Miracle, según define su creador Nicko Nogués, «es el primer lugar del mundo donde las personas se pueden suscribir al Bien para Hacer Milagros, igual que se suscriben a Spotify para escuchar música o a Netflix para ver películas», así se lo expuso a Yorokobu en el momento de su lanzamiento. «Ahora queremos predicar con el ejemplo, que la gente, que las empresas, vean de qué modo puede ser innovador ayudar», sostiene. El último proyecto propio de la plataforma se llama Fénix #UnTrocitoDeEsperanza y ha puesto la maquinaria de crear milagros en Chile al servicio de unas víctimas del trágico incendio de Valparaíso (12 de Abril de 2014).
«La familia Quevedo vivía en una pequeña casa allí», explica el emprendedor sobre este pequeño retal de una catástrofe que dejó a 3.000 familias (12.000 personas) sin futuro inmediato. «Con el incendio no ha quedado nada. Fuimos hasta el lugar donde los Quevedo tenían su hogar y lo único que quedaba era un trocito de madera de la que fuera la entrada. Ahora viven hacinados en una casa de acogida».
Para visitar a estos afectados escogidos casi al azar, Nogués se trasladó de México a Chile, y tras escuchar la situación, les propuso obrar el milagro. Fénix es el plan de crowfunding solidario con el que Miracle, a modo de ejemplo de la financiación colectiva solidaria, quiere recuperar las vidas de estas víctimas del fuego.
«La idea fue que a partir de ese trozo de madera que quedaba de su casa, haríamos 450 trocitos que estamos vendiendo por internet a un precio de 55 dólares cada uno. Lo enviaremos al lugar del mundo desde el que lo pidan», explica Nogués; «sobre el viaje y el proyecto hemos hecho un corto». La venta de los resquicios de la vivienda de los Quevedo ya está en marcha tras haber conseguido (no sin sortear unos cuantos estragos aeroportuarios) trasladar los «450 cachitos de esperanza» hasta México.
«La intención que tiene Miracle con esta campaña, además de ayudar a esta familia, una más de entre todas las afectadas, es inspirar a que la gente, y sobre todo las empresas, se lancen a ayudar a otras muchas personas», dice el fundador de la plataforma. «Porque pensamos que el bien nos lo han vendido muy mal, que el bien se puede hacer en cualquier momento y no tiene que ser solo como un sacrificio o un esfuerzo. Es algo beneficioso no solo para los demás sino también para nosotros mismos. En muchos planos, no solo en el moral».
Miracle, que además de en personas enfoca profundamente su proyecto en empresas para «hacer el bien» en un estilo alternativo al de las ONG, opina que los beneficios que obtienen las compañías son de dos tipos:
«Por un lado, los internos», explica Nogués, «demostrar a tus empleados que la responsabilidad social corporativa de la que presumes como compañía no solo se queda en el discurso. ¿Qué tal si una empresa ofrece a sus empleados comprar un trocito de la madera quemada de los Quevedo? Estaría dando fe de su espíritu solidario, real, ante su gente. Ni ellos ni Miracle sacan un euro de todo eso, pero ellos ganan credibilidad empresarial».
«Por otro lado hay un beneficio externo», añade, «hacer el bien debe ser un compromiso, no algo hecho en un momento puntual para el spot, pero también es verdad que si en las campañas de publicidad las empresas proponen este tipo de acciones de ayuda a sus clientes, dejando claro que están por encima del discurso de buena voluntad, e involucra en las acciones solidarias a esa clientela, eso es positivo. Para los demás, y para ellos. La gente está satisfecha de comprar en esa empresa. Y esa empresa está haciendo algo bueno. Y podemos verlo hasta por la perspectiva de que si las empresas hacen campañas para que la gente viva más y mejor, más tiempo conservarán a sus clientes».
La plataforma ya lleva cinco días vendiendo los trocitos de madera calcinada. La financiación colectiva digital por la que han apostado lleva un ritmo pausado, pero están orgullosos de «haber dado un giro» al sistema crowdfunding con el que «no cabe la posibilidad de no llegar al éxito». «Hemos aprovechado la mecánica del crowfunding para resolver problemas sociales y lo hemos enfocado desde otra perspectiva», dice el creador. «Primero, que es un crowdfunding solidario, ya no es para un proyecto personal de alguien que quiere sacar adelante algo propio, sino para ayudar a terceros, que en el fondo es ayudarnos a todos como sociedad mundial. Y segundo, que como ya no se trata de cuál es el proyecto más chingón, sino de levantar una casa, como en este caso, nos saltamos el límite de tiempo. El tiempo que haga falta, lo que sea para que esa casa acabe levantándose. No hay posibilidad de no meter el gol».
Nogués y su equipo consideran que el proyecto Fénix no solo se trata de ayudar a la familia Quevedo. «Es que hacer el bien ayuda a uno mismo y ayuda a todos», opina el creador de bendiciones. «Hoy para ver milagros no hay que esperar a Dios, los milagros existen porque los hace la gente».