En estos tiempos, los hombres se equivocan. Las mujeres son zorras. Es el juicio de una parte de la crítica y el público sobre los personajes de las series contemporáneas. Producciones que no escamotean a los personajes. De cada criatura de ficción sabemos de sus virtudes y defectos, aciertos y errores y el porqué de sus acciones. A pesar de esto, las mujeres son juzgadas con intransigencia y los hombres con benevolencia.
En foros y redes sociales, la animadversión hacia los personajes femeninos es propia del medievo. Se ha cambiado bruja por zorra y las piedras por tuits. Las víctimas no reciben daño, pero queda expuesto un odio primitivo, enquistado, hacia la mujer. Un odio social.
El hombre es villano. Si su poder y sus acciones no alcanzan para la ganarse la etiqueta, el crítico y el público lo considera criminal o canalla. Villano es una palabra con lustre. Está asociada al dinero y el poder. Criminal luce menos pero no es insultante. Un gran número de crímenes asociado a una inteligencia superior se considera un mérito por el público. El canalla despierta envidias entre muchos hombres y en una parte de las mujeres, una obsesión redentora. En cualquier caso, el villano, el criminal y el canalla son hombres que erraron el camino o que «hacen lo que tienen que hacer».
Zorra no tiene matices. Para el crítico irresponsable y el público vulgar tan zorra es una malvada de telenovela que un ama de casa amargada que, con temor y reparo, comete una infidelidad a despecho por las incontables amantes del marido. Zorra es quien rechaza al canalla cuando este pide consuelo entre lloriqueos. Zorra es quien para asegurar la supervivencia de sí misma y de sus hijos abandona al villano que quiere conquistar el universo. La zorra no «hace lo que tiene hacer»: la zorra es.
Zorra es una palabra tan sonora como cargada de rencor. A ningún hombre se le agravia llamándole villano o canalla. Criminal es una decisión judicial. Zorra duele. Es una pintada en la pared. Villano no es una pintada. (Los niños quieren ser villanos galácticos. Las niñas no quieren ser zorras). La palabra zorra describe a quienes la usan y no a las mujeres así etiquetadas. Revela una sociedad donde las series inteligentes tienen a idiotas entre sus espectadores.
Y cuando un hombre es un perfecto hijo de puta… también se insulta a un mujer.
Ninguna ‘zorra’ ha despertado tantos odios como Negan, que es un ‘villano’, palabra que seguramente sólo usas tú, porque para ese público al que tanto menosprecias es un ‘hijodeputa’, no un ‘villano’.
Estaría bien poder comentar casos por caso, porqué temo que habría bastantes cosas que discutir (sobre la «neutralidad» o «bondad» de ciertos personajes femeninos, empezando por Skyler White).
Luego está Cersei, que es una malnacida. Una «jitler» con vagina. Algo repugnante. Y por una parte entiendo la necesidad de hacer personajes femeninos así, pero por otro lado tengo la sensación que se aplauden cosas, que de hacerlas un hombre, provocarían mucho rechazó (y sí, podríamos hablar de la HBO y la «cultura de la violación»). Que ver personajes femeninos actuar mal (o muy mal) no nos ciegue que lo que estamos viendo esta mal.
Joffrey Baratheon.
Benjamin Linus.
O Tony Soprano.
No creo que ninguno llegue a generar «admiración». «Fascinación», claro. Como ver por un agujero 24/7 a Hitler o Stalin. Lo jodido nos fascina.
Luego está el tema del lenguaje y como llamamos a las cosas (especialmente entre personas de distintas edades, quizás ahí exista un gap importante). Me parece extraño que alguien de menos de 25 hable de «villanos». Ni los «villanos» de los tebeos se llaman a sí mismos «villanos». Son «malos». O «dementes». O «sociopatas». O cualquier palabra que pueda sonar bien en una rima de JayZ, Dr.Dre o Kanye West (género musical, por cierto, que nunca banalizará palabras como «puta». Por supuesto).
[…] Desde el punto de vista de Lola, ella es la heroína, a pesar de sus cuestionables métodos. Su manera de comportarse no es distinta de los protagonistas de El túnel del tiempo: aquí, dos hombres, Douglas y Tony, saltan de una época a otra, y no tienen reparo en tergiversar la Historia si se les ofrece una oportunidad. En el primer episodio quieren impedir el hundimiento del Titanic; en otro, el bombardeo de Pearl Harbour. No está presente en El túnel del tiempo el concepto del aleteo de la mariposa. Ni Douglas ni Tony son considerados como traidores. Son hombres. Hacen lo que tienen que hacer. […]
[…] observación lógica no evita que Ruth caiga por segunda vez. Es débil. La ficción no ha acostumbrado al público a que los personajes femeninos tengan debilidades. Ruth supone un (bonito) problema de guion: ¿puede un personaje sin talento, sin carisma, de […]