Los puestos de lencerรญa femenina se alternaban con los de hortalizas. โBienvenidos a una nueva dimensiรณnโ, rezaban los letreros, ante hileras de enormes y sugerentes sujetadores atrapados mediante pinzas en cables sinuosos. A juzgar por el tamaรฑo de las copas me preguntaba dรณnde se meterรญan las usuarias de semejantes artefactos.
Mientras intentaba alcanzar el puesto de los tomates, me asaltรณ otro de bragas y calzoncillos marca Dulce & Camino, con la misma tipografรญa que Dolce & Gabbana, pero sensiblemente mรกs baratos y con diseรฑos imposibles.
โ ยกDiรฉ euro! ยกDiรฉ euro! โ anunciaba un paisano desdentado, pero feliz y orondo como una buena noticia, seรฑalando la mercancรญa textil no apta para cualquier ingle.
Una vez alcancรฉ el puesto donde habrรญa de adquirir mi futuro, me entretuve examinando la tipologรญa de los clientes, y de los letreros escritos con apresurado rotulador de trazo grueso.
โAlbariquokeโ, โNectalinaโ, โZyngaโ, โGrouponโ, rezaban las etiquetas.
El acre olor a cuero curtido de manera apresurada se mezclaba con los penetrantes rayos de un sol que quemaba la piel y las ideas.
El puesto de frutas era inmenso, con una carpa y una decena de afanados operarios que atendรญan a la clientela. Era preciso tomar un nรบmero de un dispensador de papel que me recordรณ inconscientemente a los lavabos del edificio de la Bolsa, en cualquier paรญs sureรฑo, como Espaรฑa, Italia, Greciaโฆ
No obstante, el sistema parecรญa funcionar y todos respetรกbamos el orden asignado por el papelito que arrancรกbamos con indolencia del dispensador. ยฟSerรญan nรบmeros realmente correlativos? Imposible saberlo. Pregunta ociosa para compradores de domingo. Los nรบmeros de orden solo se respetaban por las voces de los operarios.
Habรญa algo antropolรณgico en ese crisol de gritos, olores, escotes, pantorrillas y verduras. Y gitanas que pesan un kilo de pimientos con romana, igual que hace siglos, y que anuncian sus mercancรญas con voces de raรญz jonda.
ยกEspaaaaaaaรกrragos! ยกRenta variableeee!
Mi turno se aproximaba y mi imaginaciรณn volaba a los principales mercados bursรกtiles del mundo (yo soy asรญ de sofisticado, y por eso no me aburro en las colas del mercado). El operador gritรณ โSetenta y cuaaaaatro!!! โ
โ Yo. Buenas tardes. Dos cebollas, tres pimientos italianos y un paquete de opciones a futuros con elrespaldo de J.P Morgan, de la emisiรณn de Facebook.
โ Lo siento, amigo, pero hemos suspendido cautelarmente la cotizaciรณn, despuรฉs de la filtraciรณn de la CNMV.
El gitano llevaba mucho oro colgado en sus muรฑecas y su cuello en forma de valor refugio.
โ Entonces ponme dos aguacatesโฆ para hoy, si puede ser.
โ Para hoy no me queda โnรกโ, niรฑo.
Yo, que ya habรญa leรญdo la prensa sepia, la de los domingos, sabรญa que al tipo no le faltaba razรณn, pero insistรญ.
โ Bueno, pues dame dos aguacates a futuros.
โ Vale, pero tendrรกs que cancelar la opciรณn de compra o llevarlos al mercado secundario.
El sol me habรญa dado en la cabeza sin misericordia y es probable que no entendiera bien, entre todo aquel griterรญo mediterrรกneo.
โ ยกBaaaaaaankiaaa! ยกDe saldooooooo! โ Se desgaรฑitaba una matriarca arrugada como una pasa, pero millonaria como la Duquesa de Alba. En sus canastas de mimbre no se agolpaban calabacines, puerros o manojos de espรกrragos, sino paquetes de acciones ordenadas por rentabilidad decreciente.
โ ยกFacebooooooook! ยกSin pasar por Goldman Sachs!
โ ยกLinkedInnnnnnnnnnnnnnnnn! โ se desgaรฑitaba una mujer de rostro cuarteado por las romerรญas, mientras agitaba un paรฑuelo floreado.
Ignoro si sufrรญ un golpe de calorโฆ o de frรญo por efecto del aire acondicionado. Soy agente de bolsa, y estaba trabajando en el Nasdaq cuando me asaltรณ esta fantasรญa hortofrutรญcola. ยฟO es que estaba en el mercadillo dominical de la UVA de Hortaleza haciendo la compra? Despuรฉs creo que perdรญ el conocimiento, y me reanimaron en el puesto de los sujetadores gigantes, bajo el letrero:
โBienvenidos a una nueva dimensiรณnโ.