Un súper danés vende comida a punto de caducar a mitad de precio

Wefood, Dan Church Aid, Amagerbrogade, Copenhagen, Denmark, foto: Mikkel Østergaard

La fila se pliega varias veces sobre sí misma rodeando el número 151 de la calle Amagerbrogade, en Copenhague, como si de un collar de perlas de dos o tres vueltas se tratara. Los clientes no hacen cola para conseguir las entradas de un concierto o de un partido de fútbol. Esperan, pacientes, para entrar a comprar a Wefood, un supermercado social, llevado por voluntarios, que vende excedentes de producción y alimentos básicos a punto de caducar, o con el envase dañado, a mitad de precio (entre un 30% y un 50% más baratos, para ser exactos). Medios de todo el mundo se están haciendo eco de su historia. «No buscamos llegar solamente a consumidores de menor poder adquisitivo, sino a cualquiera preocupado por la enorme cantidad de comida que se desperdicia en nuestra sociedad», proclama Per Bjerre, portavoz de DanChurchAid (DCA), la organización humanitaria que impulsa esta iniciativa en marcha desde el 22 de febrero.

Wefood, Dan Church Aid, Amagerbrogade, Copenhagen, Denmark, foto: Mikkel Østergaard
Wefood, Dan Church Aid, Amagerbrogade, Copenhagen, Denmark, foto: Mikkel Østergaard

Porque el objetivo principal de esta tienda, «la primera de su clase en Dinamarca y, quizás, del mundo» según sus promotores, es concienciar sobre el desperdicio alimentario. «Alrededor de 790 millones de personas en el mundo viven en tal situación de pobreza que se van a la cama con hambre, mientras que solo en Dinamarca se tiran y destruyen 700.000 toneladas de comida cada año. Es una contradicción que parte el corazón y que ha sido una de las principales razones para abrir Wefood», reflexiona Bjerre.

El proyecto ha sido posible gracias a una donación de 500.000 coronas danesas (algo más de 67.000 euros) de la Fundación Roskilde, que DanChurchAid debía completar con otras 500.000. Para cubrir su parte, DCA inició una campaña de crowdfunding que en tres semanas había superado el millón de coronas danesas, más del doble de lo esperado. «La gente simplemente creyó en la idea, y quiso apoyarla», explican desde la ONG.

Los proveedores de Wefood son otras cadenas de supermercados con las que tiene acuerdos. Bjerre dice no saber cuáles han sido las ventas en este primer mes pero intuye que «no serán gigantescas» teniendo en cuenta que los precios son mucho más baratos que en un súper ordinario. Por el éxito de público ni se pregunta: solo hay que ver las colas, o la tienda cerrada antes de tiempo por haberlo vendido todo, como ha ocurrido muchos días. DCA trabaja ahora por aumentar el número de productos, y anuncia nuevas incorporaciones: verduras, pan, 4.600 botellas de refrescos de jengibre, naranjas, galletas de centeno… «Si el primer Wefood es capaz de funcionar, nuestro plan es abrir más. Aún no sabemos si lo conseguiremos, ni dónde ni cuándo», advierte la activista. Sus beneficios, sean cuales sean, irán a parar al trabajo de esta organización humanitaria «por los más pobres del planeta».

Un planeta en el que, recordemos, 790 millones de personas pasan hambre mientras que otros 400 millones sufren sobrepeso. Y donde se tira a la basura más de un tercio de lo que se produce, según datos de la FAO y del libro Waste, de Tristram Stuart (el gran referente mundial sobre desperdicio alimentario) recopilados por el colectivo anti-despilfarro Feeding Zaragoza. La comida que desaprovechan Estados Unidos y Europa podría alimentar cuatro veces a quienes pasan hambre, y la que tiran los países desarrollados (calculada en unos 222 millones de toneladas anuales) equivale a la producción del África Subsahariana. En Europa, cada ciudadano es responsable de tirar a la basura entre 95 y 115 kilos de comida apta para el consumo al año. Y con lo que los supermercados desechan en un día, se podría dar de comer a 100 personas.

–«¿No es de locos?», estalla Bjerre.

Pues sí.

* Imágenes de Mikkel Østergaard


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4 Comments ¿Qué opinas?

  1. Esto ya lo hace desde hace tiempo la cadena de supermercados Simply en España (creo que pertenece al grupo Alcampo). Es un planteamiento buenísimo de la función de un supermercado en la sociedad.

  2. En Zürich lo encuentras en sitios habituales como Coop y Alnatura. Sobre una hora antes del cierre suelen poner los artículos, que están próximos a la fecha de caducidad o la fruta que por ejemplo no tiene el mejor aspecto (aunque está igualmente buena), al 20% ó 50% de su precio inicial. No se tiran a la basura y los clientes nos ahorramos dinero

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