Tenía un scanner y estaba aburrido. Así que empezó a escanearse la cara. Tras varias pruebas, decidió mover su cara al mismo ritmo que el sensor óptico, y entonces su rostro empezó a aparecer distorsionado en la pantalla. Ya no se aburría y siguió haciendo pruebas… hasta que de repente, su cara, la del creativo digital Xavi Solé, apareció totalmente espachurrada, plana y sin relieve. Así nació Scanface.
Esta es una de las actividades a las que se dedicaba Xavi Solé en los ratos libres que le dejaba su trabajo de creativo en distintas agencias de Barcelona. “Parecía una textura como las que se aplican a los modelos 3D de los personajes de videojuegos, pero con una diferencia: aquí no hay ni 3D, ni montaje, ni collage ni nada”, explica Solé, “solo mi cara totalmente esparcida gracias al proceso”.
El resultado es algo que fácilmente se puede realizar con Photoshop. Sin embargo, el creativo decidió deliberadamente no realizar ningún tipo de montaje. “Me pareció interesante realizar un proceso analógico con un soporte digital”.
Para que se entienda fácilmente, el procedimiento es parecido al revelado fotográfico en el cuarto oscuro. Decides qué tipo de contacto quieres realizar (objeto, negativo, etc), aplicas luz al papel fotográfico, manipulas mientras se crea la imagen y finalmente aparece el resultado.
“En el caso de las Scanfaces, aplicas el contacto de la cara con la superficie del escáner, distorsionas la imagen a medida que se está creando y finalmente aparece el resultado en la pantalla”, señala Xavi Solé. Si el retrato no sale como quiere, repite el proceso hasta que aparece la imagen más interesante.
A medida que Scanfaces tomaba forma, el autor se dio cuenta que si todas quedaban perfectas, no había diferencia con lo que se puede realizar con postproducción. “Por eso decidí usar aquellas piezas en las que se notaban los errores. Les da carácter. Las imperfecciones analógicas y digitales le dan riqueza a los retratos, tanto a los más deformados como los más uniformes”.
Y como lo resultados no le dejaban de sorprender, se compró un nuevo escáner con mucha más resolución que el anterior, y así poder experimentar con la profundidad de campo de la imagen. “Al principio, las imágenes quedaban totalmente planas, eliminando cualquier sensación de profundidad. Ahora, a la distorsión de la imagen le estoy añadiendo un factor de volumen. Los resultados me están llevando hacia unas imágenes más pictóricas, con más planos, más relieve y nuevos juegos de perspectivas”, comenta orgulloso Solé.
Sus amigos fueron sus primeras víctimas. Pero cuando la cosa se fue profesionalizando decidió que, además de familiares y amigos, le gustaría escanear a gente inspiradora, a gente a la que admira en distintos campos. Y así fue como Joan Fontcuberta, Quimi Portet, Vengamonjas o Miguel Noguera acabaron con su cara aplastada en el escáner de Xavi Solé.
¿Y dónde puede acabar todo esto? Pues en cualquier sitio, aunque de momento el proyecto avanza en dos direcciones. “Por una parte, realizar una exposición con una selección de las Scanface que encuentro más interesantes, impresas en gran formato. Y por otra, concibo las Scanfaces como un sistema para hacer retratos, por lo que, además de los que seguiré haciendo por mi cuenta, ofrezco la posibilidad de realizarlos bajo pedido a personas que estén interesadas en tener uno”, concluye Solé.