Mientras el resto de la especie evolucionó de los simios,
los pelirrojos evolucionaron de los gatos
Mark Twain, escritor y pelirrojo
Amanece. Cartman todavía no lo sabe, pero es pelirrojo. La luz le descubre la lección que sus amigos le han querido dar mientras dormía, después de su alegato contra los pelirrojos. Su aversión comienza a difuminarse con la misma facilidad con la que su rostro ha acabado salpicado de pecas. Él, que ayer promovía el odio hacia los gingers (‘jengibres’ es como llaman a los pelirrojos de piel blanca y pecas), se convierte en el objeto de su propia discriminación. Primero, reniega de su apariencia. Luego, decide iniciar una revolución pelirroja para mostrar sus recién descubiertas bondades y funda el Movimiento Separatista Colorado.
Lo que empieza como un movimiento pacifista se convertirá en una avalancha de niños violentos que secuestran a otros no-colorados a los que sacrificarán. Cartman adquiere el aspecto de un Hitler pelirrojo y, después, caracterizado como un inquisidor, llegará a una de las conclusiones medievales más extendidas: «los colorados no tienen alma».
Tras ver el capítulo ‘Ginger kids’ de South Park (2005), alguien que no supo captar el controvertido humor de la serie creó un grupo en Facebook y reunió a 5.000 detractores de los pelirrojos dispuestos a celebrar el Día Nacional para patear a un ginger. El grupo llevó a cabo su infame idea y siete niños pelirrojos resultaron heridos aquel día en un colegio estadounidense.
También hubo quien captó la ironía y, como si la animación se hubiese trasladado a la realidad, esa marea naranja que portaba carteles proclamando el orgullo pelirrojo lleva años gestándose.
A Stuart Parry le gusta compararse con Fry de Futurama: los dos son pelirrojos y repartidores de pizzas. Alentado por una amiga periodista que le propuso centrarse en organizar un evento de este tipo para combatir una depresión, Stuart decidió que quería liderar una especie de revolución pelirroja y se propuso reunir a doscientos pelirrojos en Inglaterra. Esta fiesta del orgullo ginger, que acoge a todo el mundo independientemente del color de su pelo, se celebrará en verano de 2016 en Plymouth y podría irse de las manos. Gingers: The Gathering, la página de Facebook que Stuart creó para el evento, ya supera los 6.500 ‘Me gusta’. «Un poco accidentalmente se ha convertido en viral», cuenta Stuart.
No es la primera manifestación pelirroja, puesto que eventos similares ya se vienen celebrando anualmente en Holanda, Irlanda y otras partes de Reino Unido.
Bart Rouwenhorst descubrió su pasión por la pintura cuando estudiaba ingeniería mecánica. Para llegar a ser un artista famoso, decidió seguir los pasos de sus admirados Klimt y Rossetti. Como ellos, se propuso retratar mujeres pelirrojas. Buscaba modelos, aunque no tantas: ciento cincuenta mujeres de pelo rojizo se ofrecieron a posar para él. Las reunió a todas, les hizo fotos juntas y así nació el primer Roodharigendag (Día de los Pelirrojos) en Holanda.
Tanto Bart como Stuart coinciden en que no se trata de un movimiento repentino. «Nosotros llevamos diez años viéndolo», aclara Bart. Aunque este año se ha visibilizado gracias a otras propuestas como el evento que organiza Stuart, Bart está convencido de que cada uno de estos proyectos es lo que inspira que ahora aparezcan más. Lo uno lleva a lo otro, pero el verdadero detonante fue el capítulo de South Park: «El día para patear a un pelirrojo aduciendo que ‘los pelirrojos no tienen alma’ fue una broma de la excelente serie South Park. Lamentablemente, alguien lo usó como excusa para atacar a los pelirrojos», recuerda Stuart.
Si la Santa Inquisición hubiese topado con los pelirrojos tan unidos como empiezan a estarlo hoy gracias a internet, quizá la historia habría sido algo diferente.
Un aura de misterio ha envuelto a las personas de pelo rojo, piel pálida y pecas desde tiempos inmemoriales. Si el color del pelo les convirtió en supuestos seres temibles que pasaban a ser vampiros en la Antigua Grecia e hijos del demonio hasta hace no tanto, en el Imperio Romano los esclavos más caros eran los pelirrojos y hasta se puso de moda usar pelucas importadas del norte de Europa. Las mujeres pelirrojas eran tan escasas que, como minoría, también se desconfió de ellas: «Raro breves humiles vidi ruffosque fideles», decían.
