Para crear una biblioteca en papel se empieza por plantar árboles

Nadie puede predecir el futuro. Nadie sabe qué transformaciones sufrirá la sociedad ni cuáles serán los hábitos que tendrán aquellos que vivan dentro de un siglo. Por supuesto, la artista escocesa Katie Paterson tampoco lo sabe y quizá no le importa, como tampoco le importó devolver un meteorito al espacio, enterrar un único y original grano de arena en lo más profundo del desierto de Sahara o crear una bombilla capaz de simular la luz de la luna.

De lo único que está convencida es de que la lectura continuará siendo un motor fundamental para la creación de nuevo conocimiento y una de las formas más apasionantes de apreciar el arte. Y aunque no sabe si las generaciones del año 2114 leerán libros o eBooks, ha decidido emprender una obra monumental que permitirá la creación de una biblioteca de papel de algunos de los mejores autores del mundo a través del proyecto Future Library.

A medias entre una pieza artística, un proyecto cultural y un plan ecológico, el objetivo de Future Libray es plantar miles de árboles en el bosque de Nordmarka, Noruega, que serán utilizados para la impresión de varios libros en papel. El plan trazado por Paterson es que cada año un autor deje en consigna una obra inédita, que solo será publicada cien años después. La ciudad de Oslo y la artista trabajan de forma conjunta para asegurar que el proyecto perdure en el tiempo y se cumplan los objetivos establecidos.

Future Library, Katie Paterson from Katie Paterson on Vimeo.

En este sentido, la artista es consciente de que será virtualmente imposible ver el final de su proyecto, por lo que ha conseguido el apoyo de diversas instituciones culturales escandinavas y británicas para realizar la selección de los autores que donarán su obra en los próximos años. Los primeros elegidos para formar parte de la antología de Future Library  han sido la poeta canadiense Margaret Atwood y el multipremiado autor británico David Mitchell.

Para Atwood, Future Library es una pieza artística que solo podría haber sido concebida en una novela de ciencia ficción, a pesar de que únicamente se utilizan elementos tan rústicos y naturales como son los árboles convertidos en papel, pero que le permiten hacer un viaje en el tiempo para contarle su realidad, sus temores y sus ilusiones a la humanidad del siglo XXII.

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Los manuscritos de Atwood y Michell, así como los de los 98 escritores posteriores, serán conservados en la Deichmanske Bibliotek de Oslo, en una sala especialmente diseñada para el proyecto y que estará lista a partir del año 2019. Allí se realizará la entrega de cada manuscrito durante el próximo siglo.

El futuro del proyecto es tan incierto, sobre todo debido a las diversas transformaciones que está sufriendo el mundo editorial y las formas de lectura, que tanto la artista como las organizaciones que la apoyan han decidido que en la misma sala donde se preservarán las obras, se almacenará una imprenta con el objetivo de cumplir con la promesa de publicar los libros en papel. Porque, tal vez, en aquel momento la lectura únicamente se conciba como un hábito digital e interactivo, mientras que los libros ya solo sean parte de un pasado cercano o sean considerados objetos con un cierto valor sentimental o fetichista.

Por el momento los libros siguen su crecimiento natural en medio de los bosques noruegos. Paterson invita a quien quiera a visitarlos y comenzar a leerlos en su forma más salvaje, porque serán muy pocos los que puedan disfrutar de la antología completa, allá por el año 2114.

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