Fue este mismo año. Reid Thomas Chambers se vio en una encrucijada que le obligaba a asumir riesgos cuyas consecuencias están aún por ser escritas. Lo incierto del horizonte le hizo decidir entre regresar a casa, a Estados Unidos, o quedarse y emprender su propio proyecto. Las historias de valientes no siempre terminan bien pero sí son mucho más bellas. Chambers decidió tomar el camino complicado y fundó Daily Bicycle Co., su reducto de constante oda a la bici urbana desde donde pretende evangelizar acerca del buen uso de la bicicleta.
Su militancia está cargada de razón y de conocimiento de causa. Reid Chambers comenzó siendo mensajero -en bici, claro-, en Philadelphia y Washington, su ciudad natal. De ahí pasó a trabajar en tiendas y, posteriormente en fábricas de componentes. Sabe todo lo que hay que saber de estos objetos y concibe esta cultura como una casi religiosa forma de artesanía.
Lo de cómo acabó en Madrid es una historia muchas veces repetida. Ella. Y ella es Clara Aramburu, arquitecta y responsable de la identidad visual de Daily Bicycle Co., la tienda de bicicletas urbanas que ambos han montado en la Plaza de Chamberí, en Madrid. «Quisimos montar algo diferente», cuenta el propio Chambers. «Todo lo relativo a las bicis está creciendo mucho, sobre todo en lo relativo a bicis urbanas. Creía que había un vacío en ese ámbito, tanto en bicis como en accesorios».
Ambos apuestan por pocas marcas pero con características comunes y bien definidas. «Somos artesanos. Nos gustan los productos de calidad y bien hechos que puedas usar en la ciudad y dejar en la calle», explica Aramburu. «En la tienda, queremos apostar por la durabilidad. Después de investigar y rebuscar hemos encontrado marcas pequeñas pero que hacen cosas de mucha calidad. Vendemos bicis robustas y prácticas». Además, cuentan con un taller en el que Chambers es el manitas y con el que pretenden alargar la vida de las máquinas.
En cualquier caso, todo esto es un detalle más en una misión vital que ambos quieren llevar a cabo: que todo el mundo circule en bicicleta. Su proyecto tiene también un carácter divulgativo. «Queremos ser agentes activos en el fomento del uso de la bici. Queremos ser plataforma de difusión y organizar actividades como charlas en colegios con alumnos y padres para mostrarles cómo usar la bicicleta de manera correcta y segura», cuenta la arquitecta.
Desde ese rol como experta en urbanismo, se considera en la obligación de hacer las ciudades más habitables ayudando en estos temas de movilidad. «Queremos contactar también con organizaciones ciclistas. Crece el uso pero, en ocasiones, lo hace de manera incorrecta. La ausencia de normativa hace que cada uno tenga su teoría de cómo circular. Es importante para la comunidad ciclista la imagen que tiene la ciudadanía de ellos», explica Aramburu.
Para la cofundadora de Daily Bicycle Co., Madrid esta sufriendo un cambio importante. El uso de la bicicleta aumenta, más por méritos de los ciudadanos que de las propias autoridades. «El ayuntamiento se hace eco con carácter publicitario. Han creado incluso una oficina de la bicicleta, pero a la hora de la verdad no es es sitios como en la calle Serrano donde hace falta un carril bici», dice. Cree que es responsabilidad de los habitantes de las ciudades ‘obligar’ a los responsables locales a poner en marcha medidas de impulso de las dos ruedas. Ellos, por su parte, ya han comenzado a difundir la palabra.