Muchos ustedes no lo sabrán pero, en Madrid, hoy es festivo local. A pesar de ello, por compromiso hacia nuestros lectores y porque es nuestra obligación levantar ESPAÑA, seguimos trabajando duro. Sin ir más lejos, un servidor lleva desde las 7.32 AM peinando YouTube con el objeto de encontrar el material más destacado. Bajo el epígrafe EPIC FAIL podemos encontrar todo un compendio de lo más granado de la estupidez humana. Y así se me ha pasado la mañana. Recuerden. El tiempo no se pierde, se deja fluir, líquido y distante, entre lo etéreo de nuestra existencia. Vean. Vean sin miedo de tirar su vida por la borda.
10 puntos en ejecución y bonus de «mira cómo molo con mi lancha». Un calvo que aterriza de fauces contra la cubierta de su motora. El dramatismo que aportan las gafas de sol en su épico vuelo no hacen sino enmarcar este vídeo en una tensión máxima.
Como estoy seguro de que hoy, a estas horas, se encuentran en un estado más que ocioso, les regalo casi once minutos de piñas gloriosas, de esas que alcanzan lo excelso por medio de la sencillez.
El otro día cerraron el prostíbulo de mi barrio. Como los neones que tenían allí ya no servían para mucho, fui con mis colegas a recogerlos para darles un uso más creativo. Esto es lo que nos salió.
Como tampoco es cuestión de estar todo el puñetero día haciendo bailes de panolis y teniendo en cuenta que en Yorokobu apostamos por el reciclaje y la reutilización, pensamos que podíamos usar las luces para animar una fiesta en casa, de esas con trifásicos y ponche Caballero.
Vivimos en un mundo supersónico. Es posible que carezcan del tiempo necesario para ver una película como Regreso al Futuro. Merecen ustedes por ello todo lo malo que les ocurra pero, aún así, también merecen algo de comprensión y ayuda. Y es así como llegamos a este vídeo de un minuto en el que se condensa toda la película. Y hecha con un maldito lápiz.
Mi novia, Sarah Silverman, es una chica de muchos recursos. Tiene un smartphone y sabe qué hacer con él. El otro día, le enseñó uno de sus trucos a Conan O’Brien. #útil.
Chicago no es Nueva York, pero bueno, es Chicago al fin y al cabo. ¿Saben la historia de aquel al que se le va la mano y hace 30.000 fotos de la ciudad, las monta en un vídeo y lo sube a Vimeo? Yo se la cuento, no se preocupen.
Ya saben que amamos la música, sobre todo la mala, esa que hace que te ruborices cuando escuchas tres acordes; esa que te empuja a asaltar una armería, salir cargado y emular a los hermanos Izquierdo; esa que invoca a Satán y diluye los límites de las puertas dimensionales que separan al mundo terrenal del infierno. Esta que habla del día de Acción de Gracias.