Pratchaya Mahapauraya, alias Poysian, y su novio, Kavit Thienvutichai, forman una de esas parejas de Instagram. Si frecuentas esa red social sabrás a qué me refiero. Parejas tan activas como pegajosas, influencers del romanticismo, exhibicionistas del amor.
Suben compulsivamente cada detalle romántico, cada discusión –y reconciliación–, cada gesto. Con bien de emoticonos de corazón. 🧡💛💚💙💜. La diferencia con otras muchas parejas de esta red social es que ellos lo hacen con dibujos. Y que lo hacen muy bien. El resultado, lejos de provocar irritación, suelen generar sonrisas y cierto grado de adicción a su feed.
Sundae Kids suma casi un millón y medio de seguidores. No es el único formato en el que se difunde este webcómic: también tiene presencia en otras redes sociales y en la web Read Sundae Kids, donde la pareja desarrolla historias más largas.
Poysian es la ilustradora y creadora de esta marca internacional. Kavit, quien la animó a lanzarse y quien la ayuda, tanto a nivel argumental como de diseño y negocio.
«Sucedió en la universidad», recuerda ella, «Kavit y yo estudiamos diseño gráfico, así nos conocimos, y bueno, él me animó a que probara con esto y así evitar un trabajo de 9 a 5 en alguna oficina». La cosa les salió bien. Sorprendentemente bien.
Poysian y Kavit son tailandeses, pero escriben sus cómics en inglés. Tienen una gran base de fans en su país, pero la repercusión de sus viñetas es internacional. «Quizá porque nuestro estilo es simple y fácil de entender», aventura Kavit.
Aun así, mantienen que sus seguidores son sobre todo orientales y achacan este hecho a que quizá siga habiendo cierta diferencia en la manera en la que unos y otros percibimos el amor.
Definitivamente hay también cosas universales. Muchas se pueden constatar fácilmente repasando el feed de Sundae Kids.
El gran éxito de estos webcómics es hablar de anécdotas muy concretas, pero de forma que cualquiera se pueda relacionar con ellas. «Lo cierto es que muchos de nuestros cómics se basan en experiencias nuestras, cosas que nos han pasado», reconoce Kavit, pero dibujamos personajes lo suficientemente simples y ambiguos para que puedan ser cualquiera».
Muchas veces lo son y es fácil sentirse identificado en alguna de sus viñetas. Aunque eso signifique haberse convertido en una de esas parejas.