Lo de «lucir palmito» en la playa o la piscina es un tópico. Presumir de toalla no tanto, aunque este verano más de uno exhibirá con inusitado orgullo la suya durante sus vacaciones.
Entre ellos, los dueños de las toallas ilustradas por Ale Reitze, Bárbara Magdalena, Teté García y Rebeca Martín. Las cuatro ilustradoras han sido las encargadas de diseñar la colección limitada de toallas de Cervecería La Sureña.
«Queríamos volcarnos con el talento femenino porque consideramos que, en algunos sectores, sigue sin estar suficientemente reconocido», explica Sara Vega, directora de marketing, comunicación y RR.II. de Grupo Restalia, a la que pertenece Cervecería La Sureña.
Las elegidas para el encargo, dicen desde la marca, lo han sido «por su capacidad para reflejar una perspectiva innovadora en sus creaciones, y por aportar un diseño sorprendente y atractivo a los productos más cotidianos». Y ¿qué hay más cotidiano en verano que una toalla?
El sur de España, el optimismo y la actitud desenfadada ante la vida que se respira en sus pueblos, ciudades y playas (sobre todo en verano) es el tema que ha servido de punto de partida para todas las diseñadoras. A partir de ahí, cada una de ellas ha desarrollado su propia visión del verano.
Para Bárbara Magdalena, esta estación es «un atajo en el espacio y el tiempo donde puedes permitirte ser otra persona. Se parece a un agujero de gusano». De ahí que optase por un diseño «algo ambiguo con varios elementos que forman parte de ese extraño viaje». La ilustradora no ha prescindido en esta ocasión de su característico estilo «sencillo pero bruto» ni de la posibilidad de que cuando la gente vea el dibujo sienta que está contando algo, «como cuando miras una foto de un asesino en serie o un retrato del Renacimiento, aunque no vayan acompañadas de ningún texto, intuyes que hay una historia detrás».
Las noches de verano, en concreto, «aquellas que son mágicas, las que pasas en la playa o en el pueblo y que disfrutas tomándote una cerveza “a la fresca”» son las que Teté García ha querido recoger en su toalla. Dice que cuando Cervecería La Sureña le propuso participar en la iniciativa no se lo pensó: «El formato es muy interesante. La toalla es una superficie muy original y divertida para dar a conocer tu trabajo. Las piscinas acabarán siendo exposiciones sin que nos enteremos».
Ale Reitze quiso recrear en un mismo personaje «la frescura, diversión, alegría y versatilidad que nos regalan estos meses de verano». Para la ilustradora, es la época del año que casi todo el mundo espera que llegue y la que más se recuerda cuando acaba. Reconoce que el proyecto no sólo ha sido divertido sino que, además, le ha supuesto un importante impulso para su carrera ya que en la actualidad está especializándose en ilustración gráfico-textil.
A Rebeca Martín, por su parte, el encargo de Cervecería La Sureña le hizo recuperar en su mente un momento muy especial, «aquel en el que me voy de vacaciones a la playa y me siento en la orilla del mar, tranquila, reflexionando y preguntándome cómo será una vida paralela allí dentro, llena de peces y animales marinos. Cómo serán sus rumbos, sus caminos… Somos tan diferentes pero a la vez tan iguales…» Con el estampado de peces y personajes salidos del mar de su toalla, la ilustradora espera que cualquiera que se tumbe sobre ella experimente esa misma sensación.
El próximo 10 de agosto se celebrará el sorteo con el que Cervecería la Sureña regalará 92 de estas toallas entre los consumidores que desde el pasado 19 de julio hayan generado tickets por valor igual o superior a 8 euros y los hayan registrado en su web. Además, para premiar la originalidad de sus clientes, entregará un pack, que incluye los cuatro modelos de toallas al consumidor que, hasta el 30 de agosto, explique la anécdota del verano más divertida y sorprendente (tanto en uno como otro caso, el ganador será dado a conocer al día siguiente una vez acabada la promoción).
Que bonito es ver a alguien bonito tumbado al Sol en esa bonita toalla, ese alguien no soy yo…pero ay! Que bonitas son esas toallas!
La belleza es invisible a los ojos