El devenir vital tiene estas cosas. La comidilla mediática del día se alimenta de un tiroteo que lleva anotados en la lista de difuntos al menos seis nombres. Justo a la vez, la ONG Gesellschaft für bedrohte Völker está desarrollando una campaña para intentar reducir el número de armas sobre la faz de la Tierra.
Porque quizá ese sea uno de los problemas, más allá de que el ambiente dialéctico político esté atravesando un momento cenagoso o de que el ejecutante tenga serios problemas para mantenerse dentro de los límites de la razón.
La organización alemana, cuyo nombre se traduce como ‘Sociedad en favor de las personas amenazadas’, encargó una idea a la agencia alemana Jung von Matt. Se trataba de impulsar una petición que tratase de reducir la proliferación armamentística de todo tipo. El resultado juega con el impactante efecto que produce la muestra sin tapujos de los devastadores resultados que provocan estos macabros objetos en necesaria connivencia con sus manipuladores. La sentencia, «Cada 43 segundos alguien muere debido a la violencia provocada por las armas», es hasta innecesaria.