La remezcla es parte de la música desde tiempos inmemoriables. Incluso en el encorsetado mundo de la música clásica la gente iba a ver a Mozart esperando escuchar reinterpretaciones de las mismas partituras. “Entendían que parte de la experiencia de ir a ver al autor de esa sonata era la interpretación del momento”, explicó ayer en The App Fest, el músico Jorge Drexler.
En el mismo sentido, los poetas del surrealismo creaban textos que luego reformulaban de distintas formas intentando buscar todas las combinaciones posibles de las mismas palabras.
En estos ejemplos del pasado, Jorge Drexler encontró la inspiración para N, una aplicación musical que lanzará en los próximos meses que permite reordenar versos y melodías pregrabadas según discurre el tema para crear diferentes versiones de una canción. “Como los círculos de poesía combinatoria medieval”, explicó el uruguayo.
A modo de ejemplo, el cantante enseñó un extracto de una de las canciones que aparecerán en la aplicación.
Primero, un verso normal:
Cada uno calibrando sus propios anzuelos
Sus pupilas como círculos de humo,
Y aquel beso como si eso fuera todo
Cuatro manos recogiendo las esquirlas,
Resonando Dos historias. Un anhelo
Se desnudan todo el resto ya no importa
Soledades sin un sólo punto de contacto
La penumbra retrayendo las antenas
Perdiendo la cautela y la ropa revuelta en el piso
La noche se iba abriendo es territorio inexplorado
Luego un verso troceado. Drexler se salta las líneas pero la canción sigue teniendo sentido:
Cada uno calibrando sus propios anzuelos
Sus pupilas como círculos de humo,
Y aquel beso como si eso fuera todo
Cuatro manos recogiendo las esquirlas,
Resonando Dos historias. Un anhelo
Se desnudan todo el resto ya no importa
Soledades sin un sólo punto de contacto
La penumbra retrayendo las antenas
Perdiendo la cautela y la ropa revuelta en el piso
La noche se iba abriendo es territorio inexplorado
Este vídeo lo muetra en directo (min. 15):
Trasladado a un aplicación esto es solo un ejemplo de cómo un verso de una canción se puede reordenar. De hecho, según el cantante, las combinaciones son casi infinitas. “Casi como el número de las estrellas”, indicó.
Para Drexler no se trata de enfocar la misma canción desde muchas perspectivas. “Es la misma historia contada desde distintos microángulos”.
El experimento resulta interesante porque cede más protagonismo a los seguidores del músico. “Se diluye el concepto autoral. Los autores nos quejamos de que los dividendos se van a intermediarios pero hoy no estoy aquí para quejarme. Venimos a tratar de busar una vuelta. De hacer algo con esta tecnología”.