Curiosa y contradictoria es la percepción que los antiguos egipcios tenían de los pelirrojos: por considerar que tenían propiedades mágicas para que la cosecha creciese a mayor velocidad y en abundancia, los quemaban y esparcían sus cenizas por el campo. Lo mismo hacían los romanos con los perros de pelo rojizo.
La estrategia católica de convertir a los pelirrojos en hijos del diablo viene de su sanguinaria irrupción en los países nórdicos, donde los vikingos se defendieron y, por ello, se les dio una imagen irreal de fieros luchadores con cuernos en la cabeza. Lo de los cuernos fue un invento. De la supuesta maldad intrínseca de los pelirrojos, huelga decir que fue más de lo mismo.
Ser pelirrojo en la Edad Media era motivo para arder en la hoguera. El Malleus Maleficarum (Martillo de las brujas), uno de los libros más infames de la Historia, describía a las supuestas brujas. Sus páginas proliferaron por toda Europa, de inquisidor en inquisidor, difundiendo la idea de que sus principales características eran el pelo rojo y los ojos verdes. También determinó este manual para cazadores de brujas que los pelirrojos se convertían en vampiros. Miles de ellos fueron quemados vivos por esta idea que, además, cuestionaba que tuviesen alma por el color de su pelo.
En Estados Unidos se propagó la creencia de que las pelirrojas se convertían en caballos blancos cuando morían y que estos, a su vez, se reencarnaban en aquellas. The New York Times se encargó de extender estos prejuicios hasta bien entrado el siglo XX.
Todavía hoy, los pelirrojos siguen sintiendo la necesidad de demostrar que su belleza es singular. En 2015 apareció la primera revista especializada en pelirrojos, MC1R, y un par de calendarios que enrojecerán las casas durante este año: uno de pelirrojos sexis y otro de pelirrojos en general, zorros incluidos. El segundo, como el resto de proyectos, pretende alejar a los portadores del gen MC1R de los prejuicios y supersticiones que les han rodeado siempre, y lo hace reivindicando la belleza pelirroja.
La fotógrafa checa Sandra Kokmanová es la autora de este calendario que llenará las paredes de belleza rojiza. Después de cuatro años dando vueltas a la idea, Sandra decidió que de este año no pasaba. También, su idea parte de la necesidad de hacerles sentir un poco más cómodos en un mundo en el que todavía perduran los estereotipos sobre ellos. «Decidí hacer este calendario porque he escuchado decir a muchos pelirrojos que no están satisfechos con su color natural de pelo porque, de pequeños, les discriminaron en el colegio. Yo siempre he pensado que era un color muy bonito, así que tuve la necesidad de hacer estas fotos para hacerles sentir más seguros», explica.
En El guardián entre el centeno, J. D. Salinger escribió: «La gente con el pelo rojo se supone que se enoja con mucha facilidad. Pero Allie nunca lo hizo y tenía el pelo muy rojo». Es uno de los prejuicios más sutiles que se han extendido sobre ellos. «Creo que siempre habrá prejuicios en torno a los pelirrojos», lamenta Stuart. «Se supone que somos fieros y temperamentales. La gente suele apartar a los pelirrojos por esta razón. A medida que aparecen más pelirrojos famosos, vamos siendo más aceptados».
Bart es un poco más optimista: «No llega a ser una discriminación. Me parece que es algo más sutil. Los pelirrojos jóvenes suelen ser menos felices porque, si destacas entre una multitud cuando eres joven, es más fácil llamar la atención. Pero los pelirrojos adultos se convierten en personas de personalidad fuerte y dispuestos a ser ellos mismos. Es más fácil ser tú mismo si tienes la sensación de estar fuera de la masa».
El principal objetivo del proyecto de Kokmanová es «eliminar prejuicios sobre los gingers y hacer que estén más cómodos en este mundo. Mostrar lo originales y bellos que son y enseñar que no son brujas sin alma ni nada parecido».
