Del pupitre verde de la EGB a las aulas ‘del futuro’: la evolución del diseño escolar valenciano

29 de septiembre de 2021
29 de septiembre de 2021
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Las necesidades en las aulas estaban ahí, aunque, para algunos, no eran acuciantes. Pero llegó una pandemia y lo que en algunos casos, aparentemente, podía esperar hasta pasado mañana se convirtió, de repente, en un «¡PARA AYER!».

Sin ir más lejos, el curso 2020-2021 empezaba con la necesidad imperiosa de buscar la manera en la que los estudiantes pudiesen guardar la distancia de seguridad mínima que requería la situación sanitaria. Pero ¿cómo lograrlo con la rigidez que imperaba en la mayoría de los colegios? 

Por suerte, a las empresas de interiorismo y mobiliario no les pilló de improviso porque venían trabajando desde hace años para cubrir las necesidades del futuro escenario educativo que la pandemia adelantó.

Para Marcelo Alegre, CEO de AlegreDesign, lo ocurrido en el marco educativo en los últimos meses ha sido similar a lo que se ha experimentado en el entorno laboral con el teletrabajo: «Hemos pasado, en menos de un año, del 2020 al 2030».  

Imágenes: Alegre Design

Desde que a finales de la década del 2000, cuando el Proceso de Bolonia comenzaba a tomar forma y el concepto aula formativa se ponía en el punto de mira de políticos y educadores, el sector de diseño de interiores —y dentro de él, las empresas valencianas— ya barruntaba lo que el futuro de la enseñanza requeriría en lo que a diseño de las aulas y demás espacios educativos se refiere. 

«En nuestro caso, llevábamos más de cinco años trabajando en nuevos productos más acordes con los nuevos espacios», dice Nacho Caravaca, CEO de Federico Giner, empresa responsable de los populares pupitres verdes que usamos la mayoría de los que estudiamos la EGB. Caravaca, además, coincide con Alegre al cifrar en una década el plazo de tiempo acortado por la pandemia en el panorama educativo y laboral. 

Esos nuevos espacios a los que se refiere el CEO de Federico Giner resultan imprescindibles en un nuevo escenario educativo en el que el profesor deja de ser un mero instructor para pasar a ser un acompañante del alumno en su proceso de aprendizaje. «Una especie de coach cuya labor ahora es desarrollar las actitudes de cada alumno en función de sus capacidades», explica Alegre.

El cambio de rol del docente trae consigo cambios en el mobiliario y el diseño de las aulas: ahora que ya no se dirige a sus estudiantes de una manera unidireccional, ya no requiere que estos estén sentados en pupitres anclados. Porque él ya no es el centro de la clase: lo son los alumnos. Ahora necesita interactuar con ellos en un aula activa, donde los estudiantes puedan moverse de forma dinámica, agruparse y desagruparse, y donde el profesor coach acompañe a los distintos grupos de trabajo.

Una transformación en el modelo que, según Soledat Berbegal, consejera y directora de reputación de marca de Actiu, se está abordando desde un cambio del ecosistema educativo: «Empezando por los profesores, que adaptan su manera de enseñar para servir de guías y ser mentores de sus estudiantes con el fin de que desarrollen todo su potencial. Así, deben remar en la misma dirección las autoridades educativas, los equipos directivos, los arquitectos, los fabricantes de mobiliario, los diseñadores de interior, los gestores de espacios y el equipo docente. Se trata de aplicar nuevas metodologías de aprendizaje, diseñar nuevos espacios e integrar la tecnología y la digitalización en el proceso de enseñanza».

[pullquote] El cambio de rol del docente trae consigo cambios en el mobiliario y el diseño de las aulas: ahora, que ya no se dirige a sus estudiantes de una manera unidireccional, ya no requiere que estos estén sentados en pupitres anclados [/pullquote]

LOS ‘ADELANTADOS’ ITALIANOS 

En el caso de AlegreDesign, comenzaron a materializar este concepto de aulas en 2016 con el diseño de un mobiliario ágil, con sillas provistas de ruedas, que proporcionaban autonomía y dinamismo al estudiante. Cuando 2020 trajo consigo un cambio de paradigma absoluto en muchos ámbitos de la vida, en Italia solo tuvieron que retroceder un lustro para recuperar el mobiliario diseñado por AlegreDesign como mejor solución del panorama educativo sobrevenido con la pandemia. 

