La cinefilia no quiere abandonar Zaragoza

25 de junio de 2013
25 de junio de 2013
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En abril de este año, publicamos un artículo sobre Cineciutat, una iniciativa de un grupo de antiguos empleados de las salas Renoir de Palma de Mallorca que tras su cierre lograron crear una asociación dedicada a gestionar los cines.
Inspirados por el éxito de Palma, otros tres románticos han decidido intentarlo en los clausurados cines Renoir de Zaragoza. Se trata de Óscar Cubel, el antiguo operador de cabina, Elena Sánchez, taquillera y Sergio Casado, que ejercía de portero. Su apuesta se llama Un Nuevo Renoir.
El cine cerrado
“Los tres fuimos trabajadores en Renoir Audiorama durante más de diez años. El cierre fue doblemente triste. Además de perder nuestro empleo, los tres amábamos nuestro trabajo. El tipo de cine que se proyectaba lo hacía un lugar único en Zaragoza y contribuyó a que los tres nos convirtiéramos en auténticos cinéfilos”.
Quien habla es Sergio Casado, que describe el proyecto como “un deseo y una ilusión. Queremos reabrir los cines Renoir Audiorama en forma de cooperativa y sin ánimo de lucro, con salas especializadas y en versión original, documentales, clásicos y películas para formar a niños y jóvenes», explica Casado.
«Nuestro proyecto es muy diferente a lo que existe actualmente en nuestra ciudad. La mayor parte de las salas son como supermercados, impersonales, fríos y clónicos. Queremos un cine que se centre en la dimensión artística del mismo, que busque la reunión de cinéfilos, estimular la conversación entre ellos y organizar actividades paralelas. Un espacio que no tenga nada que ver con las grandes multisalas invadidas por las mismas películas”.
Pero a la dificultad de pagar el alquiler en una zona privilegiada de la ciudad, se suma que las salas fueron desmanteladas por la empresa gestora tras el cierre. “Fue terrible, fuimos testigos del desmantelamiento de las salas. Se llevaron las pantallas, las butacas, lo que nos ha supuesto un obstáculo muy importante, pues a la dificultad del proyecto se ha sumado la necesidad de una fuerte inversión inicial para volver a acondicionar las salas”. La reacción en Palma fue más rápida, con lo que pudieron ahorrarse algunos de estos costes. “En Mallorca, la gran respuesta en la ciudad fue decisiva para que lograran salvar sus salas Renoir. Ojalá aquí hubiéramos tenido esa capacidad de reacción, pero no fue así”.

La pantalla de una de las salas una vez retirada
La pantalla de una de las salas una vez retirada

La economía tampoco acompaña y encontrar adeptos es complicado, “tenemos pocos apoyos, está siendo duro. A menudo hablamos de que parece que intentamos arrastrar un gran carro muy pesado; quizá seamos unos ‘ilusos’, como los de Jonás Trueba, pero no hemos querido tirar la toalla a pesar de estas dificultades. Hemos recibido apoyo de algunos grandes cinéfilos de la ciudad, como Toni Alarcón; también el respaldo en redes sociales y especialmente de tres personas del Instituto Aragonés de Fomento: Pedro Pardo, Juan Royo y Javier Martínez, que han sido muy importantes para que no nos cayéramos al suelo tirando de este carro”.
Según sus cálculos, la iniciativa sería viable con dos millares de miembros. “Con el respaldo continuo de unos dos mil socios el proyecto podría funcionar, pero en realidad hay muchos otros condicionantes, como la reforma del mismo local, el acuerdo con los dueños, etc… Eso si nos instaláramos en el mismo lugar, ya que no renunciamos a otras ubicaciones más modestas, y entonces el número de socios necesario sería mucho menor. Pero para conseguirlo lo fundamental es que Zaragoza desee abrirlos. Si la ciudad lo desea, lo logrará. Si está satisfecha con lo que tiene, pues no habrá nada que hacer”.
Entre las actividades que están llevando a cabo para dar a conocer su idea, está el estreno en salas cedidas de películas que todavía no se han podido estrenar en Zaragoza. Es el caso de Holy Motors, que el público maño todavía no había podido ver en pantalla grande. El estreno se hizo en la sala de proyecciones del Colegio Mayor Pedro Cerbuna, dentro del Campus Universitario de Zaragoza y famoso por organizar un cineclub abierto a todo el público desde hace muchos años.
Estreno de Holy Motors
Estreno de Holy Motors

“Ya el año pasado hicimos una proyección de Madrid 1987 en el Paraninfo de la Universidad. No era de recibo que la película de David Trueba no se hubiera visto en una ciudad como Zaragoza. Con Holy Motors, de Leos Carax queríamos ver qué respuesta había del público, queríamos llenar una sala como la del Cerbuna, de 300 personas, pero no lo logramos. Y era un estreno… El sabor fue agridulce, vinieron cinéfilos que acudían habitualmente a Renoir, pero no encontramos la respuesta arrolladora que buscábamos. Por eso quizá es momento de replantearnos las cosas y estudiar bien el próximo paso. La ciudad tendrá Un Nuevo Renoir si lo desea, y tendrá la dimensión que la ciudad quiera darle, o no lo tendrá, pero merece la pena pelear por algo así, por hacer una ciudad distinta y, creemos, una ciudad mejor”.

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Patrick Thomas

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