Daniel LaRusso tenía al Sr. Miyagi para lavarle los quimonos y mostrarle la técnica de la grulla. Lou Reed tuvo a Mick Ronson en el estudio cimentando en Transformer lo que luego sería el sonido glam. Todos, o casi, necesitan a alguien que les ilumine el camino cuando la noche es tan oscura que no hay manera de dar un paso. Founder Institute, que convoca su segunda edición en España, vigila el desarrollo de las startups desde la etapa en la que la idea que dará lugar a un proyecto se está aún depurando.
Corren buenos tiempos para los charlatanes. La crítica situación económica que atraviesa, por particularizar, nuestro país, ha abonado el terreno para que la clase dirigente se llena la boca con la palabra ‘emprendedor’. A la vez que encomiendan la salvación del universo a la fe de quien se anima a echar un proyecto a andar, miran a otro lado cuando de eliminar barreras para crear iniciativas se trata. Sí, chicos. Montad una empresa, pero antes me rellenáis estos trece formularios que entregaréis en estas tantas ventanillas. Y ya os llamaremos cuando todo esté listo. Mal lugar la administración, tal y como está configurada, para buscar respaldo y consuelo.
El vacío está siendo cubierto por diferentes incubadoras y aceleradoras de startups que, a cambio de su pellizco, buscan buenas ideas capaces de impulsar una empresa a generar beneficios de manera sostenible. Founder Institute, como explica Miguel Galera, uno de sus responsables en España, no es exactamente eso, pero tiene el mismo objetivo: crear proyectos empresariales viables. «Nos situamos en una fase previa al concepto clásico de incubadora. Trabajamos desde el inicio con el emprendedor ayudándole a perfilar su idea», explica. «Apostamos por las personas más que por los proyectos y tras escoger de forma objetiva a los mejores perfiles, empezamos a trabajar con ellos ayudándoles a desarrollar sus ideas mediante un proceso de 16 semanas de formación».
La iniciativa se encuentra en plena convocatoria para su segunda edición. El próximo paso consiste en un evento bajo el nombre de ‘Ideation Startup Bootcamp’, el próximo 5 de diciembre en el Centro de Innovación del BBVA.Los emprendedores podrán conocer a algunos de los mentores del curso, descubrir más sobre el programa y hacer networking con otros profesionales del mundo del emprendimiento.
Las exigencias para llegar a formar parte de la experiencia no son ninguna broma. Una vez dentro, el programa de formación implica la constitución de la startup en el segundo mes del proceso. «Las ideas de los candidatos no son relevantes hasta que pasan por nuestro proceso de selección. Luego les pedimos presencia obligatoria en las 16 semanas de formación y también deben pagan un importe de matrícula. En el segundo mes de formación, los alumnos deben constituir su compañía. En el Founder Institute las cosas pasan de verdad y las decisiones que los alumnos deben tomar en cada fase del proceso son muy similares a las que un directivo tiene que tomar en su día a día», recalca Galera.
La metodología empleada implica la participación de mentores que encaminan a los candidatos en los primeros pasos de sus proyectos. Algunos de los emprendedores implicados como guías en esta segunda edición son Andrés Areitio, cofundador de Buyfresco.com; Meinrad Spenger, cofundador de Másmóvil; Juan Leal, cofundador de seisdeagosto.com; Marina Zaliznyak, fundadora de Wiseri; Eduardo Vilar, fundador de actucäst y José Martín Cabiedes, socio de Cabiedes & Partners. «Posteriormente, y en una última fase, ayudamos a los matriculados a entrar en contacto con posibles inversores, desde capital semilla, a angel investors pasando por diversos fondos», dice Miguel Galera.
Founder Institute graduó en su primera edición a seis startups, pero los objetivos a nivel global son mucho más ambiciosos. «Queremos lanzar en torno a 800 startups tecnológicas a nivel mundial y acabar el 2012 con presencia en más de 35 ciudades. Desde un punto de vista cualitativo, el objetivo es lanzar empresas de éxito, que contribuyan a la generación de riqueza por la relevancia de sus
negocios y que perduren en el tiempo. También queremos ayudar a conformar un ecosistema empresarial de colaboración», cuenta el responsable en España de la incubadora.
En ese sentido, Galera tiene su opinión acerca de las carencias del universo emprendedor en España. «Se necesitan dos cuestiones fundamentales. La primera tiene que ver con la formación y la generación de iniciativas que coayuden al desarrollo del espíritu emprendedor. Esto se consigue con una formación adecuada, menos teórica y más práctica. En segundo lugar es fundamental que existan facilidades para el desarrollo de estas capas productivas», señala Galera. «Los emprendedores necesitan entre otras cosas facilidades para obtener financiación, que haya evoluciones en el ámbito fiscal con un contexto impositivo menos gravoso y que se produzca una verdadera captación del talento a través de contratos más flexibles».