdad?»

El mundo que estamos creando cada vez nos da más dolores de cabeza y nos quita más satisfacciones. La familia, la pareja, los amigos… han pasado a ser secundarios en pos del trabajo y las obligaciones que éste exige. Pero el trabajo tampoco nos recompensa pues las satisfacciones que debería aportarnos, al menos para aquellos que amamos lo que hacemos, se ven reprimidas por los tiempos de entrega y la velocidad con la que debemos actuar y trabajar.<

Cada vez más gente se pregunta qué tiene de bueno esa velocidad que todos veneran. Cómo podemos preferir hacer las cosas lo más rápido posible a hacer las cosas lo mejor posible.

Cuestionando esta dinámica crece el movimiento Slow. Nacido Slow Food como contrapunto del concepto Fast Food, este movimiento se ha ido expandiendo a otras áreas, slow reading, slow parenting, slow travel, slow art y slow design.

En palabras de Carl Honoré, autor del best seller In Praise of Slow: How a Worldwide Movement is Changing the Cult of Speed. Vintage Canada (2004), «es una revolución cultural contra la idea de que más rápido es siempre mejor. La filosofía de Slow no se trata de hacerlo todo a paso de tortuga. Se trata de tratar de hacerlo todo a la velocidad correcta. Saboreando las horas y minutos en lugar de sólo contarlos. Hacer todo lo mejor posible, en lugar de tan rápido como sea posible. Se trata de la calidad sobre la cantidad en todo, desde el trabajo a los alimentos para la crianza.

Disfrutando del trayecto

Apunta también Honoré que estamos tan obsesionados con el destino que hemos perdido el arte de disfrutar del camino. Debemos pararnos y pensar detenidamente cómo dedicarle a cada cosa el tiempo que ésta precisa. Hablamos del trabajo, pero también de la familia, de los amigos, y lo más importante, de uno mismo.

Somos una pareja de diseñadores-directores de arte-conceptualizadores, que vinimos a México a comenzar una nueva vida. Pensamos, escribimos y diseñamos campañas de comunicación, desde creación de identidad corporativa hasta campañas multimedia.

Al igual que el movimiento Slow, defendemos la utilización inteligente del tiempo, tanto en lo personal como en lo profesional. En un mundo que sobrevalora el tiempo por encima de todo, debemos pensar más en el cómo y menos en el cuándo, debemos pensar más en la calidad y menos en la cantidad. Y para ofrecer lo mejor de nosotros mismos, debemos estar satisfechos con lo que hacemos y tenemos, y dedicar a cada faceta de nuestra vida, ocio o trabajo, el tiempo que éste precisa.

Slow no es trabajar menos, es trabajar mejor, y es vivir mejor.

Dicen que desde la distancia uno adquiere perspectiva. Quizás por eso, tras meses de trabajar sin una estructura tradicional (en cuanto a fondo y forma), dedicando por completo nuestros esfuerzos a nuestros mejores clientes, esos que confían en nuestro hacer y nos conceden ese ‘espacio’, decidimos dar este ritmo a nuestro trabajo y nuestra vida, y decidimos plasmarlo en un manifiesto, para tenerlo siempre presente: Sloooow.

Sloooow es nuestra respuesta al ritmo actual del mundo, tanto en el ámbito de los negocios como en la vida. Sloooow es nuestra manera de ver el diseño, con dedicación, con cariño, con atención. Sloooow es nuestra apuesta por hacer un trabajo de calidad que disfrutemos todos, clientes, diseñadores y usuarios.

Sloooow manifesto

Nuestro trabajo es nuestra vida, pero nuestra vida no es el trabajo.

Amamos lo que hacemos y vivimos el arte y el diseño en cada aspecto de nuestra vida, pero son las demás parcelas, familia, hijos, amigos, las que nos convierten en las personas felices que somos y las que nos permiten aportar una visión más optimista y creativa a todo lo que hacemos.

Hacerlo más rápido no es hacerlo mejor.

Dedicamos a cada proyecto el tiempo que requiera para que se convierta en lo mejor que puede ser.

