Más allá de lo que haya contribuido 5o sombras de grey, el que por cierto no cumple la mitad de las normas que conllevan estas prácticas sexuales, el sexo no convencional cada vez es más visible.
El bondage y el sadomasoquismo (BDSM en inglés) son solo un ínfima parte de todo lo que son las sexualidades que se salen de la norma. Durante años la religión y la sociedad han mermado la libertad sexual de la mayoría de los seres humanos, a pesar de que estas prácticas existen desde hace siglos y que en algunos casos, no solo sucedían, muchas de ellas eran habituales en los entornos más aristocráticos y atentos, porque a pesar de que los ingleses han sido de los que más han pasado a la historia por su inclinación hacia estas prácticas sexuales, el origen de algunas vuelve a llevarnos a Japón.
BONDAGE
Quien más y quien menos ha recurrido al siempre efectivo pañuelo tipo foulard para que lo ataran o atar al cabecero de una cama a la persona amada. La sensación de inmovilidad reporta placer a muchas personas, tanto hombres como mujeres, lo mismo que excita saber que tu pareja está a tu merced sin poder moverse de la cama.
El bondage tiene en el Shibari una de sus expresiones más delicadas y a la vez más contundentes. Una vez más, Japón entra en nuestras camas. Así es como dicen «atadura» en el imperio del Sol Naciente, solo que ya les digo que es todo un arte; no, no vale con atar con una cuerda y listo: sigue cierta estética y tiene sus propios principios.
La figura atada supone en sí una obra de arte, pero en la actualidad la atadura no implica la inmovilización total y se consideran de mejor calidad aquellos que mantienen en un plano triangular al maestro, la persona atada y el espectador, siguiendo las mismas pautas que cualquier obra de arte japonés.
Pero no siempre fue todo casi un espectáculo ni una práctica sexual no convencional…
El origen del Shibari está en un método de apresamiento de prisioneros que solo podían efectuar los samuráis entre los siglos XV y XVII y con el que unos samuráis apresaban a los samuráis enemigos en el mismo campo de batalla. Las diferentes familias tenían su propia técnica, de forma que los guerreros dejaban algo así como la «firma familiar» en sus prisioneros para que, si alguien los encontraba o conseguían escapar, todos supieran quiénes los habían torturado. Sí, torturado: porque el shibari en inicio era solo el principio de lo que le tenían preparado al prisionero.
Primero se inmovilizaba el tronco, después los brazos y por último las piernas. Había familias que gustaban de colgar a sus prisioneros para exhibirlos y hacia finales del S.XVII se llegó a perfeccionar tanto la técnica, que cuando los samuráis pasaron a formar parte de algo así como «la policía» japonesa, se podía deducir por el tipo de shibari practicado hasta el delito que el susodicho había cometido.
En la actualidad existe un arte marcial que también inmoviliza al oponente por medio de cuerdas. A lo largo de los siglos la policía japonesa ha empleado esta técnica. Y siempre manteniendo tres premisas:
1.- El prisionero no podía sufrir daños permanentes.
2.- La atadura debía impedir que el prisionero pudiera escapar.
3.- Nadie que no perteneciese a esta clase social podía presenciar el momento de atar al prisionero.
No crean que todo esto ya está más que olvidado. La policía nipona practica sistemas de lucha como el Taihojutsu que tiene mucho que ver con las antiguas técnicas Hojōjutsu.
Por cierto, en la mayoría de espectáculos de Shibari no hay penetración ni coito ni tan siquiera estimulación de genitales. Hay dominación y espectáculo, hay tensión sexual no resuelta, hay excitación y eyaculaciones incluso de la persona que es atada y también de la que ata… Pero no coito.
En la intimidad, ya es otra cosa. Y en las fiestas tipo orgías de BDSM hay personas que se ofrecen para atarte y ya serás tú el que decida si quieres final feliz o no.
El Shibari del S.XXI es un espectáculo que recomiendo absolutamente. Si nunca han visto una sesión no se pierdan este calendario de eventos de BDSM en el que aparecen las próximas fechas para descubrirlo (y unas cuantas citas más de todo eso que llamamos sexo no convencional).
SADOMASOQUISMO
Se denomina sádico a la persona que siente placer y se excita cometiendo actos de crueldad hacia otra persona. Masoquista es la persona que recibe esos actos y que también disfruta por ello.
En el sexo no hablamos de actos crueles, sino de actos que impliquen dolor, aunque en muchos casos se trata de actos de humillación en los que ni siquiera aparece el dolor físico. Uno de los grandes errores es confundir el sadomasoquismo con la crueldad, cuando en realidad el amo y el sumiso establecen las pautas de la relación desde el minuto uno.
Por extensión, entendemos que el amo es el sádico y el sumiso el masoquista.
