¿Son sanas las amistades platónicas entre mujeres y hombres?

23 de agosto de 2012
23 de agosto de 2012
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Harry encontró a Sally, Monica acabó con Chandler y Jenny sucumbió a los encantos de Forrest. El cine y las series no han dejado de recordarnos que los amigos están condenados a entenderse… entre las sábanas. Si la cultura audiovisual se ha empeñado en convencernos de que la amistad platónica es el simulacro del romance en toda regla, la investigación sociológica ha dado un paso más para reavivar la ya de por si cansina guerra de sexos.

Ahora que habíamos aprendido a descartar clichés cinematográficos y sabíamos que tener diferentes cromosomas no nos exime de poder relacionarnos con normalidad, llega Canadá y mete el dedo en la llaga publicando un estudio que cuestiona directamente si “debe” existir la amistad entre sexos opuestos.

¿Sus conclusiones? Los hombres son “sexualmente oportunistas” frente a amigas que ni se les pasa por la cabeza irse a la cama con ellos y hay “más cargas que beneficios” en las relaciones platónicas cuando uno de los dos implicados tiene una pareja estable.

Desarrollado por investigadores de la Universidad de Wisconsin Eau-Claire, el estudio se dividió en dos fases y empleó a 400 heterosexuales adultos de entre 18 y 52 años. En la primera fase, usaron a 88 parejas de amigos, y les preguntaron, por separado y de forma anónima, si se sentían atraídos por la otra persona, si existía el deseo de tener una cita romántica o si habían percibido que su amigo/a quería salir con ellos. (Aviso, esta fase puede herir sensiblemente el ego de algún que otro macho alfa).

En esta parte, los hombres afirmaron sentir una mayor atracción por sus amigas de las que las mujeres tenían por sus amigos (¡ouch!) y sobrestimaron de largo el nivel de atracción que sus compañeras sentían por ellos (doble ¡ouch!).

Las mujeres, por su parte, subestimaron la atracción que sus amigos sentían por ellas y mostraron menos deseos de tener una cita con sus compañeros. “Históricamente, los hombres han encarado el riesgo de ser descartados si no tomaban ventaja de sus oportunidades reproductivas, así que ellos han evolucionado para ser más sexualmente oportunistas que las mujeres”, argumentó la directora del estudio, April Bleske-Rechek.

La segunda fase de la investigación no se cortó en dar donde más duele: ¿Cómo afectan las relaciones de amistad cuando hay parejas de por medio? Individualmente, se preguntó a ambos sexos por una lista de los beneficios y cargas que suponían tener amistades de distinto género, así como su nivel de satisfacción con su pareja actual.

Aquí, los participantes indicaron que sentirse atraído por sus amigos o amigas era una complicación cinco veces superior al beneficio que les suponía mantener la amistad. Es más, los más jóvenes con pareja estable aseguraron que cuanta más atracción sentían por su amigo o amiga, menos satisfacción sentían en su relación amorosa.

“¿Es que la gente que tiene relaciones estables son menos propensos a apostar por el compromiso y se muestran más a favor de sentirse atraídos por otras personas?”, se preguntó la investigadora en este punto, sin querer aventurarse a apostar por una conclusión clara.

Entonces, ¿debemos o no debemos ser amigos? Viendo los resultados del estudio, y tras haber soportado el viral que más veces se compartió en tu timeline de Facebook hace unos meses, parece que algunos están empeñados en aleccionarnos sobre las pésimas consecuencias de tener amigos del sexo opuesto.

“Tal vez nos esforzamos por actuar como si fuese totalmente cool que existan amistades entre hombres y mujeres porque no queremos admitir que es difícil mantener una amistad platónica con el sexo opuesto sin reprimir nuestros instintos hormonales, porque nos hace sentir como animales incapaces de controlar sus impulsos”, argumentaron en Jezebel sobre este eterno debate.

Bleske-Rechek no tira la toalla y asegura que la gente seguirá manteniendo este tipo de amistades porque “encuentra mayor satisfacción” en ser amiga del sexo opuesto, a pesar del peligro potencial que supone para su felicidad y su bienestar general. Si no, siempre podemos tomar el camino que Chandler y Monica iniciaron justo antes de enrollarse en aquel mítico hotel de Londres:
Él: -Supongo que a partir de ahora nuestra amistad queda arruinada para siempre…
Ella: -Bah, tampoco éramos tan cercanos.

Imagen de BiblioArchives, reproducida bajo CC

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