La fábula de la Casa de Campo

17 de enero de 2013
17 de enero de 2013
2 mins de lectura

060 copia
En el oeste de Madrid existe un paraje semisalvaje en el que “los habitantes de este bosque están mayoritariamente a lo suyo, que nadie sabe muy exactamente qué es, pero que tiene en apariencia profunda relación con lo ritual y místico. En general viven en grupo familiares pequeños, itinerantes y no emparentados entre sí, que en ocasiones se congregan para ciertos rituales de apareamiento, caza o cosas simplemente raras. Dada la escasez de información, tampoco se puede decir que sean buenas personas”.
Hay quien decide retratar la Casa de Campo, quizá injustamente, como un lugar lleno de prostitución. Otros optan por resaltar las competiciones deportivas que se desarrollan allí o simplemente hacer fotografías de la realidad. Pero los más de cuatro años que Antonio Xoubanova lleva pateándose el parque con su cámara le han sugerido algo completamente distinto. Para él, el parque es un lugar en el que “nunca sabes lo que te vas a encontrar”. Un espacio que contrasta con el acotado orden del Retiro y que permite a la mente pensar en libertad.
Xoubanova se ganaba la vida dando clases en la escuela Blankpaper y haciendo fotos para El Mundo. Una disciplina periodística “en la que todo está muy acotado y limitado, y en la que se intenta llenar la foto de la mayor información posible”, explica el fotógrafo madrileño. En cambio, cuando se perdía por los caminos de la Casa de Campo, su objetivo era otro completamente distinto. “Sugerir en vez de informar”.
002 copia
Xoubanova ha convertido esta experiencia en un libro de ficción que la editorial británica Mack sacará a la calle en febrero acompañado por un texto de Luis López Navarro que abre este artículo.
Son cinco capítulos que crean narrativas inventadas a través de sus fotos del parque. “Uno habla de amor, otro de la muerte, los instantes que se rompen, la sensación de pérdida y las cosas simbólicas que te vas encontrando pero que no tienes claro qué significan”, explica.
A medida que fue profundizando en su proyecto, Xoubanova se sorpendió de lo poco documentado que estaba el lugar a pesar de encontrarse en una capital, más allá de las previsibles noticias sobre prostitución que salen en los medios. Un lugar incontrolado lleno de misticismo para él y para muchos madrileños.
“Dicen que las almas de los recién difuntos pasan por el Cerro Garabitas antes de abandonar Madrid. Sin embargo, algunos deciden quedarse, o quizás no toman nunca la decisión y se quedan cual mendigos en la estación de autobuses, que al principio pedían para el billete y después ya no saben para qué pedían, y deambulan eternamente por el purgatorio de la Casa de Campo. Todo lo que quieren es que los dejen en paz”.
007 copia
010 copia
011 copia
012 copia
024 copia
025 copia
026 copia
027 copia
037 copia
038 copia
044 copia
046 copia
047 copia
053 copia
055 copia
058 copia
059
061 copia

Casa de Campo
144 páginas
15 cm x 21 cm
Printed and embossed linen hardcover

No te pierdas...