Aparte de la palabra mágica con la que el sumiso puede poner fin en el momento que quiera a la relación sexual que se está llevando a cabo, amo y sumiso establecen los límites a los que están dispuestos a llegar. Nadie puede obligarte a hacer algo que no quieras hacer, así que incluso si te sientes seducido por conocer más el BDSM, que se te quite de la cabeza que es el amo el que va a poner límite a lo que vas a sentir; eres tú quien tiene que marcar hasta dónde.
Así que siento decirles a todos los que se hayan interesado por el Sr. Grey que mejor dejar bien claro que es un maltratador.
LA DISCIPLINA INGLESA
Los británicos han sido y son fieles a las citas del sadomasoquismo, hasta el punto de haberle dado nombre a algunas de sus prácticas. Se llama disciplina inglesa a las relaciones sexuales en las que aparece la flagelación y que llevan a cabo normalmente una persona que ejerce de maestro o maestra inflexible y un alumno o alumna que aprende y recibe su castigo correspondiente.
Por si fuera poco el nombre viene porque recuerda a los castigos corporales que durante la época victoriana sufrían muchos alumnos de los colegios internados, solo que cuando se incluyen en la vida sexual de cualquiera, el alumno disfruta con el castigo recibido, algo que seguro provocó mucho dolor y sufrimiento a los pobres niños ingleses.
Cualquier parte del cuerpo es susceptible de ser azotada. Al maestro también se le llama spanker y al alumno spankee, aunque hay quien mantiene que este término solo puede emplearse cuando la parte azotada son las nalgas.
En el BDSM también se incluyen las prácticas sexuales no convencionales en las que no hay dolor físico sino psíquico. El amo humilla a su sumiso. Lo hace verbalmente u obligándole a que adopte una posición inferior respecto a él. No se extrañen si por cualquier cita de BDSM ven a personas simulando ser perros, andando a cuatro patas e incluso hasta con bozal. Es más que probable que el amo o ama haya elegido sacar a pasear a su perro, aun cuando este no sea ni mucho menos un can.
Por cierto, para los que se llevan las manos a la cabeza al leer semejantes prácticas sexuales. Que nadie se olvide que todo se pacta antes de perpetrarlo y que, aunque no lo crean, hay personas que sienten placer al sentir dolor precisamente porque para ellos, ese dolor es lo que les provoca placer. Y tiene hasta explicación científica. Para empezar, que con el dolor liberamos endorfinas como mecanismo de defensa mental y los masoquistas tienen en estos opiáceos naturales la mejor de sus drogas.
Pero el sexo no convencional no se limita solo al BDSM; otras prácticas están consideradas dentro de este fabuloso mundo por descubrir.
SEXO ENGOMADO
Si a alguno le seduce la idea de adentrarse en el maravilloso mundo del sexo no convencional, debería al menos probar una vez en su vida lo que se siente cuando se viste con un vestido de látex y se tienen relaciones sexuales, entendiendo como tal hasta una simple caricia. Los trajes están fabricados de una fina capa de látex que no queda otra que ponerse con mucha calma y sin prisas: por lo pronto necesitaremos mucho lubricante para vestirnos, entre otras cosas porque los trajes de látex son una segunda piel.
¿Y cuánto hay de sexo en vestirse con un traje de látex que encima nos ha costado horas ponernos? Por lo pronto, existen trajes de látex cuya excitación es simplemente visual (veo a esa persona engomada y me pone) y otros que tienen habitáculo para cada una de tus extremidades incluyendo los penes. Por si fuera poco, la sensación de las cosquillas se incrementa notable y abrumadoramente con una simple caricia.
FETICHISMOS
Cualquier fetichismo está también considerado como una práctica sexual no convencional. El fetiche es el objeto que excita y el repertorio es muy especialmente amplio.
También puede ser que sea una parte del cuerpo: de ahí el fetichismo de pies, pero no son los únicos oscuros objetos de deseo: hay quien se excita con las manos, con los hombros o incluso con las cicatrices de sus amantes. Y todos están permitidos.
Cualquier práctica sexual no convencional ya ha salido del Manual Diagnóstico y Estadístico de enfermedades mentales, así que dejen de considerar o juzgar a cualquiera que le apetezca introducir estos elementos en su cama. Si quieren comprobarlo, aquí tienen, el famoso libro de marras.
Lanzarse a la aventura de probar todas estas prácticas merece un entrenamiento, que nos paremos a saber más del tema y que nos dejemos aconsejar. Nadie nace aprendido; menos cuando hablamos de actividades que normalmente no aparecen en ningún plan de estudios. Por eso es bienvenida la primera asociación que aglutina toda la información y posibilidades que tiene el sexo no convencional. En BDSMK ofrecen talleres, hay reuniones de grupo, te ponen en contacto con otras personas que puedan instruirte en este sexo y por supuesto te informan de los eventos que se puedan crear. No es una página de contactos a pesar de que te ayudarán a que estés en contacto con otros mundos sexuales hasta ahora proscritos. Ellos y Golfxs por principios, de lo mejorcito para saber más de estos temas.
Por mucho sexo. Pero sobre todo por sexo muy bueno.