«El año pasado, con el nuevo curso, las autoridades italianas se dieron cuenta de que era necesario un nuevo mobiliario para las aulas. Se necesitaba distanciamiento social y se dieron cuenta de que el anclaje de los pupitres, aun con mamparas, no era la solución. Consideraron que lo apropiado era un mobiliario ágil, móvil, capaz de adaptarse a los nuevos espacios educativos híbridos. Sillas con ruedas que permitieran al alumno desplazarse y con un espacio donde pudiera dejar su mochila. Que fueran fácilmente higienizables, con un sencillo mantenimiento y que cuidasen la ergonomía… En definitiva, el mobiliario que desarrollamos para las aulas italianas a través del acuerdo con la compañía italiana OMP ya lo ya teníamos concebido para un futuro escenario educativo cuyo advenimiento aceleró el covid».

Por decisiones como esta, Ximo Roca, CEO y fundador de Ximo Roca Diseño, cataloga al gobierno italiano como «pionero» y artífice del cambio que comienza a percibirse también ya en otros lugares. Su estudio también ha suministrado más de 30.000 unidades de sillas móviles, que sustituirán a los pupitres estáticos de toda la vida, y que han sido creadas junto a la firma italiana Brado.

«Al igual que ocurre cada vez más en las oficinas y espacios de trabajo, en las aulas se hace necesario un mobiliario polivalente, que pueda configurarlas de distintas formas. De ahí que el gobierno italiano considerase necesaria la renovación del mobiliario escolar. Con ello, además, contribuía a revitalizar una industria que en Italia es realmente importante», puntualiza Roca. 

[pullquote] Ximo Roca: «Al igual que ocurre cada vez más en las oficinas y espacios de trabajo, en las aulas se hace necesario un mobiliario polivalente, que pueda configurarlas de distintas formas» [/pullquote]

Al estudio de Roca, el encargo italiano tampoco le pilló con el pie cambiado. La compañía tiene experiencia en responder a las demandas procedentes de otros mercados: «Hace años que la silla Mariquita se viene utilizando en algunas universidades británicas. También hemos suministrado más de 4.000 unidades de nuestra papelera móvil a universidades de Kuwait, pedido que podría superar las 7.000 unidades». Porque sí, el mobiliario escolar es más que sillas y pupitres. 

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Diseños de Ximo Roca Diseño

HEREDEROS DEL PUPITRE VERDE

Si existe una empresa referente en cuanto a mobiliario escolar se refiere esa es Federico Giner, en buena medida por su capacidad para dar soluciones acordes a las necesidades que los espacios educativos van requiriendo a lo largo del tiempo. 

Así lo reconocen el resto de sus colegas, con muchos de los cuales continúa colaborando a día de hoy. Es el caso de Alegre Design, compañía que firma el diseño de Dida, la silla de Federico Giner heredera del mítico pupitre verde. 

Si algo destacaba de aquella silla era su robustez y seguridad, una cualidad que Nacho Caravaca asegura que no han perdido los diseños actuales y que siempre se van a mantener, ya que es un sello distintivo de la empresa. «Como expertos en el sector educativo, sabemos lo que este sector demanda y lo que deben cumplir estos productos. En lo que se refiere a robustez, se buscan los estándares más altos en los materiales que componen el mueble, tanto madera, metal como cualquier tipo de mecanismo o herrajes. Se trata de un sector en el que usuario es mucho más activo y enérgico que, por ejemplo, en el sector de oficina o hogar, y se ha de tener en cuenta desde el inicio del proceso de diseño del mobiliario».

Si bien hace unas décadas esa cualidad la garantizaban materiales como el hierro, la madera o el contrachapado, ahora, según Marcelo Alegre, son los materiales termoplásticos los que aportan resistencia y durabilidad, «y además, mejoran la experiencia de las personas».

