Es posible que la genética predisponga. En el caso de Miranda Makaroff, cuenta con padres que han estado desde siempre en plena batalla creativa. Lo que está claro es que lo que tiene seguro efecto en la productividad es la acción. Hace años que la Makaroff no para quieta. Diseña, ilustra, escribe, actúa y pincha. Se dice que a veces duerme, pero echando cuentas con las horas que tiene el día, parece que lo suyo es más de tener la mente en marcha que de detenerse.
Salir a la calle a hacer deporte es, en esencia, muy similar para todas las personas. Es uno mismo quien establece el nivel al que se va a colocar y, a partir de ahí, la lucha, el reto, es personal y de superación de los propios límites. Con Live With Fire, Reebok quiso aliarse con la cotidianeidad. Se trata de aplicar el mismo espíritu de superación, el mismo esfuerzo a cada acción del día.
Makaroff es una de las caras de Live With Fire, la nueva campaña de Reebok con la que la marca pretende transferir esa filosofía del deporte a todas las parcelas de la vida. «Necesito emplear toda mi energía en aquello que estoy haciendo. Lo hago todo con una tremenda pasión», asegura. Work hard, party hard, que dicen por ahí. Por eso ha unido sus destinos a los de la marca deportiva.
Según esos principios, según esas reglas, la ilustradora aprovecha cada segundo de sus días. Confiesa que no podría estar sin probar a hacer cosas muy diferentes. Es una enemiga de la uniformidad y la monotonía. A su edad (nació en 1984), la energía le rebosa y ella ha decidido hacer de su jornada un constante reto creativo.
Es hija de los años ochenta y los noventa. Fue entonces cuando sus padres se convirtieron en referencia cultural y es por eso por lo que el revival que ahora vive es de índole casi genético. Las zapatillas Reebok que suele elegir son una relectura de las clásicas de esas décadas. Es la traslación del «como en casa, en ningún sitio» proyectado en sus propios pies.
A partir de aquí, es decir, con zapatillas nuevas que guiñan un ojo a lo clásico, y una actitud totalmente renovadora, comienza la explosión creativa cotidiana de la Makaroff. A partir de aquí, ilustración, diseño de moda, bloguerismo compulsivo y la materialización de lo que ya contaba Cindy Lauper: «Girls just wanna have fun».