Como miles de luciérnagas flotando en la oscuridad, así puede definirse lo que es SPARK. Estas luces biodegradables creadas por el estudio de diseño holandés Studio Roosegaarde quieren ser el sustituto sostenible de los clásicos fuegos artificiales y globos que se lanzan en cientos de celebraciones festivas en todo el planeta.
Desde el estudio, defienden que es posible conectar tecnología y naturaleza para permitirnos seguir celebrando y conectando unos con otros, pero de una manera mucho más sostenible. Lanzando miles y miles de pequeños destellos, además de llenar el ambiente de cierto aire poético e inspirador, evitan no solo el daño que los castillos pirotécnicos causan a la naturaleza y al medio ambiente, sino también el terror que produce tal estruendo en las mascotas, así como en personas sensibles al ruido.
Básicamente, son luces flotantes biodegradables que se desintegran la misma noche que se lanzan al aire gracias a la tecnología colocada en varios puntos del suelo que han desarrollado en el estudio neerlandés.
Los colores que utilizan son, principalmente, el amarillo y el blanco, ya que estas luces están inspiradas en las luciérnagas. Pero en función del encargo que se les haga y el lugar donde se vayan a lanzar, pueden ampliar la gama de colores.
Bilbao fue la primera ciudad que disfrutó del vuelo armonioso y sereno de miles y miles de luciérnagas artificiales. Después siguieron otras como Tokio, Auckland, Madrid, Londres… hasta completar 10 países y lograr millones de visitantes.