Las palabras estaban guardadas en frascos de cristal. Permanecรญan allรญ, inertes, a la espera de que un poeta las mirara, las oliera, las tocara y despuรฉs decidiera llevรกrselas para utilizarlas en algรบn poema. Lo cuenta Eduardo Galeano en su relato La casa de las palabras. El escritor nunca dijo dรณnde se encuentra ese lugar pero sospechamos que es Amรฉrica. Por eso Yorokobu ha ido hasta allรญ.
Las ventanas de la redacciรณn de Yorokobu tienen vistas a Amรฉrica. Por medio quedan unos รกrboles, algunos pueblos, un paรญs alargado y un ocรฉano. Nada mรกs. Aunque todo eso se diluye cuando empezamos a escribir, leer o hablar. Todos usamos un mismo idioma: el espaรฑol.
Internet cosiรณ con sus cables la brecha acuรกtica que habรญa entre los dos lados del Atlรกntico. Yorokobu naciรณ en un punto geogrรกfico por imperativo de la fรญsica, pero su espacio mental no tenรญa nada que ver con distritos jurรญdicos. La primera sede abriรณ en Madrid pero siempre se interesรณ por lo que ocurrรญa en otros lugares y lo que decรญan los pensadores de destinos lejanos. Yorokobu no tiene banderas. Nuestro territorio es internet, una revista de papel, el lugar donde habitan nuestros lectores y el espacio donde trabajan todos los periodistas, fotรณgrafos, ilustradores, diseรฑadores y resto del equipo que hace esta publicaciรณn.
Pero para estar mรกs cerca de Amรฉrica Latina, desde este verano, Yorokobu estรก tambiรฉn en Mรฉxico. Es el primer paรญs del continente donde ya se ha establecido una persona del equipo: Jaled Abdelrahim.
Los artรญculos de Yorokobu seguirรกn cubriendo informaciรณn de cualquier lugar. Yorokobu continuarรก siendo una รบnica web para todos sus lectores pero hemos creado dos nuevos canales para salvar la diferencia horaria que los hilos de internet no pueden acortar entre las dos orillas. Yorokobu Amรฉrica, en Facebook, y Yorokobu Amรฉrica, en Twitter.
En nuestra bรบsqueda de la casa de las palabras hemos descubierto historias apasionantes de Amรฉrica Latina y las hemos ido contando en decenas de artรญculos durante el รบltimo aรฑo. Puedes ver algunas en la serie de enlaces que encontrarรกs despuรฉs de escasos renglones.
La casa de las palabras es un cuento de ficciรณn. Tenemos muy claro que no la vamos a encontrar nunca. Por eso seguimos buscandoโฆ y nos encantarรก que vengas con nosotros.
Foto de portada: Un muro en un paรญs de Amรฉrica Latina (somos conscientes de la falta de ortografรญa y del error de la atribuciรณn de la cita. No es de Einstein. Es de Gandhi).
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