«Tengo que decir que en República Checa, últimamente, la discriminación hacia los pelirrojos ya no es tan frecuente. Pero hubo un tiempo en el que era una vergüenza estar de cara al público. Imagina lo que supondría eso para los pelirrojos», continúa. Es una discriminación más sutil, pero todavía demasiado presente: «Todavía conozco a gente que vivió un auténtico infierno por tener el pelo rojo. Así que este proyecto es una especie de homenaje a ellos».
Mientras hay quienes aseguran que se extinguirán en menos de un siglo, los pelirrojos están dispuestos a mostrar al mundo por qué su peculiaridad les hace tan especiales. Aquel capítulo de South Park ya es real.
Fotografía: Sandra Kokmanová
Soy pelirrojo y la verdad que nunca me he sentido discriminado por el hecho de serlo por lo que doy gracias de haber nacido en esta época lol… Me ha encantado leer el artículo, enhorabuena.
Las mujeres pelirrojas siempre me han parecido especiales. Tienen una belleza diferente, unica, espectacular.
Precioso artículo…soy pelirroja de ojos verdes…me ha pasado casi de todo con respecto a mi aspecto, sobre todo de niña, tuve a una madre que siempre me dijo que era especial y por eso la actitud de las personas hacia mí. Tengo ahora 33 años y soy feliz de mi pelo rojo, nunca lo he teñido ni lo haré, tengo pecas en todo mi cuerpo y soy feliz de ellas…gracias.
Yo soy pelirroja y me encanta mi pelo con rulos y si capaz q alguna ves me molestaran en la escuela por serlo .por suerte ya no . No sabia q existia una revista de pelirrojos jaja.me encanto el articulo☺
[…] La historia de los gatos discurre en paralelo a la de los pelirrojos. Los egipcios creían en las propiedades mágicas de ambos. En la Edad Media eran vilipendiados y acusados de brujería. Después, no eran más que hijos de Satanás a los que se había dejado de torturar. Hoy, ambos lucen su pelo orgullosos en internet. […]
[…] La historia de los gatos discurre en paralelo a la de los pelirrojos. Los egipcios creían en las propiedades mágicas de ambos. En la Edad Media eran vilipendiados y acusados de brujería. Después, no eran más que hijos de Satanás a los que se había dejado de torturar. Hoy, ambos lucen su pelo orgullosos en internet. […]
[…] La eclosión del orgullo pelirrojo […]
Yo recuerdo que de pequeño se decía «Pelirrojo mala suerte» o algo así…..
Interesante artículo, ahora bien, eso de que miles de pelirrojos fueron quemados en la edad media es una salvajada que no es verdad (además la época de mayor quema de brujas y actividad inquisitoria fue en la edad moderna, no en la edad media). Que no se repitan los tópicos contra nadie por el color de su pelo….pero tampoco contra una época que no lo merece 🙂
Lo de los cascos vikingos con cuernos creo que no es cierto, un mito. Gracias por el artículo. Ahira se lo paso a mi hijo pelirrojo.
http://m.diariodelviajero.com/cajon-de-sastre/desmontando-mitos-viajeros-los-vikingos-llevaban-cascos-con-cuernos-y-la-redondez-de-colon
un video sobre el orgullo pelirrojo: entra al pelirrojismo, una version de die antwoord. enter the ninja. Por cierto en la serie glee los padre de la profesora que tiene mania de limpieza, que es pelirroja sus padres son racistas de gente que no es pelirroja.
Muy interesante. Aprendi mucho con este articulo. Me gusto.
Lo siento chicas pero el cabello rojo solo le queda bien a las chicas con piel blanca Se ve más natural
Yo soy pelirroja. Y de pequeña me hizo sufrir ser diferente. Más tarde me he sentido muy orgullosa de ser pelirroja.
Sin embargo, quiero denunciar los comentarios que se hacen en dibujos animados o en programas como El Intermedio hacia los pelirrojos. Este último programa me gusta mucho. Pero desde que se ha incorporado Manuel Burque, Wyoming hace comentarios que refuerzan los estereotipos contra los pelirrojos. Y no sabe cuánto daño puede hacer con este tipo de comentarios. He escrito para decírselo. Pero cuantos más lo hagamos, más será consciente del daño que estos comentarios pueden hacer a los niños y niñas. Y a ver si deja de hacerlos…