Pequeños detalles hacen grandes proyectos.

Ponemos toda nuestra atención en cada pequeña parte del trabajo, pues son las cosas que apenas se notan las que completan los grandes proyectos.

Trabajar despacio no es trabajar menos.

Trabajamos con detenimiento y cuidado, dedicando tiempo a pensar lo que hacemos y por qué lo hacemos.

De uno en uno, por favor.

El tiempo dedicado a cada proyecto es únicamente para ese proyecto y recibirá 100% de nuestra atención.

Perspectivas globales, recursos locales. Tenemos una perspectiva estratégica global pero nos apoyamos en proveedores locales, estemos donde estemos.

SlowManifesto

23 Comments ¿Qué opinas?

  1. FELICIDADES YOROKOBU,
    Celebro que también vosotros os hayáis sumado al movimiento slow, es difícil llevarlo a cabo en esta sociedad y más en según que profesiones, pero proponeoslo en serio y será un placer vital.

  2. Ahora descubro este movimiento tan interesante, muchísimas gracias! En una sociedad industrial como la nuestra en la que nos convertimos en las propias máquinas que creamos es necesario que alguien nos ayude a parar.

    SLOOOOW!

  3. […] This post was mentioned on Twitter by Eyeblaster Spain, Marta Bertran, Market Intelligence, Yorokobu, Sabrina Amrani and others. Sabrina Amrani said: Run, Forest, run. (Lo quiero para ayer): “¡Corre, Forest, corre!” le gritaba Jenny a Gump, y eso es lo … http://bit.ly/9fzXWv by Yorokobu […]

  4. […] 1 Share Comment source Run, Forrest, run! (Lo quiero para ayer) First shared by: Alex […]

  5. NO ME HA DADO TIEMPO A LEERLO TODO..!!!!;)

    Toda la razón, pero la verdad es que nos hemos acostumbrado a la prisa, y cuando un trabajo tiene plazo de sobra aprarecen problemas y cuestiones que ni te planteas cuando vas con el pelado.

  6. ¡Qué difícil de comprender el mensaje: tiene más de 140 caracteres!

    Voy al principio. Otra vez, despacio…Excelente post.

    Gracias por ayudarme a parar.

  7. (aghhhhh ahora que había aprendido a ser Multitask!!!)
    Me gusta ese punto ZEN , de ser consciente , de foco en lo que hacemos, de preparación , detalle, … calidad en definitiva.
    Nos hemos hecho excesivamente tolerantes a la mediocridad con la excusa de la urgencia y la improvisación. Como es fast food, low cost , fast fashion…y en 140 crctrs, la relación calidad precio… cuela casi todo.
    Otra vez a des-aprender y re-aprender.
    Gracias Yorokobu.

  8. Bueno vale, se lo cuentas tú o se lo cuento yo a mis clientes… Me encanta practicar esta filosofía, pero no sé que pasa que cada vez que me pongo a hacerlo lo mejor que puedo y me tomo el tiempo que verdaderamente requieren las tareas en que busco la excelencia, me quedo varios días sin dormir. ¿es normal?

  9. Freds, creo que estás perdiendo una parte importante en la ecuación: tu vida.

    La famosa conciliación es hacer entender a los clientes que nuestra satisfacción como personas repercute directamente en nuestra habilidad y resultados como profesionales. Es mi punto de vista. Supongo que todos hemos trabajado en más de una empresa donde hemos echado horas como locos. Y en un momento dado hemos renunciado.

    Como dice el dicho: «Puede ser rápido, bueno o barato. Escoja dos».

  10. Necesito más datos, ¿qué significa conciliar?.
    En serio, trabajo en un sector criminal y suelo rechazar proyectos por plazos absurdos, pero los calendarios los hacen ignorantes con tres masters y no son capaces de entender que el diseño, del que vivo, no es apretar una tecla o pedir por teléfono siete propuestas para ayer.
    Lamentable… te entiendo. ¿hay vida después de los 67?