La transversalidad es otra de las consecuencias fruto de esta evolución del modelo educativo. Las aulas no solo han llegado al ámbito doméstico con el elearning, sino que también han ido ganando espacio dentro del propio centro escolar. 

Aula con sillas Duda (Federico Giner y Alegre Design)

«Las clases magistrales de toda la vida se van a seguir dando, ya que hay materias que necesitan que así sea. Pero, por otra parte, las nuevas metodologías de aprendizaje invitan a que el usuario/alumno cada vez sea más participe y por ello las clases sean más interactivas, por lo que las aulas estáticas de toda la vida no serían las más idóneas para practicar metodologías colaborativas/activas de aprendizaje».

[pullquote]Nacho Caravaca: «Ahora mismo parece un lujo que el 20% del colegio no se aproveche de forma activa. Lugares como las aulas informáticas o las bibliotecas, pero también los halls, salones de actos o espacios exteriores, están comenzando a ser el escenario de reuniones y actividades más informales» [/pullquote]

«Cada vez más se necesita aprovechar los espacios hasta ahora infrautilizados. Ahora mismo parece un lujo que el 20% del colegio no se aproveche de forma activa. Lugares como las aulas informáticas o las bibliotecas, pero también los halls, salones de actos o espacios exteriores, están comenzando a ser el escenario de reuniones y actividades más informales», explica Caravaca.

De ahí que muchas de estas zonas se estén redecorando con muebles creados a partir de maderas macizas, materiales nobles o tapizados, a fin de que el alumnado se sienta más cómodo, «más como en casa», una tendencia que cada vez es más frecuente también en el entorno laboral, como asegura Nacho Caravaca. 

Diseño cantina escolar (Federico Giner)

Demandas que poco a poco, según el propio Caravaca, se va haciendo extensiva a cada vez más centros escolares internacionales y también nacionales. En especial en los centros de titularidad privada, porque como explica el CEO de Federico Giner, «los colegios privados sí han apostado de inicio más por esta tendencia, ya que tienen mayor independencia y agilidad para tomar estas decisiones, aunque cada vez es mayor el interés de los organismos públicos».

Soledat Berbegal también detecta una mayor demanda de este tipo de espacios en los centros universitarios, donde generar un «valor añadido y diferenciador»: «En un momento en que la formación puede ser online, en el caso de las universidades están potenciando el carácter presencial y experiencial de la educación. Para atraer el mejor talento posible en cuanto a profesorado y aportar la mejor calidad de aprendizaje a los estudiantes, se debe diseñar la mejor experiencia en cuanto al espacio, el interior, los servicios, etc. Cada vez hay más campus con zonas de descanso, de ocio, en las que se fomenta la relación entre los alumnos y el intercambio de ideas».

UNA ALIADA LLAMADA TECNOLOGÍA

A estas alturas, a nadie se le escapa que la tecnología tiene mucho que decir en el nuevo escenario educativo y, sin duda, su protagonismo será mayor en el futuro. 

Es ella la que ha propiciado un modelo híbrido en el que la formación presencial se ha complementado e, incluso en algunos momentos, como ocurrió en el confinamiento, ha sido suplido por la online

Pantallas interactivas, contenidos en vídeo, plataformas de elearning… Las herramientas tecnológicas puestas a disposición del profesor y el alumnado han cambiado, entre otras cosas, la forma de aprender de los alumnos. Pero también la forma de enseñar del profesor. Y con ello, la relación tradicional entre ambos. 

Como explica Joaquín Berbegal, CEO de Actiu, «la educación ha de atender a las necesidades reales y convertir el proceso de aprendizaje en un reto motivador y no en una obligación. La innovación en procesos, la búsqueda de fidelización del talento y la tecnología han provocado un cuestionamiento de los métodos pedagógicos tradicionales y, a su vez, un replanteamiento de los espacios educativos». 

Aulas polivalentes diseñadas por Actiu

De ahí que su estudio esté detrás de la edición de El viaje de la educación, un documento creado de la mano de expertos del sector educativo y de la tecnología, y también de los alumnos, cuyo objetivo es promover el diálogo con el entorno del diseño en aras de conseguir espacios seguros que garanticen el aprendizaje.  

