A pesar de amenazas como la gentrificación, todavía hay barrios en Madrid que se resisten a dejar de ser eso, lugares donde todo el mundo se conoce y charla animadamente las calles y donde los balcones exhiben despreocupados las coladas y las sábanas tendidas al sol como seña de identidad. Barrios de toda la vida en los que todos en los que el pequeño comercio resiste heroicamente al envite de los grandes centros comerciales y las compras online. Mercerías, librerías, floristerías…, negocios muchas veces familiares que llevan ahí desde siempre y que forman parte de la idiosincrasia de un barrio popular.
Villaverde Alto es uno de ellos. Y ha sido el escenario escogido por María Márquez y Asier Rodríguez, dos estudiantes del Máster de Creatividad Publicitaria en la escuela Brother Madrid, para llevar a cabo el proyecto Tiendas Tendidas, cuyo fin es impulsar las compras en estos comercios de proximidad y defender, de este modo, la vida en el barrio. Y para ello, se les ha ocurrido utilizar esas mismas sábanas que se tienden en los balcones como soporte publicitario sobre el que promocionar esos pequeños negocios entre los vecinos.
@tiendastendidas Tiendas Tendidas nace con el objetivo de ayudar a los pequeños comercios de Villaverde Alto. Y lo hace con sábanas. Pintamos frases atractivas en ellas, las tendemos y ¡a esperar que se corra la voz! Porque si no pueden permitirse los medios de las grandes marcas, creamos nuestros propios medios 🫱🏼🫲🏽 #villaverdealto #comerciolocal #debarrio ♬ original sound – Tiendas tendidas
«Villaverde es un barrio de los de toda la vida que sigue manteniendo esa esencia —explica Asier—. Pero en los alrededores se están abriendo centros comerciales. El otro problema es el del relevo generacional: la gente se jubila, pero no se traspasa el negocio porque no lo quiere nadie. Al cerrarse negocios, hace que el barrio pierda vida. Y como en Villaverde aún se ve la tradición de colgar la ropa con vista a la calle en tendederos de cuerda, nos pareció que ese marco blanco de las sábanas era perfecto para intervenirlo».
La idea, cuenta María, «nace de un brief que nos dieron en una clase de Nuevos Medios, donde teníamos que buscar un medio distinto para publicitar lo que fuese. Y nosotros observamos que las sábanas son una parte de la colada que se deja tendida más tiempo que el resto de la ropa, ya sea por pereza, porque se tarda más en secar o porque se te olvida. Y nos pareció un medio interesante donde meter publicidad».
Después de un pequeño trabajo de investigación de campo, empezaron a contactar a través de Facebook, principalmente, con distintas asociaciones vecinales para contarles el proyecto y pedirles ayuda para difundirlo entre los vecinos. Pronto empezaron a recibir mensajes de personas interesadas en prestar sus balcones para colgar esas sábanas publicitarias.
Paralelamente, fueron hablando también con algunos negocios del barrio ofreciéndoles la oportunidad de publicitarse de esta manera entre sus vecinos y potenciales clientes. Y aquí la respuesta fue algo más tímida, aunque al final se sumaron al proyecto cuatro negocios: una librería, una mercería, una óptica y una floristería.
María y Asier se encargan de todo, y todo el presupuesto sale de su bolsillo: ellos buscan las sábanas (reutilizan aquellas que sus amigos y conocidos ya no quieren), diseñan la creatividad, escriben frases motivadoras para despertar el orgullo de barrio e incentivar las compras locales y pintan a mano las telas que luego se colgarán en los balcones. También, mueven las redes sociales de Tiendas Tendidas. Pero reconocen que no pueden dedicarle mucho más tiempo al proyecto porque también deben atender a sus estudios. Sin embargo, la semilla está plantada para que pueda seguir extendiéndose.
Como ellos mismos dicen, este proyecto no solo quiere ayudar a los negocios de Villaverde Alto a llegar a más clientes, también pretende reactivar la conversación en torno al problema de la desaparición del tejido comercial en los barrios populares a través de la creatividad.
«Creemos que este tipo de proyectos, creativos, de gente joven, pueden ayudar a que la cosa avance. Obviamente, no va a parar a los grandes centros comerciales ni va a impedir que la gente compre por internet. Pero quizá si nos haga recapacitar sobre la riqueza que aportan estos negocios a nuestras calles y lo importante que es cuidarlos como consumidores».