Donde antes se construían barcos, ahora se fabrican ideas. Al menos esto es lo que pasó con el último astillero de Malmö, Suecia. En 2011 la ciudad decidió poner 3000 metros cuadrados al servicio de los ciudadanos para que todo aquel que quisiera crear, construir y experimentar tuviera un lugar para hacerlo.
Motivados por la idea de que la creatividad es el motor económico, social y cultural de Malmö, nació Stpln. Un mares pace que acoge infinitas posibilidades para todo el que quiera desarrollar sus ideas o probar cosas nuevas. Puede ser presentar un proyecto, y si está dentro del ámbito cultural, tecnológico, innovación, diseño, educación o artesanía, Stpln ofrece asesoramiento, espacio y herramientas. La única condición es que sea sostenible (ecológica, social o económicamente), original y que esté impulsado por un espíritu emprendedor. A cambio, el autor del proyecto le concede algo de su tiempo y comparte sus conocimientos.
Además de los proyectos que se desarrollan a modo particular, este espacio productivo contiene varios talleres “in house”:
Cykelköket (La cocina de bicicletas) ofrece todas las herramientas para que el ciudadano pueda arreglar su bicicleta. También las traen abandonadas de distintos lugares y lo único que hay que hacer es elegir una, arreglarla y llevártela. Como dice Bertil Björk, “lo que para unos es basura, para otros es un medio de transporte” y con esta filosofía, ganaron el KPH Awards 2012.
Fabriken (La Fábrica) es un laboratorio “hazlo tú mismo” inspirado en el concepto Fablab. Su objetivo es democratizar innovación y tecnología para que el usuario pueda desarrollar desde una idea a un prototipo. Es decir, dar un libre acceso a un equipo técnico normalmente inalcanzable, como una cortadora láser o una fresadora CNC, y para utilizarlo hay que tener una licencia que se puede conseguir yendo a los cursos que ofrecen (gratuitamente). En este laboratorio también se concentra una valiosa comunidad hacker con la que intercambiar conocimientos.
Otros talleres son Återskapa (Re-crea), que promueve la conciencia medioambiental, la igualdad y la creatividad principalmente en niños pero también en adultos. Aquí se crean nuevos objetos a partir de residuos de fábricas.
Textildepartementet (El ministerio del textil) es el taller donde se trabaja con telas. Hay máquinas de coser y una máquina de tejer.
Y finalmente está el Hub, una oficina abierta que dispone de sala de reuniones, impresora y red wifi abierta. Para completar la muestra, también hay una sala de conferencias y conciertos.
Caroline Lundholm, directora de Stpln, define este espacio como ”un lugar creado por los usuarios». «El resultado es una comunidad basada en la confianza. Es importante que quien venga se sienta cómodo con lo que hace, sobre todo, porque el espacio y el material pasa a ser responsabilidad de quien lo utiliza. Creemos que la libertad da responsabilidad”, asegura.
También hace hincapié en que lo importante es el proceso y no tanto el resultado. Muchas instituciones exigen unos resultados concretos. Aquí, en cambio, se trata de probar y ver durante el proceso qué funciona y qué no.
Oyuki Matsumoto, productora creativa, además de asesorar en la organización y producción de los proyectos, organiza eventos y talleres para proponer soluciones a las necesidades que ve en la ciudad, como, por ejemplo, el taller de serigrafía que acaban de inaugurar y que se quedará de manera permanente.
“Al montar una exposición llamada CMYK, me di cuenta de que era difícil tener acceso a un taller de serigrafía sin tener que ser miembro de alguna organización o grupo específico. Los demás estudios eran todos privados. Comencé a investigar y me di cuenta de que había una gran demanda, por lo que ahora estamos montando un estudio propio con ayuda de los usuarios, y así una vez más, nosotros ofrecemos las herramientas y ellos nos ayudan a darle contenido».
En cada taller hay una persona clave. Generalmente es una persona que suele pasar más tiempo allí que los demás usuarios. Esta persona puede asumir ciertas responsabilidades como el mantenimiento del taller, ofrecer algún workshop o simplemente decide compartir sus herramientas con los demás usuarios. A cambio, esta persona recibe una llave del lugar, lo que le da acceso ilimitado a las instalaciones. Y así, a base de trueque, han logrado desarrollar una economía interna.
Han hecho otros talleres. Uno de ellos, que a Oyuki le gustó especialmente, fue producir I love robots en colaboración con David Cuartielles (fundador de Arduino), dirigido a niños interesados en tecnología. Otro es Sketck or Die Scandinavia, un proyecto de origen mexicano en el que cinco ilustradores encerrados durante 48 horas dibujaron lo que el público les pedía a través de las redes sociales.
Para Hemmabygge (Hecho en Casa) invitaron a diversos artistas de distintas disciplinas con el fin de que construyeran su propia cabaña. Estos son solo algunos de una larga lista de proyectos que producen y albergan, provenientes de una gran variedad de mentes que tienen ganas de probar, ofrecer e intercambiar conocimientos.
Stpln es un lugar donde se borran los límites entre amateur y profesional. Un espacio para aprender y ser utilizado, y absolutamente todo lo que Stpln ofrece y propone es gratuito.