Influenciado por la ingente cantidad de divulgadores científicos que consumo compulsivamente en las redes sociales y por cierto asteroide patatoide que me arrancó una sonrisa recientemente, me animo a hacer mi propia interpretación de los conceptos más locos que he ido leyendo por ahí. Aviso a navegantes: no te puedes fiar de todo lo que ves en internet. Este artículo está inspirado en fuentes pseudocientíficas ya de por sí dudosas que, al pasar por mi sesgo e interpretación, han podido perder calidad por el camino. No me lo tengas en cuenta.
Estás siendo tragado por un sumidero galáctico supermasivo, y lo sabes

Artículos relacionados

18 de septiembre de 2025
ChatGPT, qué bien te expresas, quién te ha enseñado a hablar

17 de septiembre de 2025
Nathan Fielder tiene la mejor serie de televisión, y es una oda a la prueba y error

16 de septiembre de 2025
Mentí: no voy al gimnasio para estar fuerte (o cómo perder frente a la presión estética)

16 de septiembre de 2025
La felicidad sabe a vodka en el templo del whisky
Misma categoría
Artículo relacionado

Sobre nosotros
Yorokobu es una publicación hecha por personas de esas con sus brazos y piernas —por suerte para todos—, que se alimentan casi a diario.
