This is Spinal Tap: el rascacielos más pequeño del mundo

28 de enero de 2012
28 de enero de 2012
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Ubicado en el 701 de LaSalle Street, en el centro de Wichita Falls, Texas, el edificio Newby-McMahon es una estructura más bien pequeña de 3 metros por 5,5 metros de planta y cuatro pisos de altura. Pero desde 1920 es conocido como «el rascacielos más pequeño del mundo» debido al insólito origen de su edificación, hoy Monumento Histórico de Texas.

Todo comenzó cuando en 1912 se encontró una enorme bolsa de petróleo cerca de la ciudad de Burkburnett, en el Condado de Wichita. La zona y sus alrededores comenzaron a experimentar un crecimiento explosivo en población. En 1918, alrededor de 20.000 nuevos colonos se habían instalado y la ciudad se estaba quedando sin espacio para oficinas.

Es ahí cuando entra en escena un avispado hombre de negocios e ingeniero estructural de Filadelfia llamado JD McMahon, que en 1919 decidió que iba a construir un edificio, anexo al que tenía la compañía Newby, de nada menos que 480 pies de altura (unos 150 metros) para dar salida a tanta demanda de ocupación por parte de los nuevos empresarios que llegaban a la ciudad.

Sería un rascacielos la mitad de altura que la mayor construcción de la época en el mundo, la Torre Eiffel, con 330 metros. Y estaría en Texas.

Deseosos de aprovechar la oportunidad de ser aún más ricos gracias a estos nuevos ricos, muchos inversores agruparon su dinero y McMahon recaudó 200.000 $ (alrededor de 2,5 millones de $ en la actualidad) en muy poco tiempo. Así que se elaboraron los planos del rascacielos, se distribuyeron y se firmaron. Pero nadie se dio cuenta de un pequeño detalle: la escala de los planos estaba en pulgadas en vez de en pies.

En cuanto el edificio comenzó a tomar forma, los inversores se dieron cuenta que les habían estafado al comprar un edificio de cuatro pisos de sólo 480 pulgadas de altura (12 metros), en lugar del inmueble de 480 pies que se esperaban. Se presentó una demanda contra McMahon, pero para su consternación la construcción se declaró legal, ya que McMahon la había edificado exactamente de acuerdo con los planos que habían firmado.

Una vez terminado el «pequeño rascacielos», McMahon dejó Wichita Falls (quizás incluso Texas) llevándose consigo el dinero de los inversores. Para colmo, los planes de construcción no incluían una escalera interior, por lo que los pisos superiores quedaron inaccesibles. Los propietarios del edificio, una vez terminado, instalaron una escalera como guinda a esta tarta del sinsentido inmobiliario.

Con el paso del tiempo, el edificio Newby-McMahon se ha convertido en un monumento histórico a una época que nos vuelve a visitar de manera cíclica. Ha sobrevivido a los tornados, a los incendios y al abandono; y aún permanece como un recuerdo de la codicia, la corrupción y la credulidad de la época del auge petrolero del Norte de Texas.

Unos atributos humanos que, curiosamente, también se ven bien reflejados en esa película de culto de Rob Reiner que es «This is Spinal Tap», donde las pretensiones musicales de un grupo de heavy ficticio corren parejas a las pretensiones de esos constructores por erigir castillos en el aire.

En esa cinta, existe un momento cumbre de mezquindad que se asemeja a lo que pasó con el edificio Newby-McMahon. Uno de los aspectos más destacados de las tribulaciones del grupo era una canción acerca de Stonehenge, donde la banda ordenó, como parte de sus pertrechos para el escenario, un modelo de 18 pies de alto (5,5 metros) del famoso santuario de piedra.

Por desgracia, el miembro de la banda que dibujó el diseño escribió 18″, dieciocho pulgadas, no pies, como se mostraba en un fotograma con el dibujo. El manager de la banda ordenó construir el modelo dibujado y les entregaron unas piedras minúsculasen vez de los imponentes monolitos que esperaban. Tuvieron que tocar con ellas en el escenario mientras unos enanitos saltaban a su alrededor.

El origen de esta descacharrante escena está basada realmente en una gira de 1983 del grupo Black Sabbath con Ian Gillan, el vocalista de Deep Purple; la segunda de las canciones del disco «Born Again» llevaba por título precisamente «Stonehenge» y el grupo decidió basar la escenografía de su tour en este concepto.

El problema fue que se presentaban en los recintos con unos pedazo de moles de cartón piedra con forma de menhires que no había forma humana de introducir en los locales donde tocaban, para asombro y vergüenza de los promotores, que en vez de inmobiliarios, ahora eran musicales.

Fuentes: Wikipedia y Spinaltapfan.com

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Patrick Thomas

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