La mirada despista. El mundo que se despliega al abrir los ojos parece el único posible pero, en realidad, es solo uno entre una lista infinita de versiones. En los espacios entre líneas de todos los versos hay cientos de mundos paralelos. En esos vacíos pueden descifrarse significados inauditos, emociones remotas o un cierto olor a dinamita.

Pero ahí no alcanza la vista. Es la intuición, la memoria, el olfato o las manos las que hallan otras escenas que, también, están delante. A un milímetro de los ojos. O menos.

Líneas atléticas
Pocull mira así. El director de arte, diseñador y experto en animación, a veces, también ilustra. Lo hace desde pequeño y lo hace, sobre todo, en sus ratos libres. En uno de esos momentos en los que el tiempo no cuenta las horas salió un deportista. Nació entre líneas. Aunque esta vez no ocurría como a menudo pasa con las palabras. Nadie quería esconder a Pau Gasol. Al contrario. Las líneas resaltaron los rasgos y las ondas del pelo del jugador de la NBA.

Fue solo la mirada. Porque justificar una ilustración, a menudo, no obedece a los dictados de la razón. La serie Atletas nació «por casualidad», explica Pocull. «Me encantan los deportes. Más verlos que practicarlos (ríe). Y pensé en hacer algo relacionado con retratos de atletas. La técnica parece muy complicada pero, en realidad, es sencilla. Es un trabajo en vectorial. Son líneas encima de un retrato. Al principio son solo formas y rayas. Después aplico un degradado independiente a cada línea».

Gasol quedó envuelto en rojos y violetas. Por esas miradas que solo una persona ve. «Utilicé unos colores de contraste. No sé por qué. Es oficio. Sabes lo que funciona y lo que no».

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Londres se escribe con vainas
Un día la plataforma Show Us Your Type tocó a la puerta de Pocull y le invitó a diseñar una tipografía basada en la capital británica. El barcelonés conocía bien la ciudad. Había vivido allí tres años y sabía que no todo eran cabinas rojas y autobuses de dos plantas. El ilustrador intentó alejarse todo lo que pudo de los estereotipos y acabó dibujando una especie de cintas en oscilaciones de un púrpura brillante. «Mi intención era pasar un buen rato y experimentar con técnicas de 3D», comenta. «Londres forma parte de mi vida y quería enfocar el tema por ahí. Pretendía jugar con las formas, experimentar, hacer pruebas. Mi intención era desarrollar una tipografía 3D».

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El abrazo trenzado
Pocull recibió otra invitación. Esta vez la revista digital Graphic Hug le pidió un póster inspirado en el nombre de la publicación. El ilustrador pensó en besos y abrazos. Diseñó sus símbolos correspondientes, la X de los labios y la O de los brazos, y convirtió la imagen en una serigrafía. «Me gustan las formas naturales. Las líneas de estas letras me recuerdan a las grietas naturales que forma la madera», especifica el director de arte. «Huyo de lo octogonal y lo cuadrado. Me centro más en lo natural. Me sale más de mi interior. Prefiero no sujetarme a estructuras y basarme en lo orgánico».

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La mirada, a veces, despista.
Y, a veces, abre la puerta a otros mundos.

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Patrick Thomas

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