Todo rascacielos es, en cierta medida, una forma de jactancia. Pero tambiรฉn una demostraciรณn simbรณlica de poder, cuando ese poder se mide en metros.
El Empire State Building dominรณ el mundo en altura durante 40 aรฑos, dejรกndonos claro con su presencia quiรฉn tenรญa en aquel momento la sartรฉn por el mango.
Pero las cosas han cambiado mucho. Resulta que en la actualidad los ocho rascacielos mรกs elevados del planeta se encuentran en Oriente. En Dubรกi, Japรณn, China, Arabia Saudita, Corea del Surโฆ
Estados Unidos, probablemente traumatizado por los atentados de las Torres Gemelas, abandonรณ esa carrera histรณrica que comenzรณ, segรบn la leyenda, con la frustrada tarea de la Torre de Babilonia para alcanzar el cielo.
En su libro de narraciones cortas La historia de tu vida, Ted Chiang nos cuenta la ascensiรณn de los mineros por dicha torre con el fin de taladrar la bรณveda celeste una vez que llegasen a lo mรกs alto.
Pero lo que Chiang no cuenta en su narraciรณn es que Yhavรฉ, enojado por tanta osadรญa, condenรณ a la especie humana a hablar cientos de lenguas diferentes para que jamรกs volvieran a trabajar unidos en un proyecto como este.
El cuento de Chiang es contemporรกneo, pero recoge la obsesiรณn colectiva del hombre a travรฉs de los siglos de alcanzar la altura de los dioses. De asemejarse a ellos y de igualarse en poder y gloria.
Solo que, debido a su constante fragmentaciรณn, los hombres han preferido retar a sus adversarios en lugar de retar a Dios. Optando por demostrarles a ellos de dรณnde proviene su hegemonรญa.
Esa es la razรณn por la que los grandes rascacielos se convirtieron, a la vez, en narraciones ideolรณgicas. Si el Empire State se ufanรณ en mostrarnos su altura como legitimaciรณn del poder hegemรณnico imperante, las Torres Gemelas nos quisieron contar la capacidad de dicho poder para replicarse.
Ahora, con la nueva ideologรญa hรญbrida que todo lo abarca, el sรญmbolo de la modernidad lo representan las Torres Petronas de Kuala Lumpur. Estas dos torres, las gemelas mรกs elevadas del mundo, estรกn unidas por un puente a gran altura que las conecta para hacer ver que su poder se basa en la colaboraciรณn entre ambas.
Muy reciente, y mรกs compleja todavรญa, es la nueva torre ToHa de Tel Aviv, un diseรฑo ยซdos en unoยป en el que la fusiรณn entre ambos edificios es mรกs intensa todavรญa.
Las grandes torres, llamadas no por casualidad ยซrascacielosยป, siempre hablan de los momentos, los paรญses y los poderes que las construyeron. Y eso sucede tambiรฉn con cualquier otro edificio emblemรกtico. En el pasado, cuando el poder se sentรญa amenazado, construรญa castillos. Cuando se sentรญa seguro, construรญa palacios. Esa esa la diferencia entre el Alcรกzar de Segovia y el Palacio de Versalles.
La historia de la humanidad, su viaje, estรก escrita en estos impresionantes edificios. Pero el final mรกs probable de tanto esfuerzo es el que Chiang nos cuenta en la รบltima pรกgina de su narraciรณn:
ยซAhora estaba claro por quรฉ Yhavรฉ no habรญa derribado la torre, nos habรญa castigado a los hombres por desear llegar mรกs allรก de los lรญmites que tenรญan impuestos: pues el viaje mรกs largo solo les volverรญa a llevar al lugar del que habรญan partidoยป.