  11. Slooow al poder. Quién no ha montado una producción gráfica en 1 día cambiando modelos y locas horas antes?

  12. Apoyo la moción con esta columna en Interactiva. saludos:

    Dieciocho ciudades en cinco noches
    Ese es el balance de mis últimas vacaciones. Planeadas por Maps, y para que vean que es verdad pueden buscarlas en el original nombre de mapa por defecto “Cómo llegar a Madrid” del usuario emiliopila. Les puedo asegurar que es posible realizar Madrid, Salamanca, Ciudad Rodrigo, Celorico de Beira, Coimbra, Figueira da Foz, Batalha, Fátima, Lisboa, Sintra, Cascais, Estoril, Sesimbra, Setúbal, Évora, Mérida, Cáceres, Trujillo, Madrid en un coche con GPS y cinco noches de hoteles con encanto. A mí mismo me parece complicado de entender cómo he podido visitar todos estos sitios y no haberme dejado ningún “must” de monumento, parque natural, restaurante o foto chorra obligada de todos estos hermosísimos lugares.
    Ha sido en realidad muy fácil, unos 350 kilómetros al día, un GPS y Maps. Pero eso no ha sido más que disponer de los driver tecnológicos y el permiso de mi jefe. Lo que realmente me hace pensar sobre la posibilidad de este viaje relámpago es la disposición personal para vivir la vida a esta velocidad. Es esta la velocidad que nos ha impuesto esta industria, cada vez más perdida en su problema endémico, las marcas no se tocan, no se comen, no se encienden, no se huelen, no poseen materia (como la música y miren qué follón). La mitad de los directores de marketing que he conocido no creen en ella. Y digo que no creen porque lo demuestran todos los días al tirar las mejores ideas, las tendencias de mercado, las apuestas en pro del largo plazo, por el cortoplacismo, las prisas, la juniorización, la falta de voto (Cuántas veces nuestro cliente lo aprueba y su jefe lo tira por razón peregrina sin dar ni un argumento de nuestra ciencia, que es la suya). Es la velocidad de los 140 caracteres y del qué estás haciendo (estoy “siendo” que ya es bastante). La velocidad de los cambios de pareja, de look, de menú, de tendencia de gimnasio, de consola favorita, de móvil (5 en un año), de microfilms, de causa social, de generación de moda… La velocidad con que cambiábamos de canal cuando tuvimos mando a distancia, cuando los canales se multiplicaron, inventamos el zapping. Vamos a ver, es que ya ni siquiera vemos los videos de Youtube enteros. Podemos acabar comunicándonos con un lenguaje basado en el efecto Doppler. “fiumm!”- ¿Qué has dicho? – Te acabo de explicar nuestro programa electoral con pelos y señales. – Ah!, gracias. Te voto.-
    Vacaciones zapeadas, citas express, microespacios, microblogging, prisas que te cagas, titulares sin bodycopies. Me alegra mucho haber visto tantas ciudades en tan poco tiempo, dado que no dispongo de más gracias a que todo esto que está sucediendo me da de comer y además me tiene entre maravillado y atónito. Pero también me alegra mucho haber visto hoy (Yorokobu) un magnífico post sobre el Slowmanifiesto y su forma de ver la vida. Esta crisis se está llevando por delante los últimos placeres y orgullos. Sus clientes les asistan.

  13. […] leedlo atentamente! Esta entrada fue publicada en Sin categoría. Ir al permalink. Publicar un comentario o dejar un trackback: URL del Trackback. « Tomemos nota todos… […]

  14. Lo que me da susto es que si lo hago todo lento, entonces otras cosas me van a dejar atrás, y luego tendré que salir corriendo a «buscarlas».

    No te creas, uno es el bipolar de las velocidades ¬_¬

  15. […] No te digo trigo, por no llamarte … Sloooow Manifiesto […]

Comments are closed.

Último número ya disponible

#141 Invierno / frío

Sobre nosotros

Yorokobu es una publicación hecha por personas de esas con sus brazos y piernas —por suerte para todos—, que se alimentan casi a diario.
Patrick Thomas

Suscríbete a nuestra Newsletter >>

No te pierdas...