Cuando ir a la ofi es ir al café

21 de abril de 2015
21 de abril de 2015
5 mins de lectura

Según el INE, el 27 % de las empresas tienen empleados que teletrabajan. A esto hay que sumar algunos autónomos que no trabajan desde una oficina, como por ejemplo diseñadores, periodistas, escritores… Todos estos profesionales, además de carecer de un sitio fijo al que dirigirse cada mañana, suelen tener horarios más flexibles, determinados por objetivos y no por una máquina de fichar.
La opción más inmediata para ellos es trabajar desde casa. Esto tiene numerosas ventajas, pero también puede hacerse a veces cuesta arriba, y es entonces cuando cambiar de aires puede resultar muy útil para la productividad y la creatividad. Este es el motivo de que muchos de esos trabajadores decidan coger el portátil o la libreta y dirigirse a un espacio de coworking, una cafetería o una biblioteca.
CUANDO TRABAJAR DESDE UNA CAFETERÍA ES UNA BUENA OPCIÓN…
Cuando una persona que teletrabaja decide pasar una jornada fuera de casa, busca aquello de lo que carece en su hogar. Si en casa no tiene tranquilidad (pareja, hijos, obras en el piso de arriba…) buscará un lugar donde estar concentrado y en silencio. Si, por el contrario, su casa es tranquila y lo que necesita es que le dé un poco el aire, ver otras caras y escuchar otras voces, buscará sitios donde note el calor humano.
Los espacios de coworking están en auge. La oferta es cada vez más amplia, y algunos ofrecen condiciones muy buenas: horarios flexibles, buena conexión a internet, tarifas económicas… Sin embargo, los sitios gratuitos son la opción preferida para los que quieren ahorrar, trabajar una jornada fuera por un motivo puntual o mantener una reunión distendida.
En estos y otros casos, es buena idea buscar una cafetería que disponga de conexión gratuita a Internet. Algunas personas, a pesar del ruido ambiente, afirman que les cunde mucho en esos lugares. «En casa me distraigo», «así me obligo a trabajar un número de horas» o «así aprovecho para hacer planes después» son algunos de los argumentos más repetidos.
No siempre hay que hacerlo solo. Trabajar al lado de compañeros de trabajo u otras personas con oficios relacionados sirve para vencer el sentimiento de soledad, hacer consultas o recibir opiniones.
En cualquier caso, trabajar desde una cafetería puede ser muy agradable para tareas que no requieran excesiva concentración, tales como preparar una presentación, documentarse o contestar correos electrónicos. Visitar espacios distintos o ver personas diferentes puede ayudar a que se abran los sentidos y ser provechoso, sobre todo, en los trabajos más ligados a la creatividad.

La bicicleta (Malasaña, Madrid)
La bicicleta (Malasaña, Madrid)

…Y CUANDO NO ES TAN BUENA IDEA
No todo el mundo sirve para trabajar desde una cafetería. Para realmente aprovechar el tiempo es necesario ser disciplinado, tener fuerza de voluntad y no distraerse fácilmente.
Tampoco las cafeterías son adecuadas para todas las profesiones ni todas las tareas. Las que requieran silencio y concentración, es preferible hacerlas en casa o en una biblioteca.
Las personas que trabajan con programas gráficos muy potentes, por ejemplo, quizá necesiten ordenadores de sobremesa o una conexión a Internet estable y tampoco estén cómodos en estos sitios.
Lo ideal es combinar varias opciones. Quizá, trabajar todos los días desde cafeterías no es recomendable: entre otras cosas, conlleva un gasto en las consumiciones que realices. La solución puede pasar por trabajar fuera solo un par de días por semana.
Y, aunque algunos de estos espacios están especialmente preparados para trabajar desde ellos (por ejemplo, «La bicicleta», en Madrid, tiene cajoneras en las mesas para que guardes tu portátil cuando vas al baño), es inevitable sentirse algo incómodo por ocupar una misma mesa durante varias horas habiendo consumido solo un café. Aunque ahora casi todos los establecimientos tienen wi-fi, unos están mejor preparados que otros para trabajar desde ellos. Quizá sería una buena idea que los lugares a los que no les importa que sus clientes hagan ese uso del espacio tuvieran algún distintivo. Algo así como «Freelances Friendly».
ALGUNOS SITIOS CON WIFI PARA TRABAJAR EN MADRID
En Madrid hay muchos lugares tranquilos y agradables en los que pasar una jornada de trabajo. En la zona de Malasaña (metro Tribunal) está, por ejemplo, La bicicleta. Una buena opción durante el día: las mesas desde las que se puede trabajar están señaladas y disponen de enchufes. A partir de cierta hora de la tarde, el sitio se llena, por lo que la jornada laboral debe terminar ahí algo antes que en otros espacios. Pepe Botella, una cafetería «de las de toda la vida» con bastantes mesas en las que se puede trabajar o quedar con alguien. Tipos Infames es un mítico café-vinoteca para charlar. Debido al reducido número de mesas, quizá no es la mejor opción para ratos largos.
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Pepe Botella (Malasaña, Madrid)

No muy lejos, en Chueca, se encuentra Bon Vivant&Co. Un sitio cómodo a cualquier hora del día para reuniones y otras actividades laborales.
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Bon Vivant & Co (Chueca, Madrid)

En la calle Zurbano, recientemente elegida por el New York Times como una de las doce mejores calles de Europa, se encuentra Crustó. Ofrece enchufes, wifi, mesas amplias… y bollería artesana.
Crustó (Alonso Martínez, Madrid)
Crustó (Alonso Martínez, Madrid)

En la zona de Castellana (metro Gregorio Marañón), sorprende la luminosidad de Wanda Café Optimista. Tiene una gran cantidad de mesas. Todos los asientos que están junto a las paredes cuentan con un enchufe que se descubre levantando una tapita; así que está especialmente pensado para trabajar. Se agradece un oasis tan agradable en un área de negocios.
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Wanda Café Optimista (Castellana, Madrid)

Lavapiés es otro de los barrios de Madrid en los que trabajar desde sitios públicos está a la orden del día. Un buen lugar para hacerlo es La infinito, un rincón donde también se pueden comprar e intercambiar libros, el Alma Café El terral.
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La infinito (Lavapiés, Madrid)

Si por esa zona se quiere visitar un sitio especial, es recomendable pasarse por Swinton & Grant, un espacio con cafetería, librería (sobre todo de cómics y libros de diseño) y, si se tiene suerte, incluso alguna exposición en su planta baja. No muy lejos de allí se encuentra La Casa Encendida. Tiene biblioteca y también una pequeña cafetería con conexión wi-fi.
La casa encendida (Madrid)
La casa encendida (Madrid)

Los que necesiten más concentración encuentran, caminando un poco más la biblioteca del Museo Reina Sofía. Para entrar, basta con enseñar el carnet de identidad. También es posible trabajar en la Biblioteca Nacional (el carnet es gratuito y se solicita por internet), aunque tiene más restricciones en cuanto a los objetos que se pueden introducir en sus salas. Otra buena opción es la biblioteca del centro asociado de la UNED en las Escuelas Pías.
(Artículo escrito íntegramente desde lugares arriba mencionados.)

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Yorokobu es una publicación hecha por personas de esas con sus brazos y piernas —por suerte para todos—, que se alimentan casi a diario.
Patrick Thomas

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