Son rostros que te miran a la cara, que no esconden su expresión. No están completos. Tampoco lo necesitan. Unos trazos bastan. Y la fuerza del blanco y negro resaltada con algunos trazos de color.
«Creo que la expresión es siempre el aspecto más poderoso de un retrato, ya que puede revelar el carácter y la emoción. También me gustan los retratos que esconden partes de la cara donde revelamos detalles más íntimos, en los que normalmente no nos fijamos», explica su autor, el londinense Sam Green.
«Me gusta la simplicidad y franqueza del negro y blanco. Intento crear diferentes superficies que, afortunadamente, armonizan juntas. Me gusta la atmósfera que crean los dibujos a lápiz».