Isla de Perros es la segunda película stop-motion de Wes Anderson tras El fantástico Mr. Fox. Es una producción para adultos con un argumento sencillo: en un futuro alternativo, el corrupto alcalde de la megápolis japonesa Megasaki decreta la expulsión de los perros a Isla Basura. Atari, el sobrino del alcalde, busca a su perro Spots con la ayuda de perros desterrados.
«La idea surgió cuando se juntaron dos ideas: perros en un basurero y cine japonés», dijo Wes Anderson a los periodistas en el Festival de Cine de Berlín. «Todos amamos Japón».
Un amor que lleva al director a recrear teatro kabuki, sumo, caligrafía, sushi, la pintura japonesa del siglo XVII y el diseño de los años 60.
AKIRA KUROSAWA
Wes Anderson destaca que Akira Kurosawa es la principal referencia para Isla de Perros.
Perro Rabioso inspira el argumento. En esta película, un policía patea los barrios bajos buscando al carterista que le robó la pistola. El niño protagonista de Isla de Perros perdió a sus padres a manos de un delincuente armado. (Anderson sugiere así cierto hilo conductor).
El policía, en su deambular, conoce a personas desahuciadas y olvidadas en un Japón en ruinas tras la Segunda Guerra Mundial. El niño encuentra mascotas olvidadas en una isla-estercolero.
Anderson coescribió el guion con Roman Coppola, Jason Schwartzman y Kunichi Nomura usando el método del director japonés.
«Kurosawa y su coguionista trabajaron juntos para formar las ideas iniciales de sus cintas», dice Anderson. «Después se las contaban a un tercer miembro del equipo a quien llamaban la torre de control. Este tercero decía lo que estaba bien y lo que estaba mal. Y así daban forma a sus guiones. »
El dramatismo sobrio y la fotografía en blanco y negro de Kurosawa impregna los fotogramas de Isla de perros. La admiración de Anderson por Kurosawa le lleva a recrear en una escena planos de Los siete samuráis Yojimbo en la planificación de un enfrentamiento a espada:
Anderson no oculta las referencias. Como muestra, dos imágenes:
OTRAS INFLUENCIAS DEL CINE JAPONÉS
Kurosawa menciona otras influencias de la cinematografía japonesa en Isla de Perros:
Miyazaki (El viaje de Chihiro, La princesa Mononoke) inspiró a Anderson para eliminar la música en algunas escenas. Miyazaki es maestro del ARTE DE MA: la apreciación del momento a través del silencio.
Akira de Otomo inspiró la megápolis de Isla de Perros. Otomo refleja un Tokio reconstruido tras la Tercera Guerra Mundial con agresivos perros policía.
Neon Genesis Evangelion de Hideaki Anno inspiró las partes más oscuras de Isla de Perros.
«Vimos todos los episodios en una semana», dice Wes Anderson. Una influencia directa de la maratón de episodios es el piloto de avión de 14 años.
ORSON WELLES
Anderson conjuga a la perfección las referencias al cine japonés y al cine europeo y americano. El director declaró que la estética del cine de Orson Welles es la mayor influencia en su trabajo. Isla de Perros contiene dos perlas. La más evidente: el alcalde estampando el sello oficial recuerda a Welles dando su demagógico mitin en Ciudadano Kane.
NUEVO: La otra, la recreación de una escena de La Dama de Shangai. En ambos casos en atracciones de feria abandonadas.
SNOOPY
El largometraje Snoopy vuelve a casa (Bill Melendez, 1972) es otra referencia que menciona Anderson. En este film, Snoopy desaparece dejando desolado a Charlie Brown.
EL SELLO WES ANDERSON
La personalidad de Wes Anderson cohesiona las distintas referencias de manera que identificamos claramente Isla de Perros como una producción del director de El Gran Hotel Budapest y Life Aquatic.
Uno de los rasgos del cine de Anderson es el aire vintage, como reconoce el director. Por esto prefiere las clásicas figuras de stop-motion en lugar de animación digital.
«Tratamos de hacer todo a mano en lugar de hacerlo con efectos generados por computadora», dijo Anderson. «Es algo que asocio con la historia del cine».
El humo está hecho de bolas de algodón y la tecnología muestra un futuro como se imaginó en los años 60.
Otro rasgo característico de Anderson es la simetría y los planos cenitales. En esta ocasión los ha conseguido trabajando con el fotógrafo Tristan Oliver (El fantástico Sr. Fox, Wallace & Gromit: La maldición de las verduras, Chicken Run: Evasión en la granja).
El conjunto es una delicia para los seguidores de Wes Anderson y los aficionados a las aventuras y el cine clásico.