Masturbarse con ondas sónicas

2 de noviembre de 2017
2 de noviembre de 2017
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La ciencia avanza no solo en cuestión de armamento para destruirnos más rápido; o en Medicina, para curarnos provocando menos efectos secundarios. La ciencia también avanza para hacernos la vida más fácil y sobre todo más placentera. Así, las nuevas tecnologías se aplican a electrodomésticos, pero también a los vibradores.

Desde que la histeria femenina provocase la necesidad de incorporar vibración eléctrica a la masturbación de la mujer, se ha avanzado mucho. Tanto que ahora los juguetes ya no solo vibran, también estimulan los genitales a través de ondas sónicas.

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La idea parece obvia y sin embargo a nadie se le había ocurrido antes. El clítoris  es el principal órgano del placer femenino, pero es más de lo que se ve, y por tanto, había que buscar una forma de estimularlo al completo.

Un placer sónico

Esta es la idea que ha planteado la marca LELO en su nuevo succionador de clítoris SONA. En realidad la idea de los succionadores de clítoris no es nueva; la revolución llegó con Womanizer, creando un juguete que se centraba solo en el clítoris. A través de una suave succión conseguía que la mujer llegase al orgasmo de forma más fácil que con la penetración vaginal usando un dildo. Luego surgieron nuevos modelos, y marcas, como Satisfyer Pro, que hacia la boquilla mucho más redondeada y que además rebajaba bastante el precio.

Sin embargo, la idea de SONA no es solo estimular el glande del clítoris, es decir, su parte externa a través de la succión, sino llegar a todo el órgano del placer a través de un masaje sónico.

Tal y como explica el portavoz de LELO en España Alberto Gooding, «un masaje sónico es la estimulación de un órgano con toques rítmicos a través de ondas longitudinales», todo ello bajo la idea de que «las partículas que atraviesan esas ondas vibran en el sentido de la propagación».

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En el caso de SONA, el experto explica que «las ondas y sus vibraciones, cuya intensidad depende de la usuaria (pues tiene 8 modos para el placer), se han configurado para estimular la mayor parte de clítoris posible».

De esta forma, el juguete tiene una abertura, donde se encuentra una almohadilla cuya oscilación permite la generación de esas ondas sónicas. «Son esas vibraciones las que estimulan sin verse y sin necesidad de que el juguete toque el cuerpo, un 75% más del clítoris», concluye Gooding.

Otra forma de masturbarse

Más allá de la creación de un nuevo diseño, lo que supone este tipo de juguetes es cambiar la forma de masturbarse en el caso de la mujer.

Según Gooding, «el mero hecho de estimular una gran área de la parte interna del clítoris representa, en sí, una nueva forma de masturbación femenina». Más allá de las ondas sónicas, que al final se traducen en la vibración del órgano al completo, lo que cambia es la percepción del orgasmo, que no solo es más intenso, sino que deja la vía abierta al multiorgasmo.

«Como SONA no tiene por qué entrar en contacto directo con el cuerpo, no se producen las molestias posteriores, el escozor o el adormecimiento por la fricción que, en muchas ocasiones, suponen un obstáculo a la prolongación del placer»,  lo que según el experto se traduce en «la posibilidad de repetir una y otra vez».

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A este respecto la sexóloga Ester Álvarez aporta que «es muy positivo que los juguetes vayan dirigidos al clítoris en lugar de a la vagina, pues al final es donde las mujeres tenemos mayor número de terminaciones nerviosas. Es una manera de reivindicar que es en el clítoris donde necesitamos que nos estimulen y que estamos un poco hartas de juguetes fálicos».

En cuanto al funcionamiento del mismo, la experta aporta que «este tipo de juguetes hay que saber colocarlo en el punto exacto para que realmente las ondas sonoras se expandan hacia el interior del clítoris, por lo que tienes que conocer muy bien esta parte de tu cuerpo. Quizá cuando se trata de un vibrador no es necesario saber localizarlo tan bien porque la vibración se transmite a una zona más amplia».

¿Y más allá del clítoris?

Aunque este tipo de juguetes ha sido creado precisamente para la estimulación del clítoris, la imaginación siempre es poder, y habrá quién note sus efectos incluso en el lóbulo de la oreja.

Sobre este tema, la sexóloga puntualiza que «si se quiere masajear zonas más amplias del cuerpo, los vibradores tienen más utilidad ya que los juguetes eróticos por ondas sónicas están dirigidos casi exclusivamente al clítoris», aunque no descarta su uso en los pezones, «que por su forma y parecido al clítoris, puede resultar placentero para algunas personas».

En cuanto a su uso en la anatomía masculina, ya el año pasado se hablaba de que «bombardear» el pene con ondas sónicas de baja intensidad podía resultar útil en los casos de disfunción eréctil.

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La llamada extra-corporeal shock wave therapy (ESWT) se presentó en 2016 en una reunión de  la Asociación Europea de Medicina Sexual celebrada en Madrid. Allí se expuso que este tipo de tratamiento parece aumentar el flujo de sangre al pene al fomentar el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos. Sin embargo, se trata de terapias que necesitan de una supervisión médica y que necesitan de una tecnología más allá de estos juguetes sexuales.

Así, sobre si realmente este juguete tiene una aplicación en el placer masculino, Ester Álvarez aporta que «en la mayoría de los hombres la excesiva focalización erótica en el pene es evidente y estoy convencida de que la revolución sexual masculina llegará cuando aprendan a sentir placer en otras partes de su cuerpo». Y quizás juguetes que enfocan el placer más allá de la penetración ayuden a este proceso.

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