El futuro de las revistas de papel se encuentra en territorios que no tienen pinta de ser masivos. Eso es una mala noticia para las personas que nos dedicamos a hacer revistas de papel, que comenzamos a llorar esta caída de interés en 1732 y aún seguimos con la vaina.
También es una mala noticia para los lectores de revistas porque, qué demonios, leer una revista proporciona dosis de placer mucho mayores que, pongamos, leer una silla metálica en colores pastel.
Lo que hoy te traigo con este ritmo zumbón es The Ultimate Piensódromo of the Summer. El Piensódromo definitivo –sí, ‘ultimate’ es ‘definitivo’ y ‘actually’ es ‘realmente’–. El Piensódromo con el que vamos a apostar por el futuro de las revistas de papel para solaz de tus churumbeles y tranquilidad de los míos, que tienen que comer de esto.
Mi primer fanzine, ¡chispas!
Seguro que a estas alturas de verano, ya tienes ganas de pegarle una patada al Fortnite de tus chiquillos –¡viva Minecraft!– y gritarles que se vayan a la calle a hacerse una caseta de madera con clavos oxidados para que comiencen a masturbarse a escondidas. Existe un libro que acrecentará mucho más esas ganas.
Es un librito de la cordobesa editorial Bandaàparte, que está especializada en hacer pequeños libros bien bonitos. Se llama Qué es y cómo hacer mi primer fanzine y está escrito por Javier García-Herrero, una persona que, como todas las personas de bien, es de Murcia.
Javier es licenciado en Bellas Artes especializado en Prácticas Creativas para la Infancia y en Psicología Evolutiva y tiene el culo pelado de hacer talleres experimentales y de crear fanzines desde tiempos inmemoriales. O no tanto, que nació en 1983 y conserva un cutis estupendo.
Qué es y cómo hacer mi primer fanzine es una maravilla para que niños a partir de 4 años comiencen a crear sus propios fanzines. Paso a paso. Con consejos técnicos acerca de la intrincada técnica que requiere una misión como esta –doblar cuatro folios–. Con consejos creativos acerca de qué tipo de cosas se pueden contar en un fanzine. Esta parte es sencilla: vale todo. Pero es sumamente útil que alguien te lo recuerde a veces.
La guía burda, es decir, la recopilación que he hecho yo, es sencilla:
- Cogemos cuatro hojas A4 y las doblamos por el centro.
- Creamos una portada de esas que hacen que se te caigan los pantalones al suelo por la emoción.
- Llenamos el resto de páginas de textos del copón; fotos pintonas; collages; dibujos; posavasos de cervecerías alemanas; un calendario del Rayo Vallecano de la peluquería de Antonio, a punto de jubilarse; un par de mensajes ocultos que solo tú y Lucía, tu compañera de clase, entendéis y ya estaría.
- Llevamos esos cuatro folios a una tienda de fotocopias para que nos hagan una primera tirada.
- Grapamos las fotocopias como campeones y repartimos nuestros fanzines con elegancia y sutileza.
El libro contiene muchos detalles, recursos y un breve repaso por los motivos que hicieron que Javier García-Herrero se convirtiese en un maestro fanzinero.
Un niño tiene historias que contar en cada segundo de su vida. En verano, más. Si quieres hacerle un favor a él, si te quieres hacer un favor a ti, enséñale a plasmarlas en papel.
Este contenido es una columna llamada El Piensódromo. La enviamos los viernes por email e incluye algún tipo de reflexión acerca del ecosistema que nos rodea y algunas recomendaciones culturales y lecturas adicionales. Si quieres recibirlo directamente en tu correo electrónico, puedes darte del alta en el formulario que hay aquí.