A priori, su tamaño (poco más de 20 cm) es ideal para pasar inadvertidas. Pero las criaturas de Cement Eclipses rara vez lo consiguen.
¿Quiénes son los Cement Eclipses? “Se trata de pequeñas esculturas de cemento que se mimetizan con el mobiliario urbano y tratan de camuflarse, con poco éxito, en la naturaleza”.
Claro que si las miniaturas de Isaac Cordal no fracasaran en su empeño por resultar invisibles, no cumplirían con la misión que el artista gallego les tiene encomendada: “Reflexionan sobre distintas situaciones absurdas en la que nos vemos inmersos. Son una crítica a nuestro comportamiento como masa social”.
Hombrecillos trajeados que surgen (¿o se hunden?) entre escombros. Un grupo de gente reunida en un charco en el que solo se intuyen las alopécicas cabezas de los participantes. Un antidisturbios en el cierre metálico de un local… La crítica social de las Cement Eclipses se expresa de forma y en sitios muy diversos.
Dice Cordal que las llamó Cement Eclipses por dos motivos: porque están hechas de cemento (la más obvia de las razones) y “por esos atardeceres en los que los grandes edificios ocultan el sol mucho antes”.
Una vez que las esculturas están instaladas, Cordal las inmortaliza con su cámara: “Con el paso del tiempo, la fotografía ha tenido más y más importancia en mi trabajo, pasando de ser un testimonio documental de las instalaciones al principio a convertirse en parte esencial de la obra”.
Tan esencial que el escultor decidió el año pasado reunirlas y publicar con ellas un libro-homenaje a sus Cement Eclipses. Incluso, lanzó una edición especial con figura incluída.