Djones es un joven brasileño de Sao Paulo que se queja porque nunca encuentra a nadie con quien practicar su inglés. A unos cuantos miles de kilómetros de él vive Henry, un anciano de 87 años de Chicago (Estados Unidos) que habita en un asilo y a veces se siente solo porque ya son pocos los que están dispuestos a escuchar sus batallitas. «He ahí una pareja perfecta», pensó la escuela de cursos de idioma CNA.
Speaking Exchange es la plataforma gratuita que esta academia online brasileña ha creado con el afán de enseñar inglés mientras hace una labor social por los ancianos que viven solos, que destacaba ayer la revista Springwise.
«Los estudiantes quieren practicar inglés y las personas de edad avanzada buscan a alguien con quien hablar. Por lo tanto, hemos creado la manera de reunirlos entre sí», explica Vanessa Valença a Yorokobu, coordinadora pedagógica de la institución. «Con este proyecto educativo les conectamos para que exista un ejercicio de conversación en directo que a su vez es un acto de solidaridad y de crecimiento personal, un intercambio en el que todos ganan».
Para utilizar la aplicación lo único que es necesario es que el alumno se registre en el programa, elija a una de las personas mayores que aparecen en línea y que comiencen a hablar. «Durante unos minutos se sugieren temas de conversación», explica Valença, «y luego pueden charlar el resto del tiempo de lo que ellos quieran». «Cuando acaba la charla, la conversación en vídeo se registra en un enlace privado en nuestro canal de Youtube para que lo evalúen nuestros maestros».
Así de sencillo, así de eficaz y así de recíproco. Según la organización, su intención a la hora del instruir en el idioma de Shakespeare es convertir el aprendizaje en algo «más real y humano». «Por eso pensamos en crear estas conexiones entre jóvenes que quieren hablar inglés con fluidez y adultos mayores que viven en comunidades de retiro».
«¿Existen otras dos comunidades tan dispares que puedan ser tan efectivas la una para la otra?», cuestiona Valença. «Nosotros no encontramos mejor método de que puedan aprender unos de otros».
Aunque la aplicación aún se encuentra en su fase beta, Speaking Exchange ya cuenta con más de medio millón de alumnos que disponen de la aplicación y una larga lista de personas mayores dispuestos a participar en las conversaciones.
Se acabaron los problemas para esos que excusan su mala pronunciación de inglés por falta de dinero para viajar.
«Se trata de la oportunidad para que los estudiantes practiquen inglés, conozcan gente con un montón de historias que contar, y ¿por qué no?, hagan nuevas amistades», esgrime la coordinadora. «Además logramos que esos mayores que viven solos en centros se sientan activos», añade. «Más que mejores estudiantes, hacemos mejores personas».