Los vรกndalos de los cromos de baseball

En rectรกngulo alargado, con cara de seรฑor antiguo, el jugador de baseball Honus Wagner tiene la mirada perdida. Con un fondo ocre y datado a principios del siglo XX, este cromo ya era en 1933 el mรกs caro del mundo. Pero desde los 50 dรณlares que valรญa entonces, su precio se ha multiplicado. En 1991 fue vendido por 451.000 dรณlares; en el 95, por medio millรณn, y fue subiendo y subiendo de subasta en subasta, hasta alcanzar los 2,8 millones de dรณlares. Hay que aclarar que este es un caso excepcional. Aunque algunos ejemplares pueden llegar a valer autรฉnticas millonadas, la inmensa mayorรญa de las tarjetas no se merecen ni el papel en el que estรกn impresas. Los hermanos Beau y Bryan Abbott, conocidos como los Baseball Cards Vandals, han encontrado la forma de sacarles provecho: alterarlos para que se conviertan en chistes grรกficos.
Nacidos en los 80 y obsesionados con los cromos desde niรฑos, explican que de su colecciรณn de los aรฑos 90, cerca del 99% es lo que se llama commons, que quiere decir que no son jugadores estrella y por lo tanto no valen prรกcticamente nada. ยซAsรญ que mientras cosechรกbamos los buenos, nos encontramos con una tonelada de los otros y decidimos convertirlos en lienzos para nuestros dibujos raros y bromas, buscando en ellas conexiones entre el nombre de jugador y la imagenยป.

Asรญ,  alguien con apellido Grant se convierte en el mรญtico general y presidente Ulysses S. A otro le pintan una gorra y hacen que ponga en su camiseta Tiny Lil`Dick, traducible como ยซpene pequeรฑoยป. A un atleta en pleno lanzamiento lo ponen planchando la ropa. Las referencias a penes, defecaciones, chistes soeces, monstruos clรกsicos y cultura pop forman parte de su repertorio habitual. Teniendo en cuenta que cada mes publican mรกs de 50 cromos alterados, lo mejor es pasarse por su archivo y echarle un buen vistazo.

Para entender el motivo por el que tienen tantos cromos y en tan buen estado, es necesario comprender cรณmo funciona el coleccionismo estadounidense en general y el de cromos de baseball en particular. ยซBรกsicamente, durante los 50 y los 60, estas tarjetas eran un juguete, por lo que los niรฑos jugaban con ellas y las intercambiabanยป, cuentan. ยซNadie trataba de mantenerlas en buen estado para mantuvieran su precio, ya que entonces no valรญan nadaยป. Pero entonces llegaron los 80 y, de repente, un cromo en buen estado de 1951 del bateador Topps Mickey Mantle era ยซalgo extraordinariamente raroยป y valรญa miles de dรณlares para los coleccionistas. Como encontrar un ejemplar en buenas condiciones era muy complicado, se generรณ un mercado a su alrededor.

Los coleccionistas, entonces, hicieron un sencillo cรกlculo. Si los cromos en buen estado de hace 30 aรฑos valen hoy tanto dinero, los de hoy dentro de otras tres dรฉcadas se revalorizarรกn de la misma manera. Como en el caso de los cรณmics, empezaron a comprarse toneladas de cรณmics y a guardarlos en buenas condiciones, como si fuera una inversiรณn. Viendo el auge, las compaรฑรญas de cromos empezaron a sacar mรกs y mรกs ejemplares para mantener la demanda. El problema es que los cromos de los 50 y 60 no tenรญan ese valor simplemente por estar en buenas condiciones, sino por que la mayorรญa estaban en condiciones pรฉsimas. ยซEstas dos cosas saturaron completamente el mercado y hay millones y millones de estos cromos. Ninguno es raro y encima no valen nadaยป.
Una pena para los coleccionistas pero una suerte para el mundo del humor. Si no hubiese semejante despropรณsito, nunca habrรญan nacido los Baseball Cards Vandals.

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#142 Primavera / spring in the city

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Patrick Thomas

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