“Tengo que hacer una confesión. Cuando era pequeña no pensaba que a lo largo de mi vida fuese a vivir una revolución. Eso eran cosas que se leían en los libros. Pero cuando empezó el siglo 21 empecé a darme cuenta de que estaba viviendo una revolución tecnológica que, después, se ha convertido en social y cognitiva”. La presidenta de la Institución Educativa SEK, Nieves Segovia, dijo esta mañana en TEDxMadrid que “no es de extrañar que estemos en una revolución. Las revoluciones suceden a las crisis. Y, evidentemente, hemos vivido una profunda crisis”.
Pero esta crisis no es solo económica. Ni siquiera solo política. Es también una “crisis de recursos humanos”. “Vivimos en una economía del talento. La llamaron economía del conocimiento pero yo prefiero llamarla economía del aprendizaje porque hace una mayor referencia a la capacidad que tiene cada individuo a hacer cosas junto a otros. Hoy tenemos herramientas que nos permiten alimentar el conocimiento juntos”.
El siglo 21 nos ha sorprendido con la Economía del Talento, según Segovia. “A menudo nos referimos al mundo universitario. Es ahí donde se prepara a las personas para el mundo del trabajo… Pero yo creo que la cadena de valor se rompe mucho antes de llegar a la universidad”.
“Antes de que los alumnos lleguen a la universidad, hemos perdido un tercio de nuestro talento”, prosiguió la experta en pedagogía. “Estamos produciendo un 3% de alumnos brillantes frente al 8% de estudiantes brillantes de la media de Europa. Si solo pensamos en la universidad, estamos desaprovechando muchos recursos para ir más allá como sociedad”, enfatizó Segovia.
Para evitarlo hay que ir unos escalones hacia abajo: la escuela. “¿Qué está pasando de la escuela?”, preguntó la promotora de la iniciativa Global Education Forum. “Reproducimos un sistema educativo industrial, un modelo productivo creado para responder a las demandas de aquel sistema y que, por eso, se basaba en la memorización, las jerarquías, la automatización… Reproducía el mismo modelo que una cadena de producción, con horarios cerrados…”.
Este desajuste entre los intereses de los jóvenes y los métodos de enseñanza es cada día más obvio. Aunque muchos no lo han sabido ver y por eso, incluso los medios de comunicación, habla de ellos como “una generación perdida”.
Segovia no está de acuerdo. “Es una generación radicalmente distinta a nosotros cuando éramos jóvenes. Lo que se está produciendo es una adaptación de la especie al medio a una velocidad de vértigo. Se sorprenderían de las diferencias cognitivas entre los niños de 5 años y los adolescentes de 15 años. Aprenden, se relacionan, socializan de una manera totalmente diferente… Imaginaos las diferencias que puede haber entre otros grupos de edad. Eso es lo que nos permite soñar en ir mucho más lejos”.
Nieves Segovia hizo una referencia a Daniel Pink para plantear el futuro que quiere la sociedad para las generaciones más jóvenes. “¿Queremos que sean trabajadores de mono azul de la era conceptual? Eso es lo que conseguiremos si los seguimos educando así. Y si tenemos que hablar de revolución educativa, habrá que hablar de revolución educativa. No hay que tener miedo a esa palabra. No es más que un cambio de paradigma”.
La educación de las nuevas generaciones tendrá que tener muy en cuenta que “cada vez se está desintermediando más el apendizaje de la escuela. Los alumnos aprenden cada vez más fuera de la escuela y hay que ayudarles a ello porque son la fuerza de transformación de nuestra sociedad”.
Para que todo esto sea posible “tenemos que hacer un ejercicio. Aprender a desaprender. Les invito a crear una red social de innovación donde estemos todos: docentes, empresas, grupos de innovación… Hagamos una gran conversación donde participemos todos. Y las empresas deben ser conscientes de que van a tener la suerte de recibir más candidatos que nunca. Van a contar con todos los candidatos posibles, incluso con aquellos que perdimos en las aulas”.
“Si se asoman al mundo de la educación, van a descubrir una generación de jóvenes que van a transformar sus organizaciones”, indicó Segovia. “Hoy están desaprovechando su talento. Hoy estamos aún muy sorprendidos por una generación totalmente distinta”.
“En este contexto”, continuó la pedagoga, “se preguntarán ¿por dónde empezamos?”:
- “Utilicemos la tecnología. Porque tiene una capacidad de transformación del sistema que todavía no hemos utilizado. La tecnología nos permite utilizar los códigos y canales que emplean los jóvenes, y permite adaptar la velocidad del profesor al ritmo de aprendizaje de los alumnos”.
- “Tenemos que unir lo que se aprende dentro del sistema de educación y fuera de él. Esto ocurre con el entretenimiento. Todos hemos aprendido jugando. Por eso tenemos que tenerlo en cuenta como un ámbito fundamental de aprendizaje”.
- “Rediseñemos. ¿Dónde aprenden? Tendremos que ir a los canales donde hoy están los aprendizajes”.
Para Nieves Segovia, la tecnología “tiene la clave para transformar el modelo educativo”. Un reto que “no solo es necesario. Hoy es posible”.
Imagen de Lizette Greco reproducida bajo licencia CC.