Pablo Laguna lleva el presente de la Ciudad de Mรฉxico en la cara y el futuro de la misma urbe entre las rodillas. El presente es una mascarilla azul que cubre su boca y su nariz, y el futuro, la bicicleta de alquiler pรบblico que acaba de agarrar para ir al trabajo. โO nos movemos asรญ o nos acabaremos ahogando, weyโ, responde antes de arrancar.
En Mรฉxico viven 120 millones de personas, mรกs de 20 concentrados en la capital. El nรบmero de coches que poseen entre todos los habitantes del paรญs supera los 25 millones de unidades, y las emisiones de CO2 de la naciรณn (un 1,6% de las totales del planeta) son un problema considerado alarmante en sus grandes urbes.
Una de las soluciones en la que han puesto el ojo gobierno y sociedad para atajar esta problemรกtica es el uso de velocรญpedos, una estrategia que en ocasiones aumenta el caos de trรกfico ya existente debido a la inexperiencia de algunos pedaleadores, la densidad de vehรญculos motorizados y la falta de vรญas para ciclistas en muchos lugares, pero por la que organismos pรบblicos, empresas privadas, ciudadanos y hasta desarrolladores de Apps siguen apostando con firmeza.
โNo es cierto que el nรบmero de vehรญculos que tenemos los mexicanos sea el verdadero problemaโ, dice fuera del despacho una miembro de la Secretarรญa de Medio Ambiente de la capital. โLa prueba es que en paรญses como Holanda, donde no tienen problemas de contaminaciรณn, tienen tres o cuatro veces mรกs carros por habitante que aquรญ. El problema es la cultura del uso del coche. El holandรฉs se mueve en bicicleta a diario y usa el coche solo para trayectos largos, y el mexicano, usa el coche para ir a dos cuadras. Esa educaciรณn es en lo primero que se debe trabajarโ.
La ciudad de Mรฉxico empezรณ hace cuatro aรฑos con su transformaciรณn. Las bicicletas, antes un vehรญculo para los domingos, ahora serpentean entre los coches por casi todos los rincones de la metrรณpoli. Muchos ciudadanos se han ido concienciando de los beneficios de su utilizaciรณn a la par que programas oficiales han dado impulso el cambio. En 2010, el Gobierno del Distrito Federal implementรณ (en la zona cรฉntrica) el programa de bicicletas pรบblicas Ecobici, un sistema de prรฉstamo de bicis que ya existe en otra muchas ciudades del mundo, y al mismo tiempo, dispuso ciclovรญas y desarrollรณ el Reglamento de Trรกnsito para reconocer a estos desmotorizados transportes como vehรญculos, algo con lo que los ciclistas adquirieron nuevos derechos y obligaciones ante la ley.
Bicicletas particulares, iniciativas de compaรฑรญas y programas de prรฉstamo gratuito de estos vehรญculos han aumentado considerablemente, en menos de un lustro, el nรบmero de gente que actualmente utiliza velocรญpedos para moverse en ciudades como el Distrito Federal, Guadalajara o Monterey (se desconoce el nรบmero exacto de usuarios totales). Solamente los de Ecobici ya son cerca de 80.000, de los cuales el 64% no consideraba la bicicleta como medio de transporte antes del programa, segรบn una encuesta de las empresas Kaleydoscopio y Gabinete de Comunicaciรณn.
Al parecer Mรฉxico se estรก tomando en serio lo de pedalear a cambio de un aire algo mรกs puro. Pero como todo corte bueno, este tambiรฉn deja sus flecos. โMuchos ciclistas andan sin luces de noche y muchos se meten por cualquier lado sin seรฑalizar sus movimientos, y eso es un peligro constanteโ, protesta Sebastiรกn Rojo despuรฉs de estacionar su carro, que utiliza โa diarioโ. La multiplicaciรณn de estos ciudadanos a dos ruedas conlleva tambiรฉn cambios que a menudo provocan una confrontaciรณn a tres bandas entre conductores, ciclistas y peatones.
Lo cierto es que, aunque existen sanciones para conductores de bicis contempladas en el nuevo Reglamento, no existen registros precisos del nรบmero de infracciones de ciclistas, โy la policรญa a ellos nunca les va a multar, porque nunca han multado bicicletasโ, opina Rojo. Bernardo Baranda, director para Latinoamรฉrica del Instituto de Polรญticas para el Transporte y el Desarrollo, advirtiรณ โen una entrevista para CNN- que a veces, los usuarios de bicicletas (entre los que se incluye) โnos comportamos como todo lo que criticamos, y deberรญa haber una concientizaciรณn con respecto al contenido del Reglamento, que casi nadie lo conoceโ.
Por su parte, segรบn los datos de Kaleydoscopio, mรกs del 60% de la poblaciรณn se pone del lado de los del sillรญn y considera que la razรณn por la que no se puede andar en bicicleta por la capital mexicana es porque es peligrosa debido a la โmala educaciรณn vial de los conductoresโ de vehรญculos a motor. En 2012, la Procuradurรญa del DF contabilizaba 118 accidentes en los que fueron atropellados ciclistas.
El tercer frente de esta lucha por el dominio de las calles lo forman los peatones, โlos mรกs vulnerablesโ cuando los ciclistas invaden aceras o circulan en sentido contrario segรบn la Secretarรญa de Trรกnsito y Vialidad (Setravi) del Distrito Federal.
Entre tanto el proyecto de poner a Mรฉxico al manillar sigue su curso. Iniciativas como Wikicleta, una App (mรณvil y web) para ciclistas โque busca financiaciรณn a travรฉs de Fondeadora para ver la luz-, pretende conectar a los cabalgadores de velocรญpedos y ofrecer โde manera sencilla y rรกpidaโ informaciรณn relevante para sus recorridos diarios: โEvaluaciรณn de rutas, bici-estacionamientos, talleres, tiendas especializadasโฆ, y premios por lograr retos a pedaladasโ. โMe apasiona idear soluciones a problemรกticas urbanas como la movilidad y la participaciรณn ciudadanaโ, asegura Alejandro, el ideรณlogo de esta herramienta digital.
โHace 10 aรฑos aquรญ no veรญas una bicicleta por ningรบn ladoโ, habla Laguna de los recuerdos de lo que fue su ciudad. โPero yo creo que poco a poco, teniendo un poco de sentido comรบn, entendiรฉndonos entre todos, y fomentando con medidas y facilidades el transporte no contaminante, igual que ahora sรญ que se pueden ver ciclistas en unos aรฑos podrรญamos haber transformado del todo esta ciudad. DF, ciudad saludable. Imagรญnateโ.
Wikicleta en Fondeadora from Wikicleta MX on Vimeo.