A Óscar Llorens le gusta el fútbol. Es muy fan del Atlético de Madrid. Y del Cholo Simeone, el entrenador del equipo colchonero. Tanto como para considerarse un auténtico ‘cholista’: «Lo soy en absolutamente todo. Creo plenamente en eso de que «si trabajas y crees, se puede»».
Ese «todo» incluye por supuesto su trabajo: dibujar. Algo que le gusta tanto o más que el fútbol. «Es la actividad a la que más tiempo le he dedicado en mi vida. Me considero un privilegiado por tener un trabajo que, al mismo tiempo, es una afición. Eso hace que pueda dedicarle muchas horas al dibujo sin tener la sensación de tener que desconectar».
De vez en cuando, reconoce, necesita cambiar de aires. Ahora que es padre, sus hijos le proporcionan muchos de sus momentos de escape. Pero confiesa que, por las noches, cuando todos duermen «es el momento más tranquilo del día». ¿Y a qué lo dedica Llorens en muchas ocasiones? Exacto: ¡a dibujar!
Aunque sus horas más productivas son las primeras de la mañana. Es entonces cuando se sienta frente a su mesa de trabajo en la que no faltan su Cintiq, lápices, música «y colegas». Porque Llorens es de los que prefieren trabajar en compañía.
Llorens no recuerda con exactitud cuál fue su primer trabajo remunerado («probablemente fuesen los retratos que hacía cuando vivía en Holanda para ganar algo de dinero»), pero considera tanto la campaña en la que trabajó con SCPF para Vodafone como la de Limón&Nada, con Sra. Rushmore, puntos de inflexión en su carrera. «Me vinieron muy bien porque hasta entonces yo era un completo desconocido en el mundo de la ilustración publicitaria».
Pero son sus proyectos personales (a los que dedica el escaso tiempo que le queda entre encargo y encargo profesional) los que le siguen proporcionando «el argumento principal para captar clientes». «Lo mejor de ellos es la total libertad con la que trabajo», añade. Al ponerse a dibujar sin un objetivo concreto es muy probable que en el papel aparezcan algunas de sus criaturas y personajes surrealistas. «Seguramente me salen por la cultura visual de la gente de mi generación. Por los dibujos que veíamos y leíamos cuando éramos pequeños».
Todos esos monstruitos son una parte esencial del trabajo y el estilo de Llorens. «Imagino que las formas de mis personajes y la composición de mis ilustraciones hacen que se reconozca fácilmente mi trabajo» Y eso es algo esencial para un ilustrador, en su opinión.
El madrileño es el protagonista del mes de abril en las pantallas gigantes de Callao City Lights. Un escaparate al que Llorens considera «poco convencional» y una original forma de mostrar su trabajo.