¿CÓMO SE DISEÑA UN ESPACIO EDUCATIVO?

Si existe un actor cuyo papel, en lo que a diseño de mobiliario en Valencia se refiere, es tan protagonista como discreto, ese es el Instituto de Biomecánica (IBV). 

«Nuestra labor es ayudar a empresas e instituciones a transformar espacios para que sean flexibles y den respuesta a las diferentes necesidades de las actividades que se desarrollan en ellos, y para definir el diseño (dimensiones, estética, funciones y elementos) en base a las características, necesidades e intereses de los usuarios y de la organización», explica ​​Amparo López Vicente, que desde IBA ha dirigido los proyectos encargados por firmas como Actiu o Federico Giner.

En el caso de los centros educativos, López Vicente indica que, desde sus inicios, el IBV ha hecho estudios ergonómicos y antropométricos de la población infantil y recomendaciones de diseño de mobiliario escolar. 

Para esto, asegura, es imprescindible conocer y comprender cómo es el día a día en estos a la hora de emprender cualquier proyecto relacionado con el mobiliario: «Saber qué uso se da a cada espacio, qué actividades realizan, qué metodologías pedagógicas utilizan y hacia dónde quieren evolucionar como organización».

[pullquote]Amparo López Vicente: «Hemos pasado de un sistema basado en las habilidades de recordar, comprender y aplicar, a potenciar las habilidades relacionadas con analizar, evaluar y crear. Además, por fin se extiende a todos los centros y, por fin, se empieza a considerar el entorno como un factor clave en este proceso»[/pullquote]

Para López Vicente, el aula del futuro («que ya está en marcha») se caracteriza por su alto dinamismo y la humanización de los procesos de aprendizaje. «Hemos pasado de un sistema basado en las habilidades de recordar, comprender y aplicar, a potenciar las habilidades relacionadas con analizar, evaluar y crear. Además, por fin se extiende a todos los centros y, por fin, se empieza a considerar el entorno como un factor clave en este proceso». 

En su opinión, queda poco para que dejemos de hablar de aula y hablemos directamente de «espacios de aprendizaje». Algo que, recuerda, no es tan moderno puesto que ya en la década de los 30 corrientes pedagógicas como la de María Montessori apostaban por considerar el patio y los jardines como espacios educativos.  

El cambio de rol del profesor, quien ahora debe tener en cuenta que el protagonismo recae en cada uno de los alumnos, requiere de una readaptación de los espacios. «Debe moverse, adaptarse, y su mobiliario debe facilitar esta labor, permitiendo desplazarse por el aula, configurarla según la actividad que se vaya a realizar, dotarlo de recursos adecuados a cada momento y a cada alumno… La educación ya no es unidireccional, es pura interacción y experimentación, múltiples canales, múltiples miradas y múltiples direcciones».

Biblioetca y hall diseñados por Actiu

Que el mobiliario responda a estas necesidades resulta vital. De ahí la importante labor del IBV: «Las nuevas sillas y pupitres deben ser más ligeros e incorporar elementos que faciliten su desplazamiento. Tienen que ser configurables y que pueden adaptarse a diferentes situaciones de grupo. También polivalentes, que puedan cambiar el uso, como, por ejemplo, mesas que sirvan de expositores verticales. En el aula deben convivir diferentes soluciones, como diversos tipos de sillas para que el alumno pueda escoger y favorecer el cambio postural».

Pero López Vicente no se olvida de otros elementos no menos imprescindibles a la hora de configurar el aula del futuro: «Las tecnologías de sensorización y monitorización para regular la luz, la temperatura, la distribución del aire, la ocupación del aula… permiten configuran espacios seguros que estimulan la participación». En esa línea va precisamente Gaia, una plataforma inteligente creada por Actiu que, mediante una sencilla red de sensores instalados en los muebles, es capaz de obtener datos de uso de estos. Una vez subidos a la nube y procesados, estos ofrecen una valiosa información para, por ejemplo, garantizar la distancia social o regular la temperatura, grado de humedad, etc., de la sala, propiciando así un mejor ambiente para el aprendizaje.

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