Una portada para Yorokobu. Esa era la misión, pero Hungry Castle la asumió como un viaje. El camino los llevó directamente hacia arriba. Dicen que miraron las estrellas y encontraron nueva vida en el sistema solar. “Es imposible no sentirse inspirado por algo tan complejo. Nuestro sistema solar tiene ocho planetas orbitando alrededor del sol. Ocho planetas. Ocho letras”.
La inspiración se juntó con la vocación: jugar. Aseguran que el juego es su forma de conectar con las personas y con vida extraterrestre. Tiraron de su archivo emocional y se dejaron llevar por la influencia de los móviles para niños y los juguetes de madera. Eso les hizo crear el ‘Sistema Yoro’. Tomaron tacos de madera, los pintaron y crearon esa nueva galaxia.
El sol se hizo con una colección de ocho discos amarillos apilados. Esa estrella es la que mantiene el orden de todos los planetas que giran a su alrededor y que forman las letras. Es un sol que evita el desorden de las bolas porque esa posición tiene un objetivo que cumplir. “Encontramos la posición exacta para que se leyera la palabra Yorokobu”, explica Dave Glass, fundador del estudio.
Roc Canals fotografió el montaje que el equipo de Hungry Castle había hecho con sus propias manos y, así, en una imagen encerrada en una bola, se convirtió en la portada de la revista Yorokobu de octubre de 2012.