"Tú compras una camiseta y yo dejo de ser homeless ¡Guau!"

4 de marzo de 2011
4 de marzo de 2011
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Los que creen que el mundo es lo de siempre podrían pensar que Peludos es una ONG. Puede incluso pensar que ocuparse de encontrar un hogar para animales abandonados es una obra de caridad. Los que saben que las cosas ya no son lo que eran no se extrañarán de que Peludos sea una empresa social que pretende ser rentable para poder llevar a cabo una labor social: reubicar animales que se han quedado sin casa.
“Me gustan mucho los animales”, dice Karolina Arija. Eso implica que ver a un animal convertido en homeless no le gusta nada. Y, sin embargo, los ve. Por eso un día pensó que tenía que hacer algo para no encontrarse a menudo con esa escena.
La idea de montar una ONG no le convencía. “Las organizaciones sociales tienen, a veces, un tono agresivo o lastimero, y creo que eso no funciona. PETA, por ejemplo, es muy agresiva”, explica. La otra opción era crear una empresa. Pero no una compañía con fines meramente lucrativos (“eso está pasado de moda”, enfatiza). Tenía que ser una empresa social que construyera una marca social. “Que el lucro no sea únicamente personal (ahora ni siquiera lo es). Más personas o, en este caso, también los animales deben beneficiarse de su actividad. Vamos, que quiero empujar el mercado o a las futuras generaciones a implementar este modelo de negocio que en otros países ya se está desarrollando”.
Peludos se constituyó, así, como una empresa que, a diferencia del tono empleado a menudo por las ONGs, “cambiara la imagen y reforzara los vínculos hacia las causas sociales”. Nada de lamentos ni de caridades. “Mi intención es generar un mensaje positivo y que las personas lo integren en su estilo de vida y digan: ‘Quiero arropar‘ o ‘Qué bien, puedo hacer algo y no me supone un gran esfuerzo porque me gusta’”, explica.
Karolina Arija fundó la empresa y a ella se unieron como socios Alvaro Ortiz y María Serret de Ena. GrandeGraphix llegó a continuación para hacer la imagen de la compañía.

La filosofía de Peludos, al igual que predica la Blue Economy, considera que la caridad tiene sus límites y que resulta más efectivo premiar al que apoya una buena causa. La compañía recaudará los fondos para destinar a albergues vendiendo camisetas con diseños de ilustradores, en ediciones limitadas de 100 unidades, porque, según Arija, así se convierten en “objeto de deseo” y no en “merchandising de empresa”. Y, además, «para reforzar el sentimiento de colaboración de la persona que adquiera la camiseta, cada una llevará en su envoltorio el nombre de uno de los animales que está esperando para ser adoptado».
Los primeros modelos de camisetas son de David García y Manu Griñón, y tienen un precio de 20 euros. Más adelante se sumarán otros ilustradores y, además de camisetas, venderán accesorios y otros productos.
Peludos se presenta el próximo sábado, 5 de marzo, con una fiesta abierta a todo el mundo y a todos los animales (absténganse de llevar cocodrilos y similares, por favor). La cita es en Cuervo Store (C/ Velarde 13, Madrid) a las 18.00 y el grupo Wild Honey tocará para todos los peludos (humanos, animales e híbridos, que también los hay) que acudan al local. Los fondos recaudados de estas primeras ventas irán al albergue Anaa, en la Comunidad de Madrid.






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