Los psicópatas han escrito grandes páginas de la historia del cine. Sin embargo, su aportación al séptimo arte nunca ha sido suficientemente valorada.
El diseñador Sebastian Onufszak ha decidido poner fin a esta injusticia con Heads of Psychopaths, un proyecto en el que rinde homenaje a protagonistas de filmes como Cabeza borradora, Halloween, Apocalypse Now, El resplandor o Taxi Driver, entre otros.
«Heads of Psychopaths es un proyecto personal que tenía en mente desde hace mucho tiempo, pero que nunca conseguía terminar. Habitualmente este tipo de trabajos me sirven para mejorar mis habilidades y conocimientos sobre técnicas y estilos así que, antes de comenzar a dibujar, busco temas que me inspiren y me animen. De esta forma, además de desarrollar nuevas ideas, consigo que estas se salgan un poco de lo convencional».
Amante de las películas con personajes interesantes e historias complejas y amigo de realizar retratos, Sebastian Onufszak decidió combinar ambas aficiones en un proyecto que pretende «visibilizar la mente psicópata de esos personajes a través de una vía más expresiva y artística». De hecho, como si se tratase de la mente fría y calculadora de estos personajes, Onufszak se impuso una serie de reglas.
«Debían ser películas icónicas, dirigidas por un realizador importante, que hubieran sido filmadas al menos tres años antes o después de la fecha de mi nacimiento, que es 1978, y que el personaje en cuestión estuviera trastornado».
Onufszak cumplió con todos estos requisitos, especialmente en lo que se refiere a la salud mental de los retratados y, finalmente, las películas elegidas fueron El quimérico inquilino de Roman Polanski (1976), Taxi Driver de Martin Scorsese (1976), Cabeza borradora de David Lynch (1977), Halloween de John Carpenter (1978), Apocalypse Now de Francis Ford Coppola (1979) y El resplandor de Stanley Kubrick (1980).
El resultado han sido unos carteles asombrosamente expresivos, en los que juegan un papel muy importante las texturas, los colores –que remiten claramente a algunas de las referencias estéticas o vitales de los personajes retratados, como el amarillo a Travis o el ocre a Kurtz– y en los que es posible reconocer una gran influencia del diseño polaco de los años 70 y 80.
«En el fondo es también un homenaje a mis raíces polacas. He estado viviendo en Alemania durante más de 35 años pero, cuando nací, mi padre estaba estudiando en la Academia de Bellas Artes de Breslavia. Durante mi infancia tuve bastante contacto con todo el diseño polaco. Además, siempre he tenido en mente pósteres de películas diseñados por ilustradores o artistas de ese país como Waldemar Swierzy, Wiktor Gorka, Jakub Erol y otros. Son alucinantes. Googlea “Polish film posters” y verás a lo que me refiero».
Después de comprobar la calidad del diseño polaco y ver cómo las distribuidoras cinematográficas no tuvieron ningún reparo en utilizarlo para anunciar sus producciones, es inevitable preguntarse por qué en la actualidad se prefieren carteles anodinos e impersonales. En ese sentido, ¿cree Sebastian Onufszak que sus trabajos podrían ser utilizados como carteles comerciales?
«Por supuesto. Hay un montón de magníficos carteles ilustrados en este momento para películas independientes. El problema es que las películas con grandísimos presupuestos lo que quieren es mostrar muy claramente la cara del actor conocido para atraer la atención de la audiencia. Sería estupendo que las productoras cinematográficas más potentes dieran a los diseñadores y a los ilustradores más libertad creativa, como hicieron en el pasado con gente como Saul Bass or Bob Peak».
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