El trabajo de Juanjez con la tipografía se guía siempre por al agnosticismo. El diseñador se mueve con soltura entre lo artesanal y lo digital. Igual diseña una fuente para ordenador, que lo hace a mano o con métodos tradicionales en la imprenta de la familia Plómez, de la que forma parte.
Cuando llegan los tiempos muertos entre trabajo y trabajo, Juanjez aprovecha para trabajar en su faceta digital.
«Acabo un trabajo comercial, mando la factura y abro otra vez el archivo de la tipografía que estoy desarrollando en cada momento», explica el diseñador.
El tiempo y cuidado que invierte en ellas no siempre es garantía de que salga algo publicable. «Es un trabajo de constancia y mucha cabezonería. A veces te va bien y otras no, y te tienes que fastidiar».
Quizá en un intento de amenizar estos procesos largos y trabajosos, Juanjez intenta dotar sus trabajos de una personalidad definida en la que no faltan referencias al imaginario colectivo español.
No es casualidad que la Choriza y Choriza Sans hayan surgido en un momento como el que vivimos. «Todo esto lo comencé cuando apenas estaban empezando a estallar los escándalos políticos. Es una fuente multicapa, diseñada para cortarse en rebanadas y ponerse entre pan. Con tus tres capas se puede imitar todo tipo de embutido. También es una fuente apropiada para grandes titulares periodísticos españoles en estos tiempos que corren».
Paquita Pro es «una fuente desenfadada para usos infantiles» que «además es el nombre de mi madre», cuenta el diseñador.
Chiripa es «una tipo display con aspecto manual. (…) Si no confías en tu Chiripa, siempre puedes desactivar las alternativas y elegir la letra que quieras de la paleta Glifos».
Ultramarina trabaja «a medio camino entre las letras de madera display del siglo XIX y las grotescas de palo seco del XX. Un tipo display para usar en titulares a buen tamaño, donde muestra su poder de atracción hacia los productos de calidad, la legumbre del pais, y el señor de delantal y bigote».
«Adoquín es una fuente de palo seco limpia y amigable. Tiene siete pesos con versalitas, lo que la hace muy versátil. Su diseño mezcla las palo seco geométricas con los toques caligráficos de los modelos de escritura de la infancia, haciendo Adoquín una fuente funcional con un toque cálido».
Pichi es «una fuente manual con dos pesos, regular y bold».
Juanjez pone a la venta todas estas tipografías a través de su web. «Me permite venderlas a cualquier parte del mundo. En España no está muy extendido pagar por tipografías pero en otros países sí. Hace poco me compró una tipo un chico de Australia y me llegan regularmente órdenes de países anglosajones».
Una de las cosas que más le sorprende de los compradores extranjeros es que no suelen ser profesionales. «Cuando me fijo en su perfil muchas veces son personas que simplemente quieren una tipografía de calidad para algo que están preparando. Pagar 20 dólares por una tipografía les parece normal mientras que aquí, en España, esto lo suelen hacer solo las personas que trabajamos en esto».
Familia Plómez
De transcender fronteras con sus tipos digitales pasamos a los orígenes. Juanjez es uno de los fundadores de la imprenta predigital Familia Plómez y fue además quién diseñó su logo.
«Mi idea era transmitir la sensación de que llevase abierta más de un siglo. Creé algo familiar que luego complementamos con otro logo sesentero con un punto más hortera. Es como si fuese una empresa que ha ido mutando de generación en generación. Al final nos quedamos con las dos».
Trabajar con imprentas antiguas requiere abordar cada proyecto de una forma radicalmente distinta a cuando trabaja en digital. «Cuando diseñas en plomo o madera, cada cambio o decisión que haces se lleva un buen rato. Lo que programo en ordenador es instantáneo. Con plomo estás a lo mejor una hora para hacer un pequeño cambio. A veces incluso hay que dejarlo para el día siguiente».
Las limitaciones de tiempo y posibilidades hacen posible un trabajo más preciosista. «Cuando solo tienes 10 letras, te las arreglas para que encaje bien».
Más trabajos
«Lettering de portada para Fantasías Extraordinarias, un cómic escrito por La Criatura, dibujado por Puño, Juan Díaz-Faes, Jose JaJaJa, Buba Viedma, Bravú y la propia Criatura y editado por Ultrarradio«:
«Poster tipográfico, impreso manualmente en dos pasadas usando viejos tipos de madera en una prensa de pruebas de 1960 Korrex Berlin».
«Impresión ramoniana con tipos de madera en sacapruebas»:
«Lettering para la portada de Cabeza de León, primer disco en solitario de Jero Romero».
