El primer día fue definitivo. Manuel Donada, fundador de la galería de arte Watdafac, encendió la tele y encontró una serie desconocida de personajes amarillos. Eran las 11 de la noche. Un día cualquiera sin fecha en la memoria. Aunque “desde ese momento, me quedé enganchado”, cuenta el dibujante. “Nunca pensé que se podría superar a los clásicos y que algo volvería a sorprenderme, pero me equivoqué. Llegaron Los Simpsons y lo descoloraron todo. Siempre me han hecho reír muchísimo. El dibujo es sencillo y eso es algo que me fascina. Cuatro líneas bien puestas que te cambian la vida”.
Años después, Donada quiere hacer una reverencia pública a Bart, “el mejor”, ese “chaval cabroncete que nunca ha caído tan bien a toda la humanidad, ni ha hecho tanta gracia a padres, hijos, mascotas y partículas del aire”, según el artista. Y el homenaje llega en forma de un libro titulado Watdatoon Clasik Tributes para “rendir tributo a los clásicos de los dibujos animados” en la visión de varios artistas españoles.
El “artefacto”, como lo denomina Donada, es un homenaje a Springfield en su totalidad. “Matt Groening se lo peinó de forma suculenta, y desde aquí –dice el madrileño– le dedicamos este caluroso abrazo en forma de libro guay”. Y, además, en una exhibición que mostrará las piezas en Watdafac a partir del 19 de septiembre.
Yorokobu: ¿Cómo surgió la idea de hacer este libro y esta exposición?
Donada: Siempre he sido (y soy) un fanático de los dibujos animados (los clásicos, más que nada). Desde que era muy pequeño grababa mis preferidos y los veía una y otra vez hasta sabérmelos de memoria. Lo que más me gustaba eran las cabeceras. Mucha acción en muy pocos minutos, e incluso segundos. Soñaba con hacer eso algún día y lo conseguí. Estudié animación y trabajé para Cartoon Network, entre otros sitios, para estar más cerca de Hanna-Barbera que nunca.
Podríamos decir que los cómics y los dibujos animados (los de antes, los de ahora me dan pena) han sido y son dos cosas muy importantes en mi vida. Por eso decidí rendirles tributo y empezar una colección con la galería sobre los clásicos que más me han marcado, los más importantes para mí. Lo llamé «Watdatoon Clasik Tributes» y me quedé tan ancho.
Los Simpsons lo son todo. Son gran parte del cosmos tal y como lo conocemos y lo que queda por conocer. Son clásicos y son contemporáneos. Se merecen estar en lo más alto, aunque, si digo la verdad, cada vez me gustan menos porque ha cambiado mucho el formato y el estilo, pero no se lo digas a Matt.
Y: ¿Qué representan Los Simpsons para ¡Oh, chaval! dentro de la cultura actual?
Donada: Nunca me he parado a pensar en su influencia sociocultural aunque soy consciente de que su mayor triunfo se debe a eso. Son dibujos animados que me hacen pasar un rato increíble, con los que me río un montón y que cuentan con algo súper importante para mí: el factor sorpresa. Son rápidos y si parpadeas te pierdes la mejor frase del capítulo. Hay que estar atento a todo, sobre todo, a los diálogos. Supongo que la critica esta ahí y es lo que la gente disfruta de ellos. Yo opino que deberían ser aún más salvajes. Son directos y no se cortan ni un pelo. Eso me gusta.
Y: ¿Qué criterios has tenido en cuenta para la selección de los dibujantes e ilustradores de la muestra?
D: La selección fue rápida. Artistas que nos fascinan y que, además, son conocidos y, o amigos. No hubo un estudio ni una larga lista, aunque algunos se quedaron en tierra por varias razones. Fue rápido y salió solo. No hubo más que abrir la caja y sacaron la cabeza ellos solitos. Había gente que no podía faltar. Desde un principio eso estaba clarísimo.
Y: ¿Quiénes son los autores?
D: Berto Fojo es, para mí, uno de los mejores aristas españoles, si no, uno de los mejores del mundo. No podía faltar (además, porque es muy fan de Los Simpsons) y, de hecho, no falta en la siguiente entrega, que será un tributo a Hanna-Barbera, a los «Autos Locos» (otros dibujos que cuando era pequeño me producían una eterna sonrisa y felicidad). Yo creo que Hanna-Barbera deberían tener un museo en todas las ciudades del mundo, un parque temático, una calle en cada metrópolis, una esquina dedicada a su existencia en todas las ciudades posibles. Se debería estudiar en los colegios y debería existir una carrera en la universidad. Si tuviera dos hijos, los llamaría Hanna a uno y Barbera al otro, pero suena fatal y en el colegio vivirían un infierno. Una pena. Lo malo es que si tuviera tres, uno se llamaría Guión y eso sí que es arruinarle la vida a alguien. Además, Hanna Montana da mucha grimita. Me da nauseas.
Los demás son Rocío Cañero, Hugo Sierra, Grosman, Gorka Villaesusa, Ruru, Nano 4814, Carletti, Mar Martitegui, Maurix, Clara Iris, Jose Punzón, David González y yo. Lo que más me gusta de esta selección, aparte de que son todos increíbles, es que cada uno tiene un estilo muy diferente y estaba seguro de que saldría una mezcla explosiva. Es curioso ver cada interpretación y no me equivoqué al pensar que quedaría un libro extraño pero muy divertido. Hay de todo para todos los gustos recopilado en 72 paginas a todo color.
Y: ¿Qué destacarías del proceso de trabajo?
D: Ha sido largo porque organizar a tanta gente siempre es un estrés. Siempre pasa algo, siempre hay retrasos, siempre alguien se olvida un poquito… Ya contaba con ello porque todos somos igual y las fechas límite de entrega, a veces, se nos escurren de las manos. Por eso no culpo a nadie. Estoy muy contento con el resultado y quiero dar las gracias a todos por participar.
La espera ha merecido la pena y confío en que las siguientes entregas no tarden tanto. Ya estoy trabajando en la segunda y pensando en la tercera.
