El jubilado que revolucionó Estambul con su escalera de colores

9 de septiembre de 2013
9 de septiembre de 2013
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El pasatiempo que se le ocurrió a Huseyin Cetinel no era barato. Además requería de más tiempo y dedicación que echar una partida de cartas en el hogar del jubilado o contemplar una obra desde una valla de protección. A este ingeniero retirado, residente en Estambul, los botes de pintura con los que decoró las escaleras de su barrio le costaron algo más de 800 dólares (unos 600 euros) y la labor le llevó 4 días. Lo que no se esperaba Cetinel es que su intervención iba a levantar tal polvareda en su país. Tanto como para que algunos hablen de la Revolución del Arco Iris.

Porque Cetinel, tal y como viene relatando en los últimos días en diversos medios locales, lo único que pretendía era que “la gente sonriera”. Su manera de tratar de lograrlo fue pintar los peldaños de la escalinata que conecta los barrios de Findikli y Cihangir, en el distrito Beyoglu de la ciudad turca, con los colores del arco iris.

Y lo que consiguió fue que turistas y residentes (probablemente, después o mientras sonreían) compartieran la nueva imagen de la escalera en sus redes sociales.

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Algunos adjuntaban la imagen junto a su propia versión sobre la intención de la acción de Cetinel, como en el que caso de los que no creían que el color de la escalera y el de la bandera LGBT coincidieran por casualidad.

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Lo que vendría después sorprendería a todos ellos pero sobre todo a Cetinel. Una mañana, la escalera apareció de nuevo con su color original: el gris. “¿Es que estamos ante una nueva Pompeya y se ha quedado todo cubierto de cenizas?”, se preguntaba.

Tras negar la evidencia, el ayuntamiento de la ciudad tuvo que reconocer que sus servicios de limpieza actuaron con nocturnidad para ‘normalizar’ el estado de la escalera. A los que habían conocido su estado ‘anormal’, la vuelta a la versión original de la escalinata no les convenció. De hecho, la mayoría volvió a sacar sus propias conclusiones. No creían que la decisión de volver al gris se limitase a una cuestión estética. El intenso verano plagado de protestas vivido en la ciudad daba pie a pensar que, de nuevo, las autoridades querían imponer su ‘normalidad’ en todos los estadios de la vida pública.

Por eso, y porque, además, preferían el color al gris en la escalera de Beyoglu, un grupo de activistas se organizó bajo el hashtag #DirenMerdiven (algo así como Resiste Escalera) en referencia a aquel #DirenGeziPark con el que se apoyaban las manifestaciones que se produjeron el pasado mes de junio para salvar el céntrico parque de Estambul y que desembocarían en una protesta masiva contra el gobierno de Erdogan. Pero el hashgtag no solo admitía protestas. Quería hechos y esos los tuvo pronto a raudales. Fueron decenas las gentes de Estambul que sacaron sus botes de pintura y brochas para adornar otras muchas escalinatas de la ciudad. Antes incluso de que el alcalde mostrase su compromiso de devolverla de su estado ‘anormal’.

twitterkeren

 

 

 

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