El barquito de la canción no podía navegar. El del corto de David Pavón, aunque está inspirado en él, no solo surca el mar. También se mueve en tierra firme.
El diseñador y artista visual quería contar la historia que se escondía detrás de aquella letra que comenzaba diciendo “Había una vez un barquito chiquitito…”. Y le salió un cortometraje que «habla sobre todo nosotros, en general, de la vida misma, de cómo tenemos que ir hacia delante y del destino que todos tenemos escrito».
Lo tituló ‘Origami’ y fue el film que presenté para su proyecto fin de carrera. Con él ya ha participado en más de 90 festivales y encuentros de todo el mundo. El último, la Comic Con de San Diego.
Un corto, un barco de papel y una canción infantil

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