El dolor se expresa de muchas formas. En gestos. En palabras. En alaridos. O en dibujos. El dolor empezó a invadir la cabeza de Oscar Llorens hace 15 años y durante todo ese tiempo, a menudo, sentía la impotencia de que un médico o cualquier otra persona llegara a entender realmente cuál es la sensación exacta que produce una migraña.
El doctor, al oír las palabras “dolor de cabeza”, extendía el talón de recetas y escribía nombres de pastillas. No escuchaba qué ocurría, detalladamente, en una cabeza que está siendo martilleada dentro de sí misma. “Tampoco las personas que no padecen esta dolencia pueden imaginar lo que es”, precisa el diseñador.
En esos cientos de noches más profundamente oscuras de lo habitual, Oscar Llorens empezó a dibujar lo que sentía. “El dolor que va hacia el ojo, el dolor de estómago que te producen las pastillas…”.
Lo hizo en bocetos a lápiz y lo llevó al ordenador para dar al fondo una sensación de dibujo sobre libro antiguo. “Todo el trazo es a lápiz. Hay un mínimo retoque digital en el fondo”, especifica.
De esa necesidad de contar qué sentía cuando la noche caía y el dolor atizaba nació la serie Migrañas. Empezó dibujando letras pero el alfabeto nunca acabó. De esas dos vocales surgieron los personajes y las garras del dolor, y hacia allá fue la colección.
“Es un tema dramático”, comenta Llorens. “Las ilustraciones expresan sensaciones de amargura, depresión y dolor. Es un dolor de muchos años que cada vez va a peor”. Aunque la intensidad, afortunadamente, no siempre sube. A veces baja.
Las migrañas de Llorens no aprietan como lo hicieran en el pasado. ¿Por su terapia de dibujos? No. Por un tratamiento de fisioterapia.