Dar el primer paso, poner pies en polvorosa, pisar fuerte, pasar de puntillas, poner los pies en la tierra, calzarte sus zapatos… Los pies son verdaderos actores de nuestro carácter y por lo tanto pueden llegar a decir mucho de nosotros. La cuenta de Instagram @elpiedefoto, además de ser un acertado juego de palabras, comparte las fotos de muchos pies que su artífice, Pol Martínez, se encuentra en el transporte público de Barcelona. A esos pies, Pol los dota de una historia imaginaria en forma de microrrelato.
Sin embargo, los pies no son los únicos protagonistas de estas micronarraciones. Si en este universo los pies son las personas, los zapatos entonces son lo que aparentan ser las personas. Una marca, un color, un diseño contribuye a crear una imagen de dicho pie. ¡Sagrado calzado!
Pero no solo de Camper o Nike vive la apariencia, también de la funcionalidad de estos modelos. Como el conductor de un todoterreno en ciudad, los pies portadores de unas botas de trekking en pleno metro están mandando mensajes de urbanita bucólico, sobre todo si no tienen una pizca de barro encima. O de indómito salvaje, si se caen a pedazos. Mensajes que deambulan entre el estereotipo y la intuición, y que encuentran en la imaginación su particular pista de despegue.
https://www.instagram.com/p/BAwVHYeRUuC/?taken-by=elpiedefoto
A la pregunta de si tiene muchos zapatos, Pol responde que no, que solo tiene dos pares. «No soy ningún loco de los zapatos, aunque entiendo que pueda parecerlo». Tampoco cree que haya desarrollado cierto fetichismo ni que pueda llegar a desarrollarlo, pero qué microrrelato esconde este redactor creativo de una conocida agencia de publicidad multinacional.
• Con un pie del 48 le era casi imposible encontrar zapatos de su gusto, por eso fotografiaba los ajenos mientras fantaseaba con la posibilidad de que aquella marca fabricase ese modelo en su talla.
• Había crecido en el seno de una familia que cultivaba un estilo de vida barefoot y en seguida desarrolló una atracción irreprimible hacia el calzado.
• Tenía solo dos pares de zapatos, pero en ningún momento se consideró una profesora de guardería sin hijos.
A la pregunta de si exclamó ¡eureka! cuando se le ocurrió la idea, Pol contesta que sí. «Quería una cuenta creativa y salió bastante sola. Al final me dedico a plasmar algo que ya hacía antes de crear la cuenta, imaginar las vidas de las personas que tengo sentadas al lado en el tren. Creo que todos lo hemos hecho alguna vez, ¿no?».
El proyecto está íntimamente ligado con el transporte público. «Paso casi dos horas al día en el tren para ir a currar. Ahí es donde normalmente busco los pies, donde pienso las historias. Es una excusa para hacer más llevadero el trayecto».
https://www.instagram.com/p/BAjc1tUxUsB/?taken-by=elpiedefoto
Pol es más de cazar furtivamente que de preguntar. «He pedido permiso a un par de personas porque me llamaron la atención, pero me gusta encontrármelos. Mucha gente me manda pies por mensaje directo y lo agradezco mucho, pero me gusta salir ahí fuera y encontrarlos yo. Creo que forma parte del juego». Todavía no ha habido nadie que identifique sus pies en uno de sus microrrelatos «pero ojalá llegue el día. Molaría mucho».
El microrrelato, la minificción, el nanocuento… parecen haber encontrado su hábitat natural en las redes sociales. Sin embargo, si bien es comprensible por su brevedad, resulta paradójico que un género que recuerda a la prosa poética por sus altas dosis de sugerencia prospere tan bien en la era de los 140 caracteres. «Contar historias a través de Instagram es todo un experimento», afirma Pol. «Lo mejor es cuando la gente te comenta y se implica. Eso te da vidilla para seguir escribiendo».
https://www.instagram.com/p/BCcjF8HRUnl/?taken-by=elpiedefoto
Me acabo de enamorar de este Instagram. Creatividad en estado puro <3
Cuando encuentras cosas que te hacen sonreir^^
Que descubrimiento más genial! Me encanta este portal, descubro información muy curiosa 🙂
leyendo un breve, míimo o nano relato, ¡no importa la forma, grande o pequeño, pequeño o grande, la esencia del escrito igual que la cualidad que no calidad. La esencia, ¡ay!, es lo que me quieres decir
y lo mismo que una cálida mirada, puedes conquistar a la deseada persona amada. Sigo diciendo y pensando en ¿ay, ¡ay!. Por ser anhelo lo merece, aún siendo un mínimo relato. No dejes de escribirme y así abrazqaré tú y mí, nuestra esencia.