Claudia Sahuquillo sabe por qué dan tanto miedo nuestras tetas

7 de abril de 2022
7 de abril de 2022
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claudia sahuquillo

Una botella suele contener agua, pero también un mensaje. En los últimos años las botellas duraderas, aquellas que nos permiten evitar las de un solo uso, encapsulan la idea de que hay que cuidar el planeta y evitar los desperdicios. Es un objeto que ya de por sí tiene un mensaje. Esto ayudó a decidirse a la artista Claudia Sahuquillo para colaborar con Closca. 

La Closca Bottle Caos es una botella icónica que tiene, además del mensaje ecologísta, uno feminista impreso en la piel. «El pattern de esta botella sale de una serie que se llama Caos, llena de colores brillantes, que vibran, que te hacen sentir y que existen sin pedir permiso», explica la artista. «Con esta botella quiero brindar por nosotras, por existir como mujeres sin pedir permiso, por querer cambiar las cosas y llegar a ser mujeres que vibran, que piden y que son como quieren ser».

claudia sahuquillo

Para Sahuquillo, trabajar sobre una botella no ha sido difícil, ella está acostumbrada a plasmar sus trazos sobre superficies irregulares, como los cuerpos. Esta joven artista ha ganado popularidad en las redes (en Instagram ronda los 80.000 seguidores) gracias a sus originales trazos y a los cuerpos donde los plasma. En el trabajo de Sahuquillo, el contenido es tan importante como el continente, y juntos lanzan un mensaje unívoco.  

claudia sahuquillo

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«La tesis de mi máster consistía en la exploración del dibujo más allá de los límites tradicionales», comenta la artista. «Empecé a expandir el dibujo por todas partes: suelo, paredes, rocas… hasta que llegué a la piel».

Sahuquillo se dio cuenta de que la piel, como soporte, tiene ciertas peculiaridades: respira, se mueve, transmite energía. Sus seguidores también se dieron cuenta. Y pronto empezaron a reaccionar inundando de corazoncitos virtuales sus trabajos.

El proceso se daba de forma muy natural: «Quedaba con una o dos amigas, escuchábamos música y tomábamos vermut mientras las pintaba y hablábamos de feminismo durante horas». 

claudia sahuquillo

Parecía una reunión de amigas, pero de ella surgía algo más. Algo orgánico, visceral y poderoso se creaba en esas sesiones. «Al mundo le interesaba lo que ocurre cuando una mujer decide ser obra de arte», reflexiona la artista. Pero a Instagram no. La red social censura los pezones femeninos.

claudia sahuquillo

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«Para mí pocas cosas hay tan extremadamente absurdas en este mundo que hemos creado como la diferencia entre un pezón femenino y uno masculino. Son literalmente lo mismo, solo que el hombre es libre y puede mostrar lo que quiera, y el femenino está repleto de una carga sexual y pornográfica asfixiante», señala la artista.

El problema no es que no haya desnudos femeninos en la sociedad, está lleno. El problema es que son desnudos sexualizados, idealizados, capitalizados. Sirven para vender sexo o dietas, pero no para normalizar o para crear. Como explica Sahuquillo: «La censura femenina no es más que una forma más de opresión. El problema no es el pezón, sino cómo lo vemos».

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La historia del arte y los museos están llenos de mujeres desnudas, pero normalmente como meros objetos pasivos retratados por hombres. En el trabajo de esta artista, ellas son las que deciden mostrarse y convertirse, literalmente, en obras de arte. «Las mujeres, y nuestros cuerpos, estamos ridículamente sexualizadas y cosificadas en esta sociedad». 

Cuando estas mujeres deciden ser pintadas, se adueñan de su desnudez y la muestran como un hecho normal, en todo caso artístico, lejos de cualquier sexualización. «Se saben dueñas de sí mismas y lo demuestran al